Capítulo 7

560 Words
—A tu padre no le gustará nada que estés tomando. —La miró coqueto, señalando su copa. —Ojos que no ven, corazón que no siente —dijo obvia, tomando la bebida de un trago. Alan sonrió escudriñando a la omega. "Tan hermosa como de costumbre" pensó—. Solo es un trago, es para sobrellevar estos eventos de mierda. —Vale, no le diré nada a Black si tú... —Tocó el muslo de la rubia. Victoria bajó la mirada y torció el gesto, molesta. —¡Quita tus manos de mí! —le exigió. —Amor, eres mi novia, puedo hacer lo que quiera contigo. —Victoria soltó una carcajada. Era un idiota si creía eso. Alejó su mano con brusquedad decidida a dejarlo ahí solo, pero Alan la detuvo y la acercó más a su cuerpo. Respiró profundo el olor exquisito de fresas con crema de su omega y sacó algo de su bolsillo. —Suéltame, te lo advierto Alan no estoy para tus bromas. —Sé jaloneo. —Es mejor que te acostumbres a mí, sé más condescendiente o la pasarás mal. —Le enseñó el anillo que mantenía en una pequeña caja sobre su mano. Victoria se tensó ante la sorpresa y perdió fuerza en su cuerpo. Esto no podía estar pasando—. Tu padre lo planeó todo, la familia Vidal y Black estarán unidas para siempre. Victoria sintió como su cuerpo se heló y desvió su mirada, observando a la distancia a su padre, él no podía hacerle esto, no a ella, pero no podía culparlo cuando no había sido sincera con respecto a sus sentimientos. Se negaba rotundamente a enlazarse con un alfa como Alan, el enojo empezó a invadir su interior y se zafó del agarre de Vidal, mirándolo con hostilidad. —Nunca me casaré contigo, eso te lo aseguro. —Sé alejó de él y caminó directo a la puerta trasera, tenía que salir de allí. . . . ♡ . . . El departamento que Leo rentó para instalarse en la ciudad era lo suficientemente amplio para los tres, además de ubicarse en una muy buena zona, cada uno tomó una recámara y se alistó de acuerdo al plan. Félix se pondría en contacto con alguien de confianza en Los Ángeles para qué trabajara con ellos, Ana estaría encargada de obtener la agenda de Black, más los documentos falsos, inspeccionaría el lugar donde extraerían el objetivo, todo con el menor margen de error posible, teniendo en cuenta la seguridad con la que contaba. Habían pasado unos días desde que llegaron a la ciudad, eso le dio a Leo el tiempo preciso para adquirir una motocicleta para que pudiera moverse con más rapidez, así que se subió a su Harley clásica y condujo hasta Vaizz, el lugar donde Filip tendría una reunión con Ernesto Vidal, el ministro de estado, al día siguiente. Mentiría si dijera que no estaba impaciente de ver de nuevo el rostro del hombre que mató a sus padres, incluso su lobo se mantenía alerta ante la expectativa y la espera de su venganza. Se estacionó a unas cuadras de Vizz, no había previsto que hubiera alguien allí, pero al ver a hombres armados fuera, supuso que tal vez la reunión se había adelantado para ese día. Tomó su celular y le marcó rápidamente a Ana.
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