—Quizás es el llamado de la sangre, ¿Qué crees tú? Estoy completamente seguro de que soy tu papá pequeña niña de ojos azules —Sonríe de medio lado. Aun le costaba creer que lo fuera; sin embargo, no podía ilusionarse mucho con ser el padre de ella, puesto no le había echo la prueba de ADN a la niña, era mejor confirmar que su teoría fuese cierta. Pero si estaba en lo correcto, Ángela le había dado un hijo y no se lo dijo en esos tres años. Se perdió el nacimiento y crecimiento de su hija. Ella sería una Morello con todas y sus letras. Era increíble que alguien lo convirtiera en padre, jamás se imaginó con el rol de papá, de hecho nunca pensó tener hijos, puesto que llevar esa responsabilidad no figuraba en sus planes. Pero allí estaba, ante una pequeña con el mismo color de ojos que él

