—¡Ahhh! Veo que ahora, si recuerdas bien todo lo que paso entre nosotros, ya me estaba preguntando cuanto más ibas a seguir fingiendo no conocerme. —Debe irse de mi casa, ahora —Le exige. —No estás en posición de exigirme nada. Además, el único que se va a largar de aquí es tu amante… —¿De qué está hablando? No tiene derecho a venir a mi casa y tratarme de esta manera. ¿Se cree que tiene derechos sobre mí?, ¡pero está muy equivocado! —Trata de empujarlo —. Y será mejor que se vaya, o llamaré a la policía. Ella continuaba susurrando palabra tras palabra, y eso solo lo cabreaba más. Seguía sin querer que ese tipo la escuchará. Claro, no le convenía que el otro la pillara con otro tipo en el corredor de su casa. Suficiente tenía con el maldito de Mike como su marido, para tener que calar

