Capítulo uno

2896 Words
Narra Abi. Mañana es mi cumpleaños número 18, estoy segura que mi hermano mayor me dará una sorpresa, siempre lo hace, así que ya es una costumbre — Es hora de dormir princesa — dice mi madre pasando por mi habitación. — Hasta mañana Ma, que pases una bonita noche — digo y ella se acerca a mi, se seinta en el borde de mi cama y me abraza. — Abi, mi niña, mi princesa. Mañana cumplirás 18 años, solo quiero que sepas que sin importar de lo que mañana sepas, quiero decirte que te amo con todo mi corazón y no me arrepiento de nada — dice ella y yo me separo del abrazo. — ¿Por qué dices eso madre? — preguntó, pero sus ojos están llenos de lágrimas — sólo te puedo decir que te quiero, que eres mi hija, que te amo, perdoname mi amor. Dice y la abrazo de nuevo — yo también te amo mamá, pero no llores por favor yo no tengo nada que perdonarte — digo y ella asiente. Me da un último beso y sale de mi habitación. Decido no ponerle mucha atención a las palabras de mi madre y decido dormir, espero que mañana cuando regrese de la universidad, tenga mi sorpresa en casa. Me despierto por el insesante ruido de mi alarma, mentiría si les digo que si dormí, porque no fue así, después de todo las palabras de mi madre rondaron mi cabeza, hubiese sido otro tipo de chica que lo deja pasar y ya, pero no, soy Abi Messer que a pesar de siempre llevarle la contraria a mi hermano gruñón y a mi madre, se preocupa por ellos. Apago el aparato y me levanto de mi cama, camino al baño y me doy una ducha de agua fría para despertar, tal vez sea algo loco, pero en realidad el frío me encanta. Después de unos veinte minutos salgo de la ducha, con una toalla enredada en mi cuerpo y una en mi cabeza. Camino a mi armario en busca de que ponerme para irme a la escuela. Si soy rebelde y todo, pero amo estudiar. Después de vestirme y arreglar mi cabello, salgo a la cocina, con la esperanza de encontrar a mi madre, pero solo encuentro el desayuno ya listo para mi. Me extraña que ella no esté aquí y de nuevo sus palabras llegan a mi, sacudo mi cabeza y desayuno para ir por Addison e ir a la uni. Salgo de casa y me dirijo a la casa de mi loca amiga, ella es como una hermana para mi, además de que es mi entrenadora personal, mi hermano me ha obligado desde pequeña a entrenar defensa personal, en un principio lo hacía con él, pero después de que se fuera de casa seguí con Addison, ella es muy, muy buena a decir verdad, siempre me patea el trasero, pero estoy segura que un día no muy lejano seré yo quien se lo patee a ella. Cuando llego, ella me recibe con un abrazo, mi primer abrazo y me da un obsequio. — Ad, no te hubieras molestado — digo y sale su madre a felicitarme. — Feliz dieciocho pequeña — me dice la señora Mueller — gracias — digo y mi amiga me apresura. — Abi hay que irnos que se nos hace tarde y ya sabes que la primer clase nos toca con el gruñón de Johnsons — dice dramáticamente y yo río. — Nos vemos señora Mueller — digo y mi amiga se despide de su madre. Subo al auto de mi loca amiga y ella lo pone en marcha, llegamos a la uni justo a tiempo y corremos por el campus como dos locas antes de que el profesor Johnsons nos pille, llegando tarde. El resto de la mañana nos lo pasamos de lo más normal, se llega la hora de la salida y junto a mi amiga y entrenadora personal subimos al auto, ella me lleva hasta mi casa, como si viviéramos muy lejos, pero desde que le dije que últimamente me he sentido observada, me deja en la puerta de mi casa y se espera hasta que yo entre. — Nos vemos mañana Ad, gracias por el obsequio — digo y ella sonríe, pero rápidamente borra la sonrisa de su rostro. — Abi, quiero que sepas que te quiero como una hermana, y pase lo que pase, siempre estaré junto a ti, así tu no lo quieras, solo perdoname si. Dice, y me desconcierta — es la segunda vez que escucho algo similar — digo, pero ella solo se despide de mi y se va. Es extraño todo esto, mi madre primero y ahora ella, sacudo mi cabeza para tratar de olvidar eso y entro a casa. Soy sorprendida por mi hermano quien me espera en la sala. — Jason, viniste — digo lanzándome a sus brazos. Amo a mi hermano, siempre ha hecho lo que ha podido desde que entró a trabajar para mantenerme bien, a mi y a mi madre, y aunque no me gusta esa obsesión de que tengo que saber defenderme y se volvió peor cuando se caso, no quiero ni imaginarme como sera cuando sea padre de una niña, si a mi me cela, será peor con su propia hija. — Y perderme tu cumpleaños, eso nunca princesa — contesta él, estrechándome entre sus brazos y levantándome del suelo. Mi hermano es muy alto, mide aproximadamente un 1,90 o un poco más y cuando se enoja, parece que hay un dragón dentro de él, porque le sale una voz tan demandante que hay veces que me da miedo, pero nunca se lo demuestro. — Bien mi pequeña hermana, tenemos que irnos — dice y es ahí donde me doy cuenta que hay un par de maletas al lado de él. Lo miro por unos segundos y alterno mi mirada a las maletas unas son mías y las otras son de mi madre. — ¿ A donde vamos Jason? — pregunto pero él no me contesta y carga las maletas más pesadas, dejándome las más ligeras a mi. Sin protestar lo sigo y él sube las maletas al maletero del auto. — Sube al auto Abi, se que te gustara a donde te llevaré — dice él. — No, no me iré a ningún lado, aquí esta mi vida, aquí esta Addison, porque querría irme a otro lado — digo, pero de inmediato veo a mi hermano enojarse. — Solo sube al auto Abi — gruñe y lo miro mal. — Por favor, no me hagas perder la paciencia, no aquí, tengo muchas cosas que contarte así que será mejor que lo hagas, porque te llevaré ya sea por las buenas o por las malas. Dice tan decidido, que entro al auto no digo nada y mas al haber visto ese brillo amarillento en sus ojos, jamás lo había visto, ahora si me dio miedo. ****** Después de no se cuantas horas de camino, entramos aún inmenso bosque, por un camino de terracería, ni Jason ni yo hemos hablado, todo ha sido en completo silencio, calculo que serán ya casi las ocho de la noche y no me equivoco al ver mi celular. Cuando ya me siento desesperada, y estoy a punto de abrir la boca, veo una inmensa puerta abrirse para nosotros. El auto se detiene y saludan a mi hermano con sumo respeto, Jason sigue su camino. Yo me maravillo del lugar, hay muchas casas coloridas, y puedo ver a algunas familias alegres por la calle. Después de unos minutos más de camino, llegamos a una enorme casa, que digo casa esto es una mansión, jamás había visto una en la vida real sólo en las películas. Jason estaciona el auto y lo apaga baja de el y lo rodea, para abrirme la puerta — ven, tienes que conocer a alguien — dice él y sin protesta alguna lo sigo. Toca la gran puerta de madera y después de unos segundos está es abierta por una mujer de mediana edad. — Bienvenido Alpha Jason, el Alpha William los espera en el despacho — dice la mujer y yo me pregunto a qué se refiere con eso de Alpha ¿por qué le ha dicho Alpha a Jason? Ella nos guía por un pasillo y después de tocar la puerta y escuchar el "pase" mi hermano y yo entramos al lugar. El despacho es enorme diría yo, tiene una enorme sala en medio de este cuarto, es más me atrevo a decir que aquí cabe mi sala y cocina comedor. Hay un hombre sentado en la silla detrás del escritorio, pero esta de espalda a nosotros. — Buenas noches Jason, buenas noches Abi — dice y yo trato de reconocer su voz, se que la he escuchado en algún lado y lo confirmó cuando la silla gira. — ¿Usted? — digo y el sonríe de medio lado. — Abi, mas respeto hacia tus mayores — dice Jason el gruñón, y cuando estoy a punto de hablar, el señor este que ahora se que se llama William habla. — No te preocupes Jason, de todos modos tu hermana no está enterada aún de las cosas, pero por favor tomen asiento que tenemos mucho de que hablar. Dice el hombre, y Jason me guía al enorme sillón seguidos del señor William. — Abi te presento a William Blackwood — dice Jason. — Un placer conocerte oficialmente Abi — dice él y me tiende la mano, por educación estrecho mi mano con la de él. Este hombre ha estado en mi casa un par de veces en este mes, no entiendo nada. — Bien vayamos al punto de esta reunión — dice el señor Blackwood. — Abi, mamá y tu vivirán aquí a partir de ahora, recuerda que te dije que hay algo importante que debo hablar contigo, solo quiero decirte que me perdones. Dice y ahí esta por tercera vez escucho esa palabra — ¡¡haber ya!! — digo molesta — no entiendo porque las tres personas más importantes de mi vida han dicho esas palabras. — digo con tono algo molesto. — Tranquílizate Abi, solo tienes que entender que todo lo que se hizo hasta ahora fue por tu bien. Dice este señor al cual veo que mi hermano ve con mucho respeto. — Sabrás algunas cosas pequeña, es necesario que las sepas ahora antes de la media noche, tu hermano y tu madre lo hicieron para protegerte, no los odies que ha sido muy duro para ellos ocultarte todo esto. Dice y yo los veo a ambos, no entiendo a dónde quieren llegar. — Te contaré una historia — dice él y con eso atrae toda mi atención — Hace dieciocho años, nació una hermosa niña, con el cabello castaño, una piel blanca y unos hermoso ojos azules. Sus padres hicieron una gran fiesta, pues aquella bebé era esperada con mucho amor. Lo que no sabían es que ese día, que sería el más feliz de sus vidas llegaría a su fin drásticamente. — se detiene por un momento y después de tomarle un trago a su vaso que ni siquiera vi que traía continúa. — Ese día fueron atacados, el padre de aquella bebé, quiso poner a salvo a su esposa e hijos, él tenía que quedarse con su gente, el era el líder tenia que luchar para defender a su gente. Lastimosamente la madre con los pequeños fue interceptada, aquella mujer dio su vida por sus hijos y una samaritana los encontró, prometió cuidar de ellos con su vida y así lo hizo desde ese entonces, entregó cuerpo y alma con tal de darles lo mejor, sin importar que no fueran sus hijos y que ni siquiera fueran realmente humanos. Vuelve a detenerse y es aquí donde yo pregunto — ¿a qué se refiere con eso? — él me mira y pasa su mirada a Jason, él traga grueso, está nervioso lo sé muy bien. — Vamos Jason habla — digo impacientándome — Bien, primero que nada quiero que sepas que el mundo no es como piensas que es en realidad, hay mucho más allá de lo que tus ojos han visto, tal vez pienses que estoy loco por lo que te voy a decir, pero la magia así como los hombres lobo y los vampiros existen, el echo de que no los hayas visto no significa que no existan. — dice él, estoy apuntó de refutar su teoría cuando él continúa. — Aún no se como es que viven los vampiros, por años y años se ha investigado eso, cabe aclarar que hay una gran rivalidad entre ambas especies. — Estas loco Jason, solo dices tonterías — digo riendo, pero ambos me miran seriamente. — No es ninguna broma Abi — lo dice tan serio que no se que creer. —Y ahora me dirás que esa bebé de la que hablo el señor Blackwood soy yo — digo y el asiente. — así es hermanita, nosotros somos licántropos, y el día que tú naciste, sería el día más feliz para la manada, pero fuimos sorprendidos por los vampiros, las palabras de nuestro padre fue, que saliéramos de ahí, y que te protegiéramos, mamá estaba débil aún, ella sabía que nos seguían el parto no había sido nada fácil, para ella y yo como hermano mayor le había prometido a nuestro padre cuidar de ti y de mamá, ella te dejó conmigo abrió un portal y llegamos a las afueras de la ciudad, ahí encontramos a Elisa mamá nos encargo con ella y le pasó sus recuerdos, aún así ella nos aceptó y cuido de nosotros. Cuando yo llegue aquí, el Alpha William viajo a nuestra manada, nuestro padre estaba ya al borde de la muerte y lo único que pidió fue, que cuidara de nosotros y lo que quedaba de nuestra manada, hasta que yo fuera mayor para tomar el lugar de nuestro padre. Termina de decir y me levanto de donde estoy. — Estas mintiendo, esto solo lo dices para molestarme, ¿Por qué Jason? ¿Por qué eres así? — digo alejándome de ambos e intentando salir de ese lugar que empiezo a sentir que me asfixia. — Detente ahí — escucho la voz demandante de mi hermano y veo pasar por sus ojos ese brillo amarillo de nuevo. — No tengo porque mentirte, hoy cumples dieciocho años y había prometido cuidarte y así lo hice, hoy será tu primera transformación y era necesario que supieras esto — dice aún utilizando ese tono de voz. — Ya basta, no sigas mas— digo y sin importarme nada, salgo de ahí, escuchando los gritos de mi hermano. Corro lo más rápido que puedo y llego a la puerta, la abro y bajo las escaleras lo mas rápido que puedo, mis lágrimas comienzan a llenar mis ojos y no me dejan ver ya, hasta que en mi mente escucho una voz. > Detente Abi, por lo que mas quieras detente Nunca te haría daño. No me tengas miedo Abi yo estoy aquí para protegerte, mírame a los ojos y verás quien soy. Esto es lo que somos Abi, nuestro padre fue alguien muy importante y un gran hombre lobo, llevas en tu sangre la magia y sangre de lobo de mamá y la sangre lobo de papá Yo no puedo creer lo que mis ojos ven en este momento, lo que en mi mente he escuchado, no quiero creerlo, yo soy una simple humana, que ama estudiar que ama el frío, como pueden decirme que todo lo que yo creía que era no es verdad. Yo aun no se como procesar todo esto, creo que me estoy volviendo loca. Me levanto como puedo del suelo y le grito de nuevo — esto es una mentira, si es producto de mi imaginación, me estoy volviendo loca, eso es, no puede ser verdad, esto no es real, estoy soñando despierta, si eso es. — digo, pero el animal frente a mí niega con la cabeza. >Mírame Abi, soy yo tu hermano mayor, estoy aquí para cuidar de ti, tal y como se lo prometí a nuestros padres< Niego con la cabeza e intento huir de nuevo, pero el me lo impide, yo solo lo miro y no se que pensar. Como asimilar que todo en lo que tu creías que era una fantasía, resulta ser real, que alguien me diga que estoy soñando o que amanecí en un mundo paralelo al que yo conocía.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD