CAPITULO 19 “Preparando mi despedida.”

2191 Words
  (DICIEMBRE 16, 2017, NUEVA ASGARD, NORUEGA.) (Steve Rogers/Capitán América)               Estamos viendo una película en el salón, sé que no es muy del gusto de Ahmanet, pero no quiero que mi hija solo escuche o sienta los terroríficos gustos de su madre, y “Mary Poppins ”es una película para toda la familia, quien lo diría una nana que con magia educa a los niños mientras ayuda a una familia a ver que lo importante es estar juntos.               De repente me levanto y le digo. -En un momento vuelvo, tú sigue descansando. -Ok, pero no tardes.- me dice tranquila, mientras se reacomoda en el sofá.               La dejo en el salón acompañada por los demás y por todos los chicos y salgo, tengo cosas que hacer, entre ellas algunos preparativos para cuando yo no este, sé que ella es poderosa, mucho más de lo que ella misma creé, lo presiento.               Lo primero que hago es ir a su oficina y cerrar la puerta tras de mí, y voy ante su escritorio, donde me siento en su silla y busco papel y un bolígrafo, y comienzo a escribir una carta, en realidad serán dos mensajes, uno para mi amada Ahmanet y otro para mi pequeña princesita Thýa, se bien lo que tengo que hacer, por lo que comienzo con la carta para Ahmanet.   “Querida Ahmanet   Quiero que sepas que aunque hoy no este contigo físicamente, estaré siempre a tú lado, no te dejare nunca, pues mi amor te seguirá hasta el final de los tiempos.   Cuando nací, era muy enfermizo, pero aun así luche con la ayuda de mi madre y sobreviví más allá de lo esperado por los médicos. Cuando crecí seguía siendo enfermizo y frágil pero aun así enfrentaba a los abusivos, no me rendía fácilmente, después vino la guerra y tras muchos tropiezos pude unirme al ejército y ayudar a luchar contra el tirano, esa oportunidad me la dio el Doctor Helnski con su suero, aunque al principio era más un payaso de circo que ayudaba a recaudar fondos para la guerra que un verdadero soldado. El suero experimental del Doctor Helnski, me permitió ayudar en la guerra, pero más que mi velocidad, mi fuerza o mi metabolismo acelerado, lo que agradezco al Doctor, fue el darme una oportunidad; bueno en realidad fueron dos, té preguntaras que oportunidades fueron esas?, es muy simple.   Antes del experimento yo era invisible para las mujeres y tras este, durante la guerra me enamore de una buena y bella mujer, Peggy Carter, debo decirte que ella murió poco antes de los incidentes que llevaron al final de los vengadores; ella tras darme por muerto, tuvo una buena vida, y cuando desperté y supe que seguía viva, fue la única amiga que tuve, que sabía quién era yo realmente. Ese amor que le tuve, se transformó en cariño y me dolió mucho su muerte, si recuerdas te lleve a conocerla, cuando ya estaba tan enferma que a veces si me reconocía o me recordaba.   La segunda oportunidad que me dio el Doctor, fue conocerte, pues gracias al suero, llegue hasta donde estoy hoy, a pocos días de casarme contigo, sabiendo que llevas en tu vientre a mi hija.   Perdóname por el tiempo desperdiciado, por no entenderte, por no escucharte, si mi orgullo y mi estupidez no se hubieran interpuesto, tú y yo habríamos seguido juntos todos estos años y aun cuando habríamos tenido problemas, nos habríamos casado hace años, habríamos sido felices todo este tiempo en lugar de estar sufriendo separados.   Tu habías revelado tu secreto y todo vino a mi memoria, aquel día en el parque, jugando con ese enorme perro n***o y tu apariencia enfermiza, te creí enferma sabes? y tus palabras me lo dieron a entender así, y aun así, cuando te creí luchando con una enfermedad mortal, veías la vida con sabiduría. Y como no, si tu enfrentabas al peor enemigo de todos, ayudando a otros, y ese enemigo no es otro que la muerte.   Ahora sé que ella no podría hacerte daño, ni siquiera podría reclamarte el arrancarle un alma de las manos, pues tu poder sobre ella es grande; también sé que has roto todas las reglas naturales para conservarme a tu lado, pero por algún motivo, yo sigo siendo solo un humano mejorado y no un Dios inmortal.   