Luego de acostar a Ada, después de un día muy largo y agotador, su madre, al fin consigue tomar un baño decente. Al menos podía cambiarse de ropa, puesto que más tarde del incidente que tuvo con Fabián, ella salió huyendo a su recámara. Y para sorpresa de ambas, la habitación estaba llena de bolsas con ropa, tanto para ella como para Ada. Y eso no era todo, en el suelo yacían cajas de juguetes que la castaña ni pensó que la niña tendría. Desde luego que la pequeña se volvió loca al ver tantos juguetes juntos, y tanta fue su emoción que quedo rendida más temprano de lo usual. Y como no, si no paro de jugar desde que entraron en la habitación… La castaña se encontraba debajo del chorro de agua tibia, mientras pensaba en las posibilidades de salir de esa casa. No existía ninguna, Fabián es

