Intitulado

4975 Words
3:00 de la madrugada… Habitación de Cristina… Entra Luis de prisa saltando hacia la cama de Cristina. Luis; ¡¿mamá, escuchaste eso?!... Cristina; ¿Qué paso Luis? Luis; ¡otra vez mamá se escucha a esa mujer que grita en el sótano!... Cristina; no pasa nada Luis todo está en tu mente ahora déjame dormir que mañana tengo que trabajar y tú tienes que ir a la escuela. Luis; está bien mamá pero de verdad se oye muy real… Cristina; buenas noches Luis Luis; voy a ver que es. ¿Mamá crees que me pase algo?... Cristina; mira Luis as lo que quieras solo déjame dormir. Luis; está bien mamá. Luis se dispuso a salir de la habitación de cristina para ir a la suya. Luis no pensaba en investigar que era simplemente se quería ir a dormir tenía mucho miedo. Mientras Luis cruzaba el pasillo que iba de la habitación de su mamá a la suya se escuchó de nuevo ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... Un grito tan espeluznante que le erizaba la piel de completo. Era el grito de una mujer que pedía auxilio en repetidas ocasiones, todas las noches, aquel grito no dejaba dormir a Luis siempre tenía que andarse durmiendo en la escuela. Luis correo del pasillo a su habitación ya que no quería regresar al cuarto de su mamá para que ella no se enojara. Alrededor de las cinco de la madrugada Luis se quedó dormido Al día siguiente... 7:30 de la mañana. La sala… Cristina; ¡¡Luis a comer!!... Luis tardo en responder. Luis; ya estoy aquí mamá, pero no tengo hambre lo que tengo es sueño. Cristina; ¿Luis te volviste a desvelar? por lo que solo está en tu mente. No quiero que esto vuelva a pasar alistarte para la escuela. Luis; pero no tengo ganas de ir a la escuela mamá. Cristina; ni yo al trabajo. Pero no fue pregunta así que apúrate. Luis; y si no voy y le digo a Héctor el vecino que me pase la tarea. Cristina; está bien hijo pero solo por hoy te vas a quedar solo en casa mañana si vas a la escuela. Luis; si mamá, voy a recostarme un rato estoy cansado. Cristina; está bien Luis. Yo voy a alistarme para el trabajo. Más tarde… en la habitación de Luis… Cristina; Hijo ya me voy al trabajo. No hagas desorden en casa llego en la tarde y no salgas a la calle hasta que yo regrese Luis; está bien mamá. Estoy muy cansado solo quiero dormir un rato o si es posible todo el día y la tarde. Cristina; está bien hijo descansa. Cristina salió rumbo a su trabajo mientras Luis se quedó solo en casa… Luis; por fin solo en casa voy a dormir hasta que sea de noche. De repente… ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... Luis volvió a escuchar aquel grito de mujer que solo escuchaba en las noches. Así que decidió ir al sótano de dónde provenía aquel grito En el sótano… Luis; ¿Quién eres?... ¿Qué quieres de nosotros?... Pero solo escucho… ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... El grito de esa mujer era más intenso. Luis podía contemplar cómo se movía la puerta del sótano cada vez que se escuchaba que la golpeaban Luis se acercó tratando de abrir la puerta del sótano pero era algo inútil. Ya que se encontraba cerrada con cuatro candados y tres chapas, de los cuales Luis no sabía dónde estaban las llaves. De pronto Luis escucho ¡Eres mío!... Aquel susurro tan escalofriante le erizo la piel de completo y salió corriendo… Al abrir la puerta Luis tropezó con Cristina. Cristina; Luis ¿Qué pasa?... ¿Por qué vas corriendo?... Luis; ¿se te olvido algo mamá?... Cristina; no hijo ya es hora que este en casa. Luis; pero si te acabas de ir apenas hace como treinta minutos mamá. ¿O no?... Cristina; pero hijo si ya son las cuatro de la tarde. ¿Te quedaste dormido verdad?... Luis; no mamá me levante casi enseguida que te fuiste. Cristina; bueno está bien hijo. Pero mejor ve a ver con Héctor lo que te dejaron de tarea. Luis; si