Las empanadas que cocina Brenda son un éxito. No me pida nunca explicarle esto, pero es mejor que el sexo, son super crujiente, el relleno siempre está de muerte y las salsas adicionales. Las dos escuchamos a los amigos de Felipe gruñir y suspirar como si estuviesen a punto de morir de placer, felipe saca la carne mechada del microondas y da una cucharada, ve a Brenda sorprendida y asiente.
—Esto es... espectacular, wow, Brenda—Le dice Raymond.
—Muchas gracias por invitarnos a las de Mina. —Dice Ibrahim.
A mí me encanta un poco más esto dos conformes los conozco, que son majos, pero todo lo respetuosos y educados que pueden llegar a ser me parece llamativo. Eso sí, alguien está flechado por mi amiga, Raymond no le quita los ojos de encima y a ratos no identifico si se está comiendo la empanada o está fantaseando con los ojos abiertos.
—¿Las vendes... o cómo es?
—Sí, las vendo.
—En la próxima junta encargamos cien, de todos los tipos que se te ocurran.
—Necesitan probar la de camarón con guacamole—les cuento, porque son mis favoritas, esta masa crujiente con el relleno delicioso de camarón que no se le pasa nunca. Esta Brenda por poco es perfecta, guapa, inteligente y cocina rico, pero Raymond con todo lo bien que me cae no me parece apropiado para media naranja de Brenda.
—Brenda, esto podría ser un negocio, sería rico para las tardes, tipo un local chiquito.
—Brenda, estudia. Esto no es superioridad.
—Podrían tener un negocio juntas.
—Un negocio requiere dinero y no se puede.
—Podríamos ser socias silenciosas.
—Tú eres muy opinado, Ray.
Un negocio de cocina es 100 % en casa. Mi papá me ayuda, Mina me ayuda cuando hay mucho trabajo y vamos navegando, pero... si abro una cafetería, la universidad pasará a segundo plano y me quedaré con la deuda del préstamo.
—¿De cuánto es la deuda? —pregunta Felipe.
—¿Por qué no cambiamos de tema?
—Siempre tenemos becas para estudiantes, Brenda. Yo estudié con préstamo y él con beca, Felipe nos pagaba todos los gastos de comida, transporte, médicos. Como no recibe nuestro dinero, siempre intentamos devolverle a alguien en nuestra situación. Si un mes no puedes pagar la renta o no te alcanza para comida, está bien pedir ayuda.
—¿Escuchaste, ayuda? —comenta Mina —Los amigos se ayudan.
A Brenda le cuesta trabajo recibir ayuda de quien sea, pero es un buen ejemplo de que incluso cuando tienes mucha más estabilidad económica, de vez en cuando necesitas una mano.
Los chicos proponen una película y nosotras aceptamos, yo me siento al lado de mi mejor amiga y le pregunto cómo va todo, ella me sonríe y me dice que desde la beca que recibió por sus calificaciones en la Universidad se siente más relajada, sonrío y la rodeo con el brazo. La película es malísima, pero solo un hombre puede ver "Volver al Futuro" y estar emocionado, nada de lo que el chico planeó pasó. Pobrecito. Excepto lo del celular.
—Tan guapo —le susurro a Brenda.
—Tiene Parkinson.
—Sí, a veces tiemblo y pienso que lo tienes.
—Yo también.
—¿En serio? —pregunta Brenda.
—Usualmente y ahora voy por el sexto café y le doy una calada a un cigarrito.
—Ay, Dios —Las dos reímos y los chicos nos mandan a callar.
La película termina poco después y Felipe me invita a ir a dejar a Brenda. Ella no parece encantada con la idea, pero es mejor que la deje Ray, quien ha estado intentando ligar y mi amiga ha pasado 100 % de él y de todas sus artimañas. Felipe y yo nos miramos divertidos a la hora de la despedida porque Brenda está tan cerrada a la idea de que su amigo tiene que escribir un texto preguntando si es lesbiana. Le aseguro que simplemente no está interesada.
Creo que Brenda es una de esas mujeres que tiene tan claro lo que quiere que con una sola casilla que haga falta, prefiere quedarse sola.
Cuando venimos de regreso en el auto insisto en pasar por un helado, le hago ojitos y le ruego a Felipe. Él me advierte que si quiero bajar del auto tengo que hacerlo en pantuflas, veo unas, son mías, son suaves y rosadas, mi color favorito. Bajo del auto con su ayuda. Me apoyo en él, Felipe sonríe porque siente que ha ganado con lo de los zapatos, y yo también.
—¿Felipín? —le llama una mujer y él pone su mirada en ella.
Delgada como un palo, menuda, rubia, coqueta, muy mona, y la mujer que no le suelta la mano, con el pelo muy corto y un poco gruesa. Se presenta como Cece y a su novia Jime, yo sonrío y les estrecho la mano a ambas.
—Mina, la novia de Felipe.
—Odiabas que te llamaran así.
—La gente cambia —responde finalmente Felipe, quien parece haber salido de su shock.
—¿Te ha hablado de mí?
—No —me río—Pasamos demasiado tiempo en la cama como para pensar en una pareja de lesbianas —Felipe se ríe y me besa la mejilla.
—Ha sido un placer.
—Ahh, Felipe, tú eres una buena porción de mi vida. ¿Por qué no podemos ser amigos?
Felipe se gira y la mira con cierto enojo, uno que definitivamente no habíamos visto nunca en él. Su cuerpo está tenso, su rostro refleja amargura y sorpresa. Sé que la pregunta le ha ofendido.
—Felix —le llama—. Es solo una oportunidad, un café, hablar, quiero que estés bien. Mira, has perdido peso y tienes a alguien más, ¿por qué tengo que perder a mi mejor amigo?
—Porque me engañaste con una mujer cuando te lo daba todo, gilipollas —le responde, y yo niego con la cabeza.
—¿Eso te hizo? —pregunto— ¿Con esta zorra? Con cara de mosca muerta.
—Mina.
—Me pasé, hice las cosas mal, no podía tener una novia. Necesitaba que mis papás me pagaran la universidad y tú eras una... buena tapadera, pero eso no quita que fuéramos amigos, que habláramos durante horas. Felipe, ¿cómo no sospechaste de una adolescente que no te metía mano?
—Te amé, por eso no sospeché. Mi novia de catorce quería esperar, no quería escándalos, tenía miedo a ser descubierta y no estaba lista. Te esperé, te respeté, y tú me humillaste de todas las formas posibles. Me llamaste gordo, cuestionaste si se me paraba o no, y me rompiste una semana después de anunciar nuestro compromiso por tu mejor amiga. Ya elegiste a Cecilia, espero de verdad que seas muy feliz.
—Felipe —dice la mujer entre lágrimas y con los ojos rojos. Con las lágrimas enormes me hace entender cómo pospuso el sexo durante casi diez años. Lo que no puedo entender es si tenerlo de tapadera era necesario humillarle de esa manera. Hay gente que no merece existir, son todo lo malo. —Felipe, lo siento muchísimo. Me asusté. Mi mamá estaba reservando lugares y cosas para un matrimonio que no quería, y tú parecías feliz, enamorado y extasiado. Y mi papá salió con eso de que no me iría sin anillo y boda después del sexo que supuestamente habíamos tenido por años. Mi mamá dijo que no era virgen en medio de la cena, y me volví loca y lo solté. Cuanta cosa para convencer a mis papás de romper el compromiso. Lo siento muchísimo. Un divorcio hubiese sido peor, Felipe.
—Gracias por ayudarle, está mucho mejor —jalo del brazo a Felipe y ella le toma de su brazo libre. —Suéltalo.
—Felipe —ruega.
—Suéltalo.
—No estoy listo para perdonarte y mucho menos para fingir que no pasó nada.
Con eso dicho y con el dolor en mi pie, que estoy segura es muy similar a lo que este pobre chico siente en el alma, nos dirigimos con toda nuestra dignidad a la heladería. Le doy un abrazo a Felipe y lo lleno de besos en el rostro. Él ríe y me pregunta desde cuándo soy tan cariñosa.
—No voy a tener un hombre herido y desatendido, es mío por contrato y esa perra no va a amargarnos la noche. —Le doy un beso corto en los labios y él sonríe mientras acaricia mi espalda. Me besa en el cuello y los dos reímos. Yo sonrío ampliamente mientras veo a la perra de Cecilia haciéndose la víctima desde el exterior. Es que las hay cabronas para que vean.
Aquí venden helados keto y les pido que nos den sabor de coco y, sobre todo, que nos llenen de los 19 g de carbohidratos posibles. La que nos atiende explica que hay una medida para no salirse de la dieta y otra que es pecado. Yo me decanto por la de pecado.
Vamos al auto y le voy dando cucharadas en cada alto. Él intenta relajarse, pero su rostro todavía está lleno de amargura.
—¿Hace cuánto terminaron?
—Un año.
—Ay, Felipe.
—Sí, una putada.
—Ya... ¿y eres virgen? —Felipe gira para aparcar el auto antes de reír como un loco.
—¿Es lo único con lo que te quedaste?
—Sí, nunca he estado con un virgen.
—Ah, pobrecita —ironiza.
—Es normal que los hombres contraten putas para eso. Lo que no entiendo es qué les pasó a las chicas del cole. Le tenían miedo a la loba feroz o cómo fue.
—En el cole tenía sobrepeso. Lo único sexy de mí es que algún día heredaré mucho dinero.
—Tú tienes muchas más cosas buenas que la cantidad de dinero que generas o tu familia. No eres solo un gordo o un obeso, eres un hombre que abre la puerta, que ayuda a sus amigos, eres divertido, demasiado inteligente y muy tierno. Eres un sueño. Cualquier mujer que tenga la suerte de estar contigo no deberá sentirlo como un castigo, sino como la mayor honra de su vida, porque tú eres casi el hombre perfecto.
—¿Cuál es mi defecto?
—Te gustan los videojuegos —Él ríe y yo le abrazo. Felipe me abraza de vuelta y me besa, roza sus labios contra los míos lentamente y me mira a los ojos en busca de permiso. Antes de besarme, nos olvidamos solo de los labios, ni comernos la boca con pasión y avidez que demuestran que las ganas no le hacían falta con su novia. Me dejo llevar, él acaricia, me besa y me cambio de asiento. Llevo una de sus manos sobre mi seno y gimo cuando lo aprieta con fuerza. Me rozo contra su palo y retira el asiento hacia atrás cuando escucha un auto meterse al garaje del edificio.
Yo me pego a su cuerpo y continuó besándole, Felipe, me desabrocha el brasier para acariciar mi pechos sin ninguna barrera, lo hace de forma lujuriosa, sin vergüenza alguna, los besa y los muerde, sonrío y suspiro enardecida por su tacto. Los veo con deseo, sonrío contra su boca mientras voy repartiendo besos en su pecho, desciendo lentamente y cuido no lastimarme el pie.
Le desabrocho los pantalones mientras me acomodo frente a su polla, Felipe, parece nervioso, algo ansioso, y yo reparto besos pequeños en su pelvis, introduzco su polla en mi boca y le escucho suspirar, él me observa encantado, y yo me siento encantada con la idea de darle placer, enloquecerlo, hacerlo disfrutar por completo.
Bueno en Ig les cuento cómo hacer los votos lunares, por si quieren contribuir, gracias por sus comentarios, quedo atenta, las leo, nos leemos mañana.