Raúl se quita zapatos, pantalones, corbata y la camisa, se queda solo en su ropa interior, esperándome en silencio. No necesita ser muy rápido, lo hace con tranquilidad. Su mirada está puesta en mí. Se peina el cabello con los dedos, tomo asiento en el sofá y me mira en silencio mientras me acerco, camino hacia él con seguridad de quien es experto en su campo. El cliente siempre tiene la razón, por eso me desabotono el blazer y lo dejo sobre la mesita del café abro el botón de mi pantalón mientras le miro a los ojos, él sonríe y echa los brazos alrededor del sofá.
—¿Cuéntame cuál es tu plan?
—¿Tengo que tener un plan...?
—Sí, claro. Esta es como una reunión de negocios entre tu v****a y mi pene, entre otras cosas.
—Pues mi jefa me ha enviado un video porno tras otro, video educativos le llaman.
—¿Quieres una copa?
—No sé si deba beber en el trabajo—Raúl se ríe. —¡Uy, no puedo!!
—¿Estás embarazada?—pregunta.
—No. Solo… he dejado el alcohol.
—Buena decisión —Dice y extiende su mano hacia mí. —Mi padre era alcohólica… —comenta el hombre frente a mí.
—¿Cuál es tu visión? ¿Que me abra de piernas y me lo chupas mientras grito no debería hacértelo yo a ti?
Raúl se ríe y la verdad le sirvo una copa mientras piensa en que la desinformación es la peor cosa del mundo. Él bebe sorprendido porque aparentemente le he atinado con la bebida que seleccioné a su minibar. Observo la oficina en busca de un plan.
Pienso en las clases que me ha hecho tomar Maddison, striptease, baile y un poco de negocios para tener tema de conversación, al principio me sentí feliz porque no había examen, pues bueno. Hoy tengo al examinador en frente esperando mientras bebe un whisky y el tiempo parece estar por acabarse a las que me han hecho asistir y entonces la tengo un poco más claro.
Este hombre que adora los premios, el reconocimiento. Este es un hombre orgulloso de su trabajo y el poder que el dinero le ha servido en bandeja de plata. Este hombre lo tiene todo, y quiere saber si soy una de esas posesiones, camino hacia su escritorio, con los ojos en sus puestos sobre mí.
Me deshago de las prendas que me hacen falta y las dejo en la silla, muevo ligeramente algunas cosas del escritorio y me giro en su dirección. Retiro el brasier y se lo lanzo, me acuesto sobre el largo escritorio de madre subo lentamente las piernas y las abro ligeramente.
Apoyo los pies en el borde del escritorio y subo las caderas, deslizo las bragas negras por mis piernas. Muevo mis caderas para dar espacio, luego apoyo mis nalgas contra el frío escritorio, con uno de mis pies tiro de las bragas juego con ellas y hago todo mi esfuerzo por dejarla caer sobre él, queda en su rodilla y Raúl le da el último sorbo a su bebida. Se pone en pie y viene hacia mí junto a las rodillas.
—El plan es que la hagas como quieras, pero con plástico.
—Es una estupidez no hay nada para cubrir la lengua.
—Vale, pero no quiero tus espermatozoides tampoco.
—Para eso es la pastilla que se supone tomas. El cubo hace pruebas de transmisión s****l, estoy limpio.
—En mi cartera hay condones de todos los tamaños y colores.
—Tú aquí no mandas.
—Clientes hay un montón. —Respondo mientras bajo del escritorio. Me pongo la ropa rápidamente y él me mira molesto muestras hace una llamada a mi jefa, no he terminado de salir cuando Maddison me llama.
—¿Qué pasó, Carmina?
—Quería hacerlo sin preservativo y le dije que no.
—A veces hay que pensar un poco… te confíe a uno de nuestros clientes más fieles y más dadivosos porque me dijiste que necesitabas dinero y trabajo. ¿En qué quedamos?
—Conoces mi pasado. Soy una exdrogadicta. Sé que me hiciste exámenes. Es solo… Creo que debería cuidarme y mis clientes.
—Apréndete esto: no hay putas buenas ni tampoco ricas. Los clientes esperan ciertas cosas de ti. Tú me dijiste que estabas disponible para follarte a cualquiera a cambio de dinero, querías clientes fijos, para eso, tienes que hacer cosas incómodas, por ejemplo, tener a alguien empujando dentro de ti cuando no sientes nada. No usar preservativo porque yo me aseguro por todos los medios de que no tenga ni piojos. Yo soy tu intermediario, soy la persona que cuida esa relación porque sin ustedes no hay dinero. Ahora, llamas y te disculpas y reza porque le dé la gana de volver a agendar porque si no estás sin dinero por un mes y deberás la renta, el chofer y todos tus gastos. No quieres jugar a endeudarte conmigo. Hablamos cuando soluciones las cosas.
Mientras intentaba decidirme qué hacer, él sale por la puerta principal, un auto se detiene frente a nosotros y él me mira y yo me giro hacia él.
—No me gustan los extraños, no me gusta ceder el control y no creo que deba ser descuidada, usted tiene una familia, hijos y una esposa. Yo, debería ser algo divertido, relajante y sexy y estoy dispuesta a eso, pero no a costa de mi salud o por la de tu mujer, porque no creo que sea la única.
—¿Esa es tu disculpa?
—No voy a disculparme por cuidar de mí, Bye. —Camino hacia mi auto, me dirigen de vuelta a casa y me encierro.
Lloro asustada porque este empleo es una salida fácil que puede salir muy mal en tan sol segundos. Me horroriza tener que pensar que voy a ser básicamente la perra de alguien toda mi vida, y me horroriza pensar que todo se debe a mi orgullo, a no tomar la ayuda de la persona adecuada.
Mi celular suena y veo que es Brenda, de inmediato tomo la llamada y ella me suelta su emoción ante una venta grandísima para los gastos de la universidad y han encontrado un apartamento mucho más cómodo que el anterior, ubicado en el centro no hay lujos ni seguridad añadida, sin embargo; están seguros con un techo en la cabeza.
—¿Entonces, todo bien?
—Bueno, hay mucho que pagar. El panorama es esperanzador.
—¿Tú crees?
—Sí, además los finales están cerca, necesito concentrarme. ¿Tú como estás, cuándo vuelves?
—En unos días quizá pueda darme la vuelta.
—¿Todo bien? ¿No me has contado nada del trabajo? Cómo es ser asistente.
—Creo que me van a despedir.
—Ohh… Mina, ¿qué pasó?
—Tuve un mal día, un cliente se molestó porque le dije que necesitábamos unos plásticos.
—Ay, Mina, trabajas muy bien. Hay muchos lugres en los que te querían. Tú los has estado haciendo tan bien. Eres inteligente, guapa, la más leal amiga y tienes a dónde venir si las cosas no van bien. ¿Lo sabes?
—Sí, pero qué tal si la decisión correcta es tomar la ayuda que me ofrece mi papá. ¿Lo has pensado? ¿Si tu mamá aparece en los siguientes días con el dinero completo para pagar tu carrera o una parte, lo aceptarías?
—Es diferente… no sé Mina, mis papás estuvieron casados, tuvieron una hija y mi mamá se divorció de Rod y se olvidó por completo de sus responsabilidades hacia mí. No hay cartas, mensajes o llamadas. Me dejó en un orfanatorio solo para herir a mi papá. La mujer no ha dado manutención durante los últimos diez años. Yo no creo que merezca nada, pero depende de la intención, si es ayudarme y que esté feliz se lo agradezco. No siento que pueda arreglar las cosas con ella mientras Rod esté vivo. Es una falta de respeto hacia nuestra relación y… Es muy complicado. Mejor, dime cuál es el problema entre ustedes.
—Mi mamá me dejó con él. Aparentemente, ella era muy joven, estaba estudiando y él… él decidió dejarme ahí Brenda, en un orfanato porque tiene familia, cuatro hijos y una esposa. Si me da dinero, una educación o una casa es darle la oportunidad de decir que ha hecho bien y no se lo merece.
—Tú te lo mereces, tú viviste en un orfanato. En la calle, has vivido un montón de cosas que no puedo imaginarme. Mina, si tu papá tiene el dinero para darte una vida digna, algo que les daría a sus otros cuatro hijos. ¿Por qué tú no te lo mereces?
Me da vergüenza siquiera decirlo, pero siempre he creído que mi
—Yo soy el polvo con una de sus empleadas Brenda, no soy su hija, soy una aventura o una violación que salió mal. Soy la consecuencia de una infidelidad.
Mi amiga me escucha llorar. Es que jamás podría haberle contado a Brenda la vergüenza que me produce imaginar que mis padres me concibieron en una situación tan desagradable. Jamás podrá vivir con la mezcla de pena y la sorpresa en la cara de Brenda cuando escuchase esto.
—Bueno, yo creo que te mereces todo. Mientras haya trabajo, comida, hogar y una vida digna y tranquila y salud vas a estar bien. Si estás por perder el trabajo busca otro, Mina, y ven a casa mientras las cosas mejoran.
Los golpes en la puerta se hacen presentes, me disculpo con mi amiga para ir verde quien se trata.
—Te quiero, llamo mañana Brendy.
—Que no se te pase, aunque sea, un mensaje Mina.
—Sí, sí, me llaman del trabajo. Tengo que colgar.
Finalizo la llamada y me acercó puerta, espero a una molesta Maddison por lo que me limpio las lágrimas y dejo el teléfono en la mesita de entrada antes de abrir. Me sorprendí al ver a Raúl, el cual viene con ropa fresca, diferente, huele a recién bañado.
—He pagado tres meses por adelantado y Madison no hace devoluciones.
—¿Quieres pasar?
—Quiero que me enseñes que sabes hacer—Dice mientras despliega varios preservativos de su mano.