Y lo agradezco, aun cuando me duela, pues sé que por algo fue así   Sé que tu deber te llevara a grandes batallas, y yo ya he estado en algunas a tu lado, y he visto los alcances de tu poder, y se bien que son aún mucho más grandes;  pero aun así, sé que no es infinito y que un gran peligro se acerca.   Cariño llevas un tiempo alterada y durmiendo mal, y por más que trato de ayudarte no lo logro, hace un par de días supe el motivo, y tome una decisión; No dejare que te sacrifiques por todos nosotros, aun cuando creas que ese es tu deber y tu destino, Amor, tú deber es cuidar y proteger a todo el universo, pero él mío es cuidarte y protegerte a ti y a mi hija, es por eso que hoy te escribo estas letras.   He decidido convertirme en tu sombra, en tu escudo, para cuando llegue el momento, tomar tu lugar, si alguien debe dar su vida, ese seré yo, tú debes vivir para cuidar de Thýa, para guiar a los demás, para cuidarlos, he vivido casi cien años, muchos de ellos los pase dormido en el hielo, esperando el momento de cumplir con mi destino.   Bueno, pues mi destino se aclaró por fin, mi destino eres tú Ahmanet, era amarte y con esto cuidarte y protegerte, y veras obtuve un premio doble, pues no solo tengo tu amor, sino que me darás una hija, la cual será tan hermosa y poderosa como tú, solo espero estar ahí para verla nacer.   Ahmanet, amor, sé que cuando falte, sufrirás y lloraras, pero quiero que entiendas que yo seguiré a tu lado, nada en el universo, sea en el cielo o en el infierno podrá evitar que mi alma este a tu lado, que me perdonen tus divinos y poderosos padres, pero los desafío a todos a tratar de separarme de ti y de Thýa.   Quiero que mantengas la calma y sigas adelante, por tu bien, por el bien de Thýa y por el bien del universo entero.   Siempre creí que mi deber y mi destino era proteger al mundo de los malos, pero al fin comprendí que no es así, mi destino siempre fue amarte, cuidarte y protegerte a ti, y solo a ti, y con ello a Thýa.   Si cuando llegue el momento de la batalla final, y yo muera, moriré tranquilo sabiendo que tú y Thýa tendrán una oportunidad para ganar y sobrevivir, moriré sabiendo que mi sacrificio las salvara a las dos y que tú tendrás la oportunidad de luchar para salvar y proteger no solo a Thýa, sino al universo entero.   Amor, no llores por mí, recuérdame como soy, y perdona mi estupidez, recuérdame como el hombre que te ama más que a su propia vida, pues aun cuando no me veas ahí estaré, a tu lado, viendo crecer a Thýa, tratando de guiarla en sueños, en ese mundo etéreo al que solo los espíritus pueden acceder.   Amor, he dejado un video para Thýa, en el que le hablo del porque tome esta decisión, de que la amo aun cuando no ha nacido, el video está bajo el nombre de “Carta a Thýa Neferet Rogers Prince”, esta codificado y bloqueado con una clave que aquí te daré. Solo te pido que si decides que ella lo vea en unos años la acompañes  y lo vean juntas.   Como dije antes, espero estar ahí cuando mi pequeña princesa nazca, pero si no es así, enséñale quien fue su padre, dile que la ame con todo mi corazón, pero que no podía permitir que nada las dañara ni a ti ni a ella.   Ahmanet te amo, y siempre lo hare, si cuando duermas sientes que te doy un beso, es porque así fue. Pues siempre estaré a tu lado. Estos últimos meses que he pasado a tu lado hay sido los mejores de mi vida. Te amo.   Tu eterno amante   Steve Grant Rogers.   P.D. La clave del archivo para Thýa es: LUCERO BRILLANTE   Las amo a las dos.   Besos.“             Cuando termino la carta la meto en un sobre y lo rotulo con su nombre “Ahmanet”, después me pongo a gravar en su computadora el video que le mencione, es algo extenso, más de treinta minutos, pero le hablo a mi hija de como conocí a su madre, de lo estúpido que fui y de cómo me entere de su existencia; de todo lo que hice sufrir a su madre por mi estupidez, y de cuanto las amos a las dos.               