Es cierto, debo trabajar en mi confianza, ellos no tienen ningún poder sobre mí, Camilo no es nadie para mí, amo a Aidan con todo mi corazón. Esas personas no las volveré a ver. Que sean felices sin volverme a ver, yo viviré mi vida junto a este maravilloso hombre que me ha dado mucho. Aidan sale del dormitorio hablando por el celular. La plática es informal, será algún amigo.
—Mire tus llamadas. He estado ocupado. Ah, no creo volver pronto, tengo trabajo. Saludes a todos. —termina la llamada y se sienta y me mira, sabe que estoy curiosa por saber, sin embargo, no me atrevo a preguntarle—Siéntate cariño. Esto huele delicioso.
—¿Era Paulo? —me atrevo a decirle, ya había visto las llamadas perdidas de él.
—Sí, preguntando cuando volvería a su casa, le dije que por los momentos no hay plan
