Amanda
Jhon llamó a un médico para que me revisara, era un señor mayor de su total confianza.
Al parecer su intervención oportuna a mi ingesta de pastillas y el haber vomitado todo lo ingerido me ha salvado la vida.
Nuevamente haciendo la función de mi protector cuando en verdad es el que me destruye.
Seguí creyendo que podría volver a convertirlo en el hombre del que me enamoré. Qué mejoraría.
Pero estaba tratando con un demonio y era pura maldad.
Llega un punto en el que tienes que preguntarte:¿hay alguna razón para quedarse? Después de ésto supe que no había más.
Pronto descubres que a veces ser feliz un momento puede ser mejor que ser feliz para
siempre. Que, a veces, los castillos pueden ser prisiones y que, a veces, los caballeros de brillante armadura van en moto, no en ca
