Samuel despertó al día siguiente en total confusión, no recordaba mucho de la noche anterior y apenas algunos sucesos llegaban a su memoria como flashes, pero le era imposible hilvanar todo.
Con los ojos pesados y un horrible dolor de cabeza, buscó el celular a tientas entre las sabanas, lo encontró y al encenderlo se dio cuenta de que algo no iba bien, con sorpresa descubrió que todo el contenido de su celular había desaparecido, no lo podía creer.
Los contactos, las aplicaciones, los mensajes y el historial de llamadas, completamente vacíos. Con preocupación dirigió su atención a la galería de fotos y con terror descubrió que también estaba vacío, y la carpeta escondida que tenía de Samanta había desaparecido.
- ¡CARAJO! - gritó molesto y lanzó el teléfono al suelo.
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