Se detuvo en el lugar que menos hubiera imaginado, no había nada sólo matorrales y la espesura de la vegetación por doquier. —Quédese aquí—Ordenó amablemente al desmontarse. Claramente se escucharon gritos y lamentos de una mujer, no tan lejos de donde estábamos. ¿Cómo Jon la había escuchado antes que llegáramos ahí? —Jon, tengo la impresión de que se trata de algo muy peligroso… Evidentemente la mujer pedía auxilio. Jon me ignoró, de una de las bolsas de cuero sujetas al lomo de Bruno tomó varias piezas raras, las unió de manera increíblemente rápido y se formó un arco. Tomó también una caja ancha y abierta por arriba, se colocó la correa al hombro por el lado izquierdo. Tenía varias flechas, se puso su pesado abrigo con la capilla a la cabeza y se cubrió media cara; silenciosamente f