También le explico por qué está viendo ese video, y del porque no estoy a su lado, para cuidarla, para jugar con ella, para verla crecer.               A ella también le aseguro que siempre estaré a su lado, viéndola jugar y correr, aun cuando ella nunca pueda verme; y le pido que sea una buena niña, que no haga enojar a su madre y que siempre sea valiente, gentil y bondadosa.               Sobre todo le digo que como hija de una Diosa como su madre, si ella presta mucha atención, no solo podrá sentirme cerca, sino que puede llegar hasta verme, pues me convertiré en su ángel guardián.               Termino el video y lo codifico tal y como me dijo Nat que se hacía, ella cree que enviare un comunicado codificado y no está muy errada, solo que el destinatario está más cerca de lo que ya cree, grabo todo también en una memoria USB, para Thýa y la metí en otro sobre con su nombre, y este lo pongo dentro del anterior.               Una vez terminado todo llamo a Anubis, sé que él me escucha, por lo que a los pocos segundos el aparece, no en su forma canina, sino como el Dios que es. -Me llamaste humano, futuro hermano mío? -Si Anubis, necesito un favor! -Qué puedo hacer por ti? -Quiero que guardes este sobre, y que solo se lo des a Ahmanet si yo muero!- le pido. A lo que el dios solo me mira. -Sabes que ella no permitirá que mueras, verdad? -Anubis, mi vida o mi muerte no está bajo su control, yo solo soy un humano con habilidades, y debo estar preparado para todo, Harás lo que te pido? -Lo hare hermano mío, pues la felicidad y la paz de mi hermana es lo primordial.- dijo Anubis tomando el sobre y haciéndolo desaparecer. -el sobre estará guardado en un lugar seguro, hasta que deba ser usado.- me dijo -Gracias Anubis, quiero que las cuides a las dos si yo no puedo hacerlo. -Tenlo por hecho hermano, mis ejércitos y yo las protegeremos a toda costa. -Gracias Anubis, es momento de volver a su lado, no quiero que se altere.- le digo levantándome de donde estaba y dirigiéndome a la puerta, seguido de Anubis.               Para cuando regresamos al salón, Anubis había vuelto a su forma canina, y yo hacía planes para los próximos días, pues quería darle una luna de miel tranquila a la mujer que amo, la madre de mi hija.               Tendría que hablar con ella, llevarla al sur, posiblemente alguna playa en donde disfrute del aire libre y del sol, así como del mar, que tanto le gusta, creo que Nat deberá llevarnos en el Quinjet y regresar a Nueva Asgard, no lo sé, debo hablarlo con Ahmanet.               Me acerco y veo que están viendo otra película, la conozco es algo más nueva que la que yo había elegido, se llama “Nany McPee”, es otra película de una nana mágica; sonrió y me acerco a lado de mi mujer, quien está casi dormida, por lo que la levanto con cuidado y en silencio la llevo a la habitación, pasan de las seis, así que la recuesto en la cama y la arropo, los chicos nos siguieron y todos están en sus cojines. Me recuesto a su lado y ella de inmediato me abraza, recargando su cabeza en mi pecho, La amo y por eso la protegeré siempre.               Unas horas después ella se mueve, esta agitada, por lo que trato de tranquilizarla, así que la abrazo fuerte y la acaricio, ella abrió los ojos y tomo mi rostro con sus manos y comenzó a besarme, aferrándose a mí, algo la había alterado y no sabía que era. En un momento ella dijo -Steve te amo, nunca me dejes.- y volvió a besarme, como si fuera la última vez que fuera a hacerlo, acariciando y tocando mi pecho y mi rostro, que terminamos haciendo el amor de forma apasionada, mientras le decía una y otra vez -Ahmanet te amo, y nunca te dejare.- mucho rato después ella volvió a dormirse y yo solo podía vigilar su sueño. No supe en qué momento me quede dormido.                                  
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