mamá. Luis se preguntaba cómo es que paso tanto tiempo tan rápido si él no durmió y se había levantado a escuchar el grito del sótano, pero ahí solo sintió que pasaron minutos no horas . En la casa de Héctor… Luis toca va la puerta… ¡¡toc!!... ¡¡toc!!... ¡¡toc!!... Héctor; ya voy permítame un momento Luis; ¡Héctor amigo soy yo Luis! Héctor abre la puerta… Héctor; Luis amigo ¿Qué paso?... ¿estás bien?... ¿Por qué no fuiste a la escuela?... ¿te sentías mal?... Luis; son muchas preguntas, ¿no crees?... pero en fin luego te explico me pasarías la tarea Héctor; solo si me dices. ¿Por qué no fuiste a la escuela?... Luis; mira hace días que no puedo dormir bien y hoy amanecí con mucho sueño y cansado, así que me quede a descansar en casa. Héctor; de seguro no puedes dormir por los gritos que salen de tu sótano. Luis; mi mamá dice que eso solo está en mi mente. Héctor; Luis si eso solo estuviera en tu mente yo no lo escucharía. Luis; ¿también lo escuchas Héctor?... Héctor; si en las noches se oye que viene de tu sótano. Luis; si, pero mi mamá no me deja entrar al sótano… Héctor; pero no le avises y baja al sótano, y cuando lo hagas me avisas para ir contigo. Luis; nunca he encontrado las llaves y además está muy bien asegurada. Héctor; si quieres yo te ayudo a entrar pero debes de venir a quedarte en mi casa. Luis; pero como le vamos hacer si mi casa tiene alarma. Héctor; si lo sé. Al rato te explico cómo. Solo asegúrate de venir a quedarte hoy. Luis; está bien si convenzo a mí mamá, si me deja llego a las siete. Héctor; está bien aquí te veo al rato, “dile que la tarea es de equipo y la aremos juntos”. Así será más fácil que te del permiso. Luis; está bien deja voy a ver a mi mamá. Luis y Héctor se despidieron… Mientras Luis había ido a ver a Héctor. Cristina aprovecho esa ocasión para bajar al sótano como lo hacía siempre que Luis se iba a la escuela. Cuando Cristina estaba saliendo del sótano… pudo escuchar cómo se azotaba la puerta de entrada. Luis; mamá, ¿Dónde estás?... Cristina; Luis hijo. ¿Qué paso con la tarea?... Luis; es que la tarea “es en equipos” y tengo que ir a casa de Héctor para hacerla Cristina; “en equipos” estas seguro de eso Luis. Luis; si mamá Cristina; (este niño me está mintiendo). Está bien pero quiero ver esa tarea. ¿Estás de acuerdo Luis?... Luis; si mamá. (Ahora como le voy hacer ni sé que dejaron de tarea…). Cristina; ¿y de que clase es la tarea?... Luis; de química mamá. Cristina; bueno está bien te vas a las siete después de comer. Luis; está bien mamá. Más tarde… Casa de Luis… Luis; mamá. Ya me voy a casa de Héctor. Cristina; está bien hijo solo no se duerman tan tarde y mañana se van temprano a la escuela. Luis; si mamá. Luis cierra la puerta… 19:10 casa de Héctor… ¡¡Toc!!... ¡¡Toc!!... ¡¡Toc!!... Héctor; voy ya voy. Luis; soy yo, Héctor. Héctor abre la puerta… Luis; ya amigo, aunque no la vi muy convencida pero me dejo venir. Héctor; eso es lo de menos Luis, lo bueno es que ya estás aquí, ahora pásate vamos a hacer la tarea en lo que te explico cómo le vamos hacer para que entremos completamente sin dejar huella o rastro alguno Luis; bueno está bien vamos a hacer la tarea. Héctor; Luis no viniste hacer tarea. Luis; ¿entonces?... Héctor; hoy vamos a saber qué es lo que está en tu sótano. Luis; está bien. Aun así hay que hacer algo de tarea, porque mi mamá espera que le enseñe la tarea del equipo. Héctor; está bien “ya que”. Mientras Luis y Héctor hacían la tarea, María la mamá de Héctor, hacía de cenar para que no se fueran a dormir tan tarde. María; ¡¡Héctor!!... ¡ya vengan a comer tú y tu amigo!... Héctor; ¡¡ya!!... ¡vamos mamá!... ándale Luis vamos a cenar. Luis; está bien ya solo me faltan los colores En la sala de Héctor… María; bueno niños coman. Luis; si señora gracias. Los tres se dispusieron a comer. Héctor y María estaban acostumbrados a comer en silencio total, lo cuan a Luis le incomodaba ya que él y Cristina estaban acostumbrados a platicar en sus comidas. Al terminar de cenar los dos le dieron las Gracias a María y salieron corriendo hacia la habitación de Héctor. 10:25 de la noche… Habitación de Héctor… Luis; bueno ya solo acabo y ponemos la casa de acampar, para dormirnos. Héctor; que dormir, eso no, nunca debemos de saber qué es lo que hay en tu sótano. Luis; está bien, solo hay que acomodar la casa para dormir cuando regresemos, ¿y cómo le vamos hacer para entrar?... “Héctor”. Héctor; “hay pequeño Luis” mira cuando vinieron a colocar las alarmas a tu casa fue porque se escuchaban los gritos y a ti te daba miedo. Yo llevo planeando esto desde antes. Así que entraremos directo al sótano Luis; ¿pero cómo?... “todo tiene alarma”… Héctor; no es así Luis. Por alguna razón tu mamá no los dejo entrar al sótano así que ellos no pusieron alarmas en las pequeñas ventanas del sótano, donde afortunada mente cabemos tú y yo. Luis; y si ya sabes eso porque no entraste. Héctor; es que no quiero ir solo. Luis; bueno. ¿Y a qué horas nos vamos?... Héctor; en cuanto se escuchen los gritos, así que hay que darnos prisa en armar la casa de acampar. Luis y Héctor se apresurando a acomodar la casa de acampar, en lo que daban las doce o tres de la madrugada para poder escuchar aquella mujer gritar Luis; ya tardo vamos a dormir si… Héctor no si apenas va empezar lo mejor. ¿O que te da miedo?... Luis; ¡¡siempre he tenido miedo!!... pero también quiero saber que hay en el sótano. 1:35 de la madrugada… ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... Héctor; vamos Luis ya es hora. Luis; está bien vamos. Héctor; tendremos que salir por la ventana Luis. Luis; bajaremos por el árbol Héctor; si ¡así es!... Luis Luis; pues si no hay de otra o sí. Héctor; de echo ¡no!... Luis y Héctor salieron por la ventana, bajando por el árbol que estaba frente al cuarto de Héctor, el cual estaba en el patio privado de Luis. Ya abajo… Luis; listo Héctor ahora que… ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... De pronto se escuchó ese grito de nuevo, pero esta vez se escuchaba más cercas de ellos. Héctor; ¿oíste Luis?... Luis; si peo no hubiera querido Héctor; bueno hay que romper los cristales del sótano. Luis; ya no estoy muy seguro de esto Héctor. Héctor; ¿Por qué?... Luis si ya estábamos de acuerdo ¿Qué paso?... Luis; no quiero, tan solo ponte a pensar Héctor. ¿Qué pasaría si no salimos del sótano?... Héctor; no te preocupes Luis, vine bien preparado, mira traje un rosario y un poco de agua bendita. Luis; y eso para que lo trajiste. Héctor; no sé pero ayúdame a buscar una piedra para romper los cristales de la ventana. Luis ya no contesto se puso a buscar algo para romper las ventanas del sótano. Unos minutos después Luis recordó que el tenían tabiques en las macetas. Luis; mira Héctor encontré un tabique. Héctor; muy bien Luis. Ahora romperla. Luis; no quiero Héctor esto no me está agradando. Héctor ya no dijo nada y simple mente tomo el tabique de las manos de Luis y lo aventó hacia las ventanas del sótano. Al estrellarse Luis se tapó los oídos pensando que se escucharía la alarma. Héctor; vamos ándale apúrate, deja de taparte los oídos te dije que no se escucharía. Luis está bien ya voy Luis y Héctor decidieron bajar al sótano solo esperando saber que estaba pasando dentro de él. Ya en el sótano… Héctor; bueno ya estamos adentro ahora, Luis ¿Dónde está el interruptor de la luz?... Luis; no se Héctor nunca había bajado al sótano. Héctor; ¡¿Qué?!!... pero si por eso te traje conmigo. Se supone que tú conoces tu casa. Luis; desde que llegamos a esta casa mi mamá no me deja bajar aquí. ¿Qué no traes una lámpara?... así lo encontraríamos más rápido. Héctor; no de echo solo traigo el rosario porque el agua se me cayó. Luis; bueno busquemos. ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... De pronto se escuchó gritar a una mujer. Luis y Héctor lo escucharon en medio de los dos, Héctor corrió hacia la izquierda hasta que se tropezó y cayó enterándose un clavo en la pierna. Luis correo hacia la derecha hasta que se golpeó con uno de los tubos del agua quedando inconsciente Héctor; ¡Oahu!... ¿Luis estas bien?... Luis no contesto se encontraba inconsciente del otro lado de donde estaba Héctor Unos minutos más tarde… Luis; ¿Héctor dónde estás?... Héctor; acá Luis, ¿estás bien?... Luis; si, ¿y tú como te encuentras Héctor?... Héctor; me enteré un clavo en la pierna y me duele mucho no puedo moverla ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... Se escuchó otra vez, aquel grito desesperado de una mujer Héctor; ¿Luis dónde estás?... ¿sigues aquí?... Luis; si Héctor, ¿tu dónde estás?... dime para poder ir por ti Héctor; no sé, solo voltea hacia donde escuches mi voz Cuando Luis volteo a ver dónde estaba Héctor, el sótano quedo oscuro de completo, la luz de las pequeñas ventanas por donde habían entrado, dejaron de alumbrar el sótano Luis; Héctor no te veo ¿dónde estás?... no puedo ver nada Héctor; no lo sé Luis todo quedo oscuro de completo, mejor sigue mi voz Luis; está bien Héctor, ¡pero no dejes de hablar!... Héctor; ¡está bien Luis!... Héctor no dejo de quejarse del dolor que provocaba aquel clavo que aún no se podía sacar, hasta que Luis llego con el Héctor sintió que le tocaron la pierna Héctor; ¡¿Luis eres tú?!... Luis; si Héctor, ya estoy aquí De repente… ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... Otra vez el grito de aquella mujer que los paralizó a los dos y los dejo sin habla De pronto todo el sótano se ilumino de una luz rojiza. Los dos pudieron contemplar enfrente de ellos, a una mujer desnuda de completo, que estaba bañada en sangre y su cuerpo lleno de pequeñas cortadas de las cuales seguía saliendo sangre ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... Gritaba una y otra vez aquella mujer, mientras Luis y Héctor estaban paralizados del miedo De repente ella se fue acercando a ellos lentamente susurrando de una manera muy tenebrosa diciendo… Corran el ya viene… corran él está aquí… corran él los quiere a ustedes Luis y Héctor reaccionaron pero al momento de hacerlo el sótano quedo oscuro de nuevo Luis; ¿estás bien Héctor?... Héctor; si pero hay que salir de aquí esto me paralizó de miedo, además todo lo que había traído se me callo al momento de entrar aquí. Luis; está bien déjame te ayudo a que te levantes, para poder buscas las ventanas y poder salir de aquí Héctor; está bien, porque ya no aguanto el dolor y tengo mucho miedo Mientras Luis ayudaba a Héctor se escucho ¡¡Ayuda!!... ¡¡Ayuda!!... El aullido de un lodo. Y de repente se lograron ver las pequeñas ventanas por donde habían entrado Luis; Héctor vamos corre tenemos que salir ahora que podemos Héctor; Luis te recuerdo que estoy lastimado de una pierna Luis; si pero hay que salir del sótano Luis y Héctor corrían hacia las ventanas por donde la luz entraba Héctor; vamos Luis sube después me ayudas a mi Luis; si Héctor Al tiempo que Luis subió a la ventana un lobo trato de morderlo, pero Luis se soltó de la ventana y callo retorciéndose el pie Héctor; ¿qué paso Luis?... ¿estás bien?, ¿por qué te soltaste?... Luis levantándose lentamente con un pie lastimado contesto Luis; acabo de ver a un lobo, trato de morderme al momento que estaba por salir me apareció de repente y trato de morderme Héctor; Luis voltea hacia la ventana… Luis volteo a la ventana y vio a una manada de lobos Luis; y ahora como vamos a salir de aquí Héctor; no lo sé Luis, pero al parecer hay algo que no quiere que salgamos, esos lobos no pueden ser reales Luis; si pero lo sean o no lo sean. La verdad no quiero averiguarlo Héctor; ¿entonces?, ¿qué vamos hacer?, para salir de aquí Luis Luis; no sé pero debemos de ver una forma de salir de este maldito sótano Héctor; no sé pero ya quiero salir de aquí, así que pensemos en algo rápido De pronto… Se les apareció otra vez aquella mujer gritando ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... Susurrando… Nunca van a salir de aquí… todos somos de él y él los quiere a ustedes dos Y así como se apareció aquella mujer, así desapareció enseguida Luis y Héctor quedaron paralizados, después de unos minutos reaccionaron… Luis; ¿qué vamos hacer Héctor?... Héctor; no se Luis, pero debemos hacernos a la idea de que todo está en nuestra mente Luis; todo lo que estamos viendo no puede estar solo en nuestras mentes Héctor; es que no hay una explicación lógica para lo que está pasando. Luis; lo sé, pero es real Mientras Luis y Héctor discutían, para saber que era real y que no. Y de pronto los lobos desaparecieron Héctor; ¡mira Luis!... “se han ido los lobos”, es hora de tratar de salir de aquí. Luis; pero no quiero tratar de subir, puede que regresen. Y no quiero que esta vez logren su objetivo. Héctor; entonces ayúdame a mí. Yo si quiero salir de este lugar Luis; “¡está bien, voy yo!” Héctor; “¿no que te da miedo Luis?”... Luis; si pero tampoco puedo permitir que vallas con una pierna lastimada. Así que mejor ayúdame a subir Héctor ayudo empujando a Luis hacia arriba para que pudiera salir Luis logro agarrarse de las ventanas y con pequeños impulsos logro salir por la ventana Ya en el patio… Luis; ¡Héctor voy por una cuerda para poder ayudarte a subir!... Héctor; si Luis pero no tardes mucho Luis salió corriendo a buscar una cuerda, hasta que debajo de una maceta encontró la cuerda con la que su mamá sacaba agua del pozo para regar las plantas Luis regreso a las ventanas del sótano… Luis; ¡listo Héctor!... Héctor; ¡avienta ya la cuerda Luis!... Luis; si Héctor, solo con cuidado no te valla a lastimar cuando caiga, y suelta la bien Héctor; no te preocupes Luis. Solo date prisa Luis jalo de la cuerda con fuerza mientras Héctor con una sola pierna se impulsaba hacia arriba para poder salir Cuando Héctor por fin estaba arriba los dos se acostaron en el pasto Héctor; bueno Luis ya estamos afuera del sótano ahora hay que subir a la habitación Luis; lo bueno es que ya es menos arriesgado estando fuera del sótano Héctor; “de echo”, pero tendrá que ser igual que como subimos del sótano Luis; ¿entonces subo yo primero?... Héctor; así es Luis empezó a trepar al árbol. Y en poco tiempo llego a la habitación Héctor; Luis ahora aventarme la cuerda Luis; si, espérame deja la amarro Luis amarro la cuerda a la puerta para que si alguien los iba a buscar no pudiera abrirla. Ya que la puerta se abría hacia afuera Después de amarrar la cuerda y haberle puesto seguro a la puerta, Luis se la aventó a Héctor para ayudarlo a subir. Héctor trato de impulsarse con una sola pierna y agarrándose fuerte de la cuerda trataba de subir Héctor; Luis me duelen mucho los brazos ya no puedo Luis; un poco más Héctor ya casi llegas acá arriba Héctor; ya no aguanto Luis Héctor volteo hacia arriba y se dio cuenta que una manada de lobos que se encontraba debajo de él estaba saltando una y otra vez tratando de alcanzarlo Héctor; ¡¡Luis apúrate agárrame!!... Luis; ¡si amigo en eso estoy!... Héctor gritaba y pedía ayuda, mientras lloraba desesperadamente, mientras trataba de subir lo más rápido posible hasta que por fin pudo hacerlo y llego a la ventana de la habitación Héctor; Luis cierra la ventana Luis corrió a cerrar la ventana de la habitación. Luis; esos lobos no pueden estar solo en nuestra mente ¡son reales!... Dijo Luis mientras observaba a los lobos por la venta Héctor; pues no sé si lo sean pero por lo mientras ya estamos a salvo en la habitación. Luis; pues sí, pero ahora ahí que acostarnos a dormir Héctor; pero nunca supimos que había en el sótano Luis; por supuesto que lo supimos Héctor ahí hay una mujer bañada en sangre y es la que grita eso es todo Héctor; pues yo no creo eso pero estoy muy cansado déjame acostar en la cama un rato a descansar Luis; bueno está bien acuéstate, yo voy a la cocina por un vaso con agua no tardo Héctor; Luis si puedes me traes uno vaso con agua también de favor. Luis; si Héctor Luis salió por el pasillo que daba de la habitación a las escaleras. Luis iba con miedo, prendiendo las luces del pasillo, hasta llegar a las escaleras, Luis temblaba de miedo por no poder olvidar lo que vivieron él y Héctor en aquel sótano En la cocina… Luis llenaba el vaso de agua para Héctor, cuando de repente lo escucho gritar desesperadamente Héctor; ¡¡Luis ayúdame!!... ¡¡Luis por favor ayúdame!!... Luis; ¡¡ya voy Héctor!!... Al voltear hacia el pasillo Luis se dio cuenta que el único lugar donde había luz era la cocina todas las luces que había prendido, se habían apagado de un momento a otro. Eso no impidió que Luis saliera corriendo entre la oscuridad hasta llegar a las escaleras para poder ayudar a Héctor, Luis corría desesperadamente, tropezando con los escalones trataba de encontrar los interruptores para prender las luces y ver mejor Al momento de llegar al pasillo pudo prender las luces pero vio que la puerta del cuarto estaba cerrada y decidió tratar de abrirla pero se dio cuenta de que era imposible, al darse la vuelta para ir en busca de algo para abrirla se percató de que la puerta se abrió sola de un momento a otro. Luis entro corriendo y solo escuchaba Héctor; ¡¡Luis ayúdame amigo!!... ¡por favor ven!... Luis; ¡¡resiste Héctor ya voy!!... Aquellos gritos de desesperación de Héctor provenían del armario Luis trato de abrir las puertas del armario pero era imposible no se podía, las puertas se encontraban atoradas por dentro o tal vez tenían el seguro puesto. De pronto Frete a Luis se apareció un hombre de n***o que se acercó a su oído y le susurro “Él no te necesita” Cuando aquel hombre desapareció enseguida, se apareció de nuevo aquella mujer bañada en sangre y le grito ¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!... De repente Héctor; ¿Luis que pasa?... ¡Luis!... Luis se dio cuenta que la voz de Héctor provenía de sus espaldas. Luis decidió voltear y vio a Héctor recortado en la cama así como lo había dejado cuando él fue por el agua Luis; ¿Héctor estas bien?... ¿de verdad eres tu Héctor?... Héctor; si Luis ¿porque la pregunta?... ¿qué pasa?... entraste muy desesperado golpeando la puerta del armario Luis; tú estabas gritando me pedias que te ayudara y después apareces en la cama como si no te hubiera pasado nada. ¿Seguro que estas bien Héctor?... Héctor; si Luis como digas. ¿Pero dónde está mi vaso de agua?... Luis; ¿tú no eres Héctor verdad?... Héctor; como dices eso Luis. Si soy yo Héctor, ¿Por qué piensas qué no lo soy?... Luis; tú no eres Héctor. Tu pierna ya no está sangrando, ya no tienes el clavo enterrado y tu pierna esta como si nada. Héctor; pero que cosas dices Luis, si nunca me enterré nada solo me golpee en la pierna solo fue eso. Luis; si, tú te facturaste la pierna y te enteraste un clavo en ella estaba bañada en sangre Héctor; nunca fue así Luis… Luis; ¡si yo la vi!... ¿Cómo no va hacer así Héctor?... Mientras Luis discutía con Héctor para saber quién era quien. Luis callo lentamente a piso desvaneciéndose Héctor; ¡¡Luis!!... ¡¡Luis!!... ¿estás bien?... Mientras Luis caía desmayado, solo escuchaba como Héctor repetía su nombre una y