Capítulo XXI. Donde Bucklaw y Craigengelt brindan por Miss Ashton AUNQUE Sir William Ashton era hombre astuto, docto en jurisprudencia, y con un gran sentido práctico del mundo, algunas facetas de su carácter respondían mejor a cierta timidez y a las sutiles artes por las cuales subió en la vida, que a su grado de elevación social. En efecto, daba muestras de una innata mediocridad de entendimiento —aunque muy cultivado éste— y una idiosincrasia rastrera, aun cuando la velase cuidadosamente. Gustaba de la ostentosa exhibición de su riqueza, como persona no acostumbrada a ella. No se le escapaban ni los detalles más insignificantes; y Lucy pudo observar el sonrojo que producía a Ravenswood oír a su padre discutiendo seriamente con Lockhard y hasta con la vieja ama, sobre pequeñeces de las

