Capitulo 2… Él

1793 Words
Nunca me he considerado nadie extraordinario, a pesar de que las mujeres me persiguen instintivamente y sé que tengo un poder sobre su cuerpo, sentidos y placer, nunca he creído en ninguno de sus halagos hacia mí, al contrario, sé que lo que más les interesa y ven más haya de mis supuestos ojos bonitos, es mi dinero.  El mundo me conoce como el demonio de ojos azules, si entras a cualquier club nocturno ya sea de alto o bajo prestigio no sabrán decirte quien es Ian Anderson, su paradero, como luce o si alguna vez piso aquel lugar, pero si preguntas por el demonio de los ojos azules entonces todo mundo aparentara respeto e incluso te miraran con miedo y claro que sabrán decirte en que estoy metido. Por consiguiente, en lo absoluto había pensado que desde mis catorce años de edad le di vida a una parte de mí que solo la gente de la calle conoce, una que solo sabe sacar su ira y frustración a basa de golpes, mientras la otra es parte de la burguesía que me rodea por ser hijo de un empresario exitoso. Mi vida está dividida en dos, mientras que para unos soy Ian Anderson, para otros soy el demonio de los ojos azules, soy dos personas en una sola y esto lo analice debido a algo que me inquieto. Mi papá tiene una novia llamada Denis y la señora no está nada mal para su edad, su amorío tiene cerca de dos a tres años, después de su divorcio con mi mamá nunca creí verlo enamorado de nuevo. Ahora va a casarse, esta notica fue la que quizás me altero al principio, sin embargo, lo que me dejo desasosegado fue el hecho de que Denis tiene una hija y van a vivir con nosotros en un par de días. Esto desencadeno las nuevas demandas de mi padre. Número uno, me ha forzado a regresar a la universidad – a quinto semestres de finanzas y administración de empresas para ser exactos –; Número dos, la prohibición rotunda de seguir con mis fiestas y entradas a mi cuarto, como si fuera un prostíbulo; Número tres, ser respetuoso y cortés o vete despidiendo de tus tarjetas de crédito y auto; entre otras como, no andar desnudo por la casa, no eructar, no hacer ruidos raros y cosas así que no tienen tanta importancia como las primeras tres que acabo de mencionar. He dicho que, si a todo con el fin de parecer un buen hijo que sigue las reglas, pero está loco si cree que voy a obedecerlas. ­— Ian ven, baila conmigo ¿qué haces ahí bebiendo solo? — pregunto la chica que me hacía compañía esa única y exclusiva noche, me tomo del brazo y me llevo a la pista de baile. — Hoy vamos a divertirnos nena, no podré salir en un tiempo — la tome de las caderas y la acerque a mí susurrando seductoramente en su oído. La música de la disco retumbaba en mis oídos y quería que me escuchara bien. — Hagamos que valga entonces — respondió ella coquetamente acercando su boca tentadoramente a la mía y yo le respondí con un beso apasionado. ....................................................................... La noche termino más rápido de lo que hubiera deseado, el sol salió y amenazó con hacerme levantar quisiera o no. Mi locura del día anterior ahora no parecía haber sido una fantástica idea, pues había actuado en un acto desesperado por beber hasta verme perdido y olvidar que mi vida cambiaría por las decisiones absurdas de mi estúpido padre, su boda predeterminada y su nueva idea de una vida con un par de extrañas siendo parte de esta familia. Sabía que a pesar de que pudiera revelarme en contra de él, se las arreglaría para hacerme la vida imposible, así que, era mejor fingir y aparentar, lo que mejor se hacer, que vivir bajo los regaños y la constante vigilancia de mi hermano mayor. — ¡Ian, sal de la cama! — ordeno Travis —. Hoy vendrá Denis con su hija para presentarnos. — eran las nueve de la mañana y mi hermano no podía guardar silencio, aunque fuera cinco minutos más. — Déjame — respondí molesto y somnoliento mientras intentaba lanzarle una almohada sin éxito alguno. — Tú tienes la culpa, quien te manda a embriagarte un día antes de la presentación familiar. ¿Tuviste sexo? — pregunto burlón, abrí uno de mis ojos y lo observé con detenimiento, traía un pantalón holgado con una camisa gris. — Como siempre hermano, la vida es para vivirla — respondí ante su pregunto. A pesar de estar realmente cansado, reuní toda mi energía con el fin de levantarme, talle mis ojos para poder despertar por completo, pues tenía un objetivo en mente, tome mi almohada y con fuerza se la arroje a la cara de Travis, entonces pude dirigirme al baño y comenzar mi día con alegría. Hoy me esperaba un día difícil, tome mi baño correspondiente, regrese a mi alcoba y observe a mi hermano sentado en mi cama jugando con uno de esos cubos de colores, era mi oportunidad de saber más acerca de las nuevas integrantes de esta familia. — ¿Es bonita? — pregunte y él alzo la mirada a donde yo estaba. Me miro atreves del espejo. — No sé, papá nos ha enseñado fotos ¿no recuerdas? — dijo algo distraído, lo observe mejor dándome cuenta de que acababa de levantarse, su cabello café estaba despeinado y llevaba una ropa deportiva que usaba para dormir. — Sí, pero en las fotos se ve una chica común y corriente — Travis ignoro mi comentario y fingió estar concentrado en aquel cubo Rubik que traía en las manos y sutilmente cambio de tema. — ¿Vas a ir a la universidad? — me miró con sus ojos azules característica de los Anderson, dejo su entretenimiento a un lado y espero mi respuesta. — Sí, papá va a llevarme a inscribirme y luego vamos a volver para la cena del terror. ¿Por qué no estