**Capítulo 3: Secretos por Revelar**

612 Words
La mañana siguiente trajo consigo un aire de expectación y tensión en el juzgado. Victoria Delgado repasaba una y otra vez las fotos y documentos que había recibido. La imagen de Sandro Rossi con el niño pequeño seguía resonando en su mente, planteándole más preguntas de las que podía responder. Decidida a desentrañar la verdad, Victoria se dirigió a su despacho, donde Mariana ya la esperaba con nuevos informes. "Jueza Delgado, he revisado los documentos que recibimos ayer. Parece que hay conexiones más profundas entre la familia Rossi y ciertos funcionarios públicos. Además, esa foto... hay algo en ella que no cuadra." Mariana dejó el informe sobre el escritorio y se sentó frente a Victoria. Victoria tomó el informe y lo hojeó rápidamente. "Gracias, Mariana. Necesitamos profundizar en esto. Quiero saber quién es ese niño y cuál es su relación con Sandro Rossi." Mientras tanto, en el lujoso ático de Sandro Rossi, la atmósfera era igualmente tensa. Marco había estado investigando la presencia de Victoria en La Perla Negra y había regresado con noticias preocupantes. "Jefe, parece que la jueza Delgado ha estado recibiendo información de una fuente anónima. Alguien dentro de nuestra organización está pasando datos a las autoridades," informó Marco, su expresión grave. Sandro frunció el ceño, su mente trabajando rápidamente. "Debemos encontrar al traidor y detener esto antes de que se salga de control. Además, quiero saber más sobre Delgado. Hay algo en ella que me intriga, más allá de su papel como jueza." Marco asintió. "Me encargaré de eso, jefe. También hay algo más... las fotos. Hay una en particular que podría complicar las cosas. La jueza tiene una imagen de ti con un niño. Necesitamos saber quién es y cómo obtuvo esa foto." El rostro de Sandro se endureció al escuchar esto. "Entiendo. Haz lo necesario para proteger nuestra operación y mantén un ojo en Delgado. No quiero sorpresas." --- Al caer la tarde, Victoria decidió seguir una nueva pista que la llevaba a uno de los barrios más peligrosos de la ciudad. Vestida de manera discreta y acompañada por un par de agentes encubiertos, se aventuró en un territorio que usualmente evitaba. Su objetivo era un pequeño restaurante que, según la información recibida, servía como fachada para una de las operaciones de Rossi. Al llegar, Victoria se encontró con una escena tranquila. Los clientes del restaurante parecían ajenos a cualquier actividad ilegal, pero Victoria sabía que las apariencias podían ser engañosas. Se dirigió al dueño del lugar, un hombre robusto y de aspecto amigable. "Buenas tardes. Estoy buscando a un niño, no más de cinco años. ¿Lo has visto?" preguntó Victoria, mostrando la foto del niño que había encontrado en el sobre anónimo. El dueño del restaurante la observó con desconfianza antes de responder. "Lo siento, señora. No sé de qué me está hablando. Aquí no hay ningún niño." Victoria no estaba convencida. Decidió mantenerse en el lugar, observando y esperando, con la esperanza de descubrir algo que pudiera arrojar luz sobre el enigma que la perseguía. Mientras tanto, Sandro se encontraba en una reunión con sus socios más cercanos, discutiendo las medidas a tomar para asegurar que su imperio se mantuviera intacto. Sin embargo, en el fondo de su mente, no podía dejar de pensar en Victoria y en el extraño poder que ella parecía tener sobre él. La noche cayó sobre la ciudad, y ambos protagonistas se encontraron en una encrucijada, conscientes de que sus caminos estaban destinados a cruzarse de nuevo. Entre la ley y el crimen, el amor y el deber, Victoria y Sandro se adentraban cada vez más en una danza peligrosa y seductora que cambiaría sus vidas para siempre.
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