Parte II: XXXII

1972 Words
Se que es más fácil decir, que tratar de equilibrar todo para poder encontrarme con una mujer que posiblemente lo que quiera hacer sea sacarme la cabeza nada más verme. El señor Hugh Cavanaugh, trato de darme fuerza para seguir adelante que las cosas son mas fáciles de lo que realmente son. Se que el tiene confianza en mi, en que podré llegar a conquistar de nuevo el corazón de mi mujer. Porque es mi mujer, eso no cambiará a través de los meses, ni años. Al igual que soy su hombre, ni siquiera sé me ha pasado por la mente ver a alguien más. La veo en cada lugar, en cada esquina pero es imposible estamos a ciudades de distancia lo hice a propósito porque no podría soportar estar en la misma ciudad que ella y no poder buscarla. Me conozco, y ella es mi debilidad en más de un sentido. Pero en el buen sentido, ella me hace fuerte, al mismo tiempo me hace ser débil al tener conocimiento de que ella estará en el mismo lugar, que podríamos encontrarnos en el súper, hasta en el parque o quizás en la tienda de helados que tanto a ella le encantan no podría solo hacer como que todo ya ocurrió. — Debido a eso, tengo que equilibrar bien que es lo que tengo que hacer para reconquistar a esa pelirroja que tiene mi vida de cabeza... Tampoco es como que pudiera pasar todo el día analizando que hacer, tengo una empresa de la que encargarme. Además ya se me ocurrirá algo, la cuestión no es como hacer para reconquistar sino buscar la manera en la que podamos encontrarnos "casualmente", a partir de ahí ya todo debería fluir como el agua como siempre ha sido entre nosotros. — Tengo la plena seguridad que cuando nos volvamos a encontrar, todo explotará como si de fuegos artificiales se tratase bueno tampoco tan literal. Pero por ahí va más o menos — a veces no entiendo mi propia mente, divagando con cosas que ni al punto Decido seguir en lo mío, hoy es un día algo ligero no hay algo así como reuniones a las que tenga que acudir. Hace un par de días, firmé un contrato para una expansión todo va avanzando con pasos agigantados sin darme cuenta la guía que me ha dado el señor Hugh ha sido muy efectiva. En más de un sentido, a veces todo se siente hasta de manera más natural. Lo que me hace preguntarme, el porqué de eso. Siempre trabaje en cargos menores, nada de mucha importancia pero a pesar de no ser algo de mucha relevancia siempre di todo de mí, me he enfocado en que haga lo que haga hay que hacerlo bien. Sino para que lo haces, para eso simplemente no hagas nada. Si vas a hacer algo por hacerlo, lo mejor es no hacerlo. Porque desperdicias el esfuerzo que los demás estarían poniendo en ti, la esperanza que están dándote a ti con la confianza de que harás un buen trabajo. Ese es el problema de muchas empresas, o mejor dicho la razón de su declive. Muchas personas hacen las cosas a medias, eso se vuelve un efecto dominó. Porque no aplica en si en que una sola persona lo haga mal no pasa nada, pero si varias personas van adecuándose a esas malas prácticas todo se va a caer como una pirámide de naipes. Normalmente eso ocurre cuando el presidente, hace la vista gorda; ignora lo que está ocurriendo. — Disculpe señor Nodstorm, la señorita Moretz necesita su ayuda en algo que no comprende no es mi área así que no sabría brindarle el asesoramiento necesario — me veo interrumpido por una llamada Me levanto de mi asiento, para dirigirme hacia el lugar de trabajo adónde me dice que me dirija mi secretaria Loranny. — Buen día señor Nodstorm, disculpe que lo haya molestado es que estoy tratando de introducir estás fórmulas pero creo que estoy haciendo algo mal — me dice con una mirada avergonzada — No te preocupes, si tengo tiempo libre no tengo problema en venir a ayudarle Procedo a explicarle, que es lo que está haciendo mal. Lo mejor es cuando estás dispuesto, a aceptar esa ayuda que te están brindando. Porque hay personas que no aceptan que están equivocados, desde el primer momento me plantee ayudar a quien lo necesite sea el área que sea. Porque al verlos preocupados, de si lo que hacen está bien o está mal. Me hace recordar a tiempo atrás, puedo tener este cargo en este momento pero hace mucho tiempo atrás yo también fui nuevo, también me equivoqué y cometí errores. Lo importante es ayudar siempre que se pueda. — ¿Tienes alguna otra duda? — le pregunto, interesado en saber que mi asesoramiento le haya ayudado a aligerar o despejar sus dudas — No señor, muchas gracias era solo eso — Pierda cuidado, que tenga un excelente día cualquier problema no dude en preguntar sin miedo, todos aquí somos compañeros de trabajo por lo mismo estamos para ayudarnos mutuamente Asiente varias veces. Lo tomó como mi señal para devolverme a mi oficina. Al principio fue duro no tengo porque decir lo contrario, estaría mintiendo y las mentiras no son lo mío. Pero poco a poco nos fuimos adecuando a un sistema de trabajo, opte por tomar una opción muy arriesgada que fue aceptar a personas que no tenían una educación muy estable que digamos. Eso hubiera sido contraproducente. Pero quería darles a las personas que por distintas razones en sus vidas no pudieron tener, lo que podría decirse una seguridad o educación estable. Una segunda oportunidad, de comenzar de nuevo, muy arriesgado lo sé. Por eso cuando van a entrar a trabajar tienen que estar dispuestos sobre todo, dispuestos a salir adelante. A querer mejorar su ritmo de vida, ya sea para ellos como para sus familiares. Debido a eso, cuando entran se les ofrece una educación gratuita para las personas que no tengan los recursos, además que nunca es tarde para aprender. Mientras se tengan ganas de aprender, progresar y hacer algo importante o al menos tener algo estable. Siempre hay alternativas, solo hace falta ponerle desempeño y ganas. En medio de cavilaciones, y algunas reformas que se necesitaban en algunos documentos. No obligatorias, pero si necesarios para que todo se maneje de manera correcta. Se me fue gran parte de la tarde, a pesar del cargo que tenga no he dejado que eso interfiera en mi tiempo con Chloe; mi hija. Equilibre mi horario para salir a la misma, que saldría si estuviera.. Despejó mi mente de tales pensamientos, no se porque me enfoco en recordarlo como algo triste. Fueron los momentos más hermosos de toda mi vida, y pienso volver a recuperarlos, no tengo que recordarlo con melancolía sino con fortaleza. Porque van a volver a ocurrir, vamos a volver a conectar y sobre todo. Nos vamos a volver a amar, todos juntos como siempre debió haber sido. Salgo de mi oficina, cuando veo que ya es hora de hacerlo. En el camino me despido de todos y cada unos, todos merecen su respeto, todos hacen tareas en el edificio que permiten que trabaje eficientemente sin problemas ni inconvenientes. Eso lo agradezco día a día, lo demuestro saludando como se merecen como cualquier otra persona. Con una sonrisa, salgo de mi edificio. En el camino hacia el colegio de mi niña voy recordando todo lo que me ha llevado a estar en este lugar. Quizás si no hubiera pasado por aquello, no estuviera aquí justo ahora progresando, fortaleciendo mi carrera laboral para ser merecedor de ella y que está vez nadie nos separará. Jamás. Veo a las personas a mi alrededor, la gran mayoría pendiente de sus aparatos electrónicos, no lo veo como algo malo. Porque la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, tanto que quizás el 75% de las personas en esta calle necesiten de ellos para poder llevar un bocado de comida a su casa. Por eso mismo no desestimó la importancia de ellos en el día a día. En el momento que estoy apunto de cruzar la calle, doy un vistazo a la otra vereda. — Será... — medito interiormente, vuelvo a posicionar mi mirada ahí pero no veo a nadie —. Otra vez... Suspiro audiblemente, inconscientemente veo cada esquina. Esperando ver su rostro sonriente en mi dirección, pero siempre me equivoco, recuerdo con pesadez y esperanza el momento en que nos podamos encontrar nuevamente. Sigo caminando hacia mi destino, está vez decido no fijarme demasiado en el rostro de nadie. Esa es mi mente jugando una mala pasada, solo eso. Llegó a la puerta del colegio, espero pacientemente hasta que logro escuchar el distintivo sonido del timbre que da a entender la terminación del ciclo escolar. Al menos por el día de hoy. — Que extraño, ya debería haber salido — pasa ese pensamiento fugaz por mi mente — No se preocupe, no se ha de tardar mucho en salir — me comparte una señora a mi lado con una sonrisa — Oh, muchas gracias. ¿Usted también tiene una hija aquí? — Hijo mejor dicho — comenta con una sonrisa Entablamos una amena conversación, entre las clases, las tareas. Y una que otra travesura que puedan haber cometido nuestros bebés. Sonará raro que los llamemos de esa manera, debido a que su comportamiento está muy lejos de algo que haría "un bebé", creo que un terremoto podría definirlos mejor. — ¿Quien eres tu? ¿Y que haces hablando con mi papá? Estaba tan perdido en nuestra conversación, que no noté la llegada de cierta niña celosa a mi lado. Me avergüenza un poco su elección de palabras. — ¡Chloe Nodstorm!, ¿Que manera de hablar es esa con la señorita? — la regaño, pero no surte ningún efecto — Dile a la señorita que no estás disponible, porque estamos esperando a mamá — comenta en forma de burla — Disculpe — le digo a la señora con una mirada avergonzada — No se preocupe, mi niño es igual cuando me encuentra hablando con alguien desconocido del sexo contrario Suelto una carcajada por lo parecido de nuestras situaciones, me despido con una sonrisa a la vez que tomo a mi pequeña en mis brazos alejándome del lugar. — ¿Que manera es esa de hablarle a esa señora Chloe? — la regaño — Es que papi, tengo que protegerte ¿O es que acaso no viste la manera tan coqueta con la que te hablaba? — no se me escapa su mirada molesta — Ella no era así, pero desde que me separé de Aria ella ha tratado de alejar a todas de mi con la esperanza de que ella vuelva — Cariño, no puedes hablarle así. Eso no está bien — Está bien papi.. Su puchero puede conmigo, en cuanto lo veo olvidó todo lo ocurrido y dejo un suave beso en su frente. Cuando se calma todo, procede a contarme como le fue hoy en el colegio escucho atentamente todas y cada una de sus experiencias. Hasta que llegamos al portal del edificio donde residimos, entramos al Lobby en el camino saludamos a Daniel. El asiente en nuestra dirección, a la vez que choca su mano con mi niña, me gusta que se lleve con la mayoría de la gente. Eso demuestra que no hay distinción solo educación, una muy buena por cierto. Entre risas, subimos al ascensor hasta que llegamos a nuestros piso. Entramos al mismo, para luego comer e alistarnos para acostarnos. Estamos muy cansados, pero creo que es más mental que físico los dos estamos a la expectativa de pronto volver a ver a cierta pelirroja de pecas que nos tiene loco a los dos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD