Aidan se ducha y se pone la ropa, al salir del dormitorio la comida está servida en el pequeño comedor, se sienta y ella termina de servirle el refresco. Él se queda en silencio, mirándola con gran confianza, no como los primeros días de llegar, que ella no quería salir del dormitorio por su timidez. —¿Fuiste de compras, como te fue? —platica mientras comen. —Sí, su cuñada me compro mucha ropa y zapatos, no sé por qué ha gastado tanto, me da vergüenza. —Eso es lo de menos. ¿Te gusto lo que te compro? —Sí, incluso me vine con una ropa que ella me eligió, ya me la quité para no maltratarla mucho. —La ropa es para maltratarla, si se rompe te compro otra no hay problema con eso, ahora en adelante quiero verte feliz y que no te prives de nada. —Pensé que dirías… que me querías ver bonit