otra vez Unos minutos más tarde… Héctor; ¡¡Luis!!... ¡¡Luis!!... ya despierta, ya es tarde, ¡¡Luis!... Luis; ¿Qué paso Héctor?... ¿estás bien?... ¿Dónde estamos?... Héctor; Luis, nos quedamos dormidos Luis; ¿Qué cómo dormimos en el sótano?... Héctor; ¿cuál sótano Luis?... si nunca fuimos, nos quedamos dormidos mientras estábamos poniendo la casa de acampar Luis; ¡¿Qué?!... no puede ser cierto si bajamos al sótano y unos lobos nos siguieron. Tú estabas lastimado de una pierna Héctor Héctor; Luis nunca bajamos nos quedamos dormidos y ya es tarde para ir a la escuela Luis; ¿Dónde estamos Héctor?... Héctor; en mi habitación, Luis vamos a comer que mi mamá nos está llamando... María; ¡¡Luis, Héctor a comer!!... Héctor; ¡¡ya vamos mamá!!... Luis; yo no pienso salir de aquí hasta que no me digan que está pasando Héctor; Luis no sé por qué estés así pero tenemos que ir a comer Luis; porque no solo bajas tú y le dices a tu mamá que yo no tengo hambre, porque no pienso bajar comer. Aquí está pasando algo muy raro Héctor; no exageres Luis, aquí no está pasando nada raro, ahora podemos ir a comer Luis; está bien vamos, yo sé que tú no eres Héctor y esto no puede ser como tú dices no creo que aiga sido un simple sueño Luis bajo poco convencido a comer Ya en el comedor… María; ándale Luis come... Luis; es que no tengo ganas de comer Héctor; Luis la comida de mi mamá ¡está muy rica pruebala!... Luis no el probo pero vio que ninguno de los dos le había probado a sus platos y bajo la mirada y dijo Luis; ¡pero si ustedes no han comido nada!... María; pero Luis si nosotros ya terminamos Héctor; si Luis, solo faltas tu Luis levanto la cabeza de nuevo y se dio cuenta que los platos de Héctor y María estaban vacíos Luis; ¿díganme que está pasando?... ¡tú no eres Héctor y usted no es la señora María!... María; hay Luis que cosas dices yo soy María la mamá de Héctor Héctor; si Luis es mi mamá. ¿Por qué piensas eso?... ¿Qué tienes?... ¿te sientes bien?... Luis; si pero ustedes quienes son. No pudieron a ver comido tan rápido María; pero si no fue tan rápido, Luis llévanos más de media hora aquí sentados Héctor; si Luis, todo el tiempo has estado agachado Luis; que media hora eso no puede ser posible. “Sé que aquí hay algo raro y voy averiguarlo” María y Héctor se acercaron a Luis lentamente. Mientras tanto Luis se levantaba de su silla y se hacía para atrás tomando un cuchillo y empezó a moverlo de un lado a otro advirtiéndole a los dos que no se acercaran María; ¡tranquilo Luis!... Héctor; ¡tranquilízate Luis todo esta y va estar bien!... Luis; no se acerquen María; ¡tranquilo Luis que te pasa por que estas tan alterado, Héctor que pasa con Luis!... Héctor; ¡no lo sé mamá así esta desde que despertó!... Luis; ¡¡esto no es real!!... ¡¡esto no es real!!... Luis gritaba una y otra vez tratando de creer lo que decía o por lo menos estar fuera de esa realidad en la que se encontraba De pronto y lentamente todo se fue oscureciendo y Luis ya no veía ni a María, ni a Héctor, se quedó en silencio pero nadie le hablaba De repente de tras de el escucho… Héctor; ¡¡Luis amigo ayúdame!!... ¡¡Luis por favor ven!!... Luis; ¡¿Héctor eres tú?!... Héctor; ¡¡si amigo!!... ¡¿dónde estás?!... ¡¿estás bien?!... Luis; si, ¿y tú Héctor?... ¿qué paso?... ¿dónde estamos? ¿Por qué esta todo oscuro?... ¿te encuentras bien Héctor?... Héctor; si Luis pero me duele mucho la pierna me enterré un clavo Luis; ¿dónde estamos Héctor?... Héctor; ¡en el sótano Luis!... Luis; ¡como que en el sótano Héctor!... si ya habíamos salido de aquí Héctor; Luis desde que vimos a esa mujer yo caí de este lado y tú no sé donde estés solo sé que tengo ya mucho rato gritándole y no me contestabas hasta apenas ahorita hace un rato que te hable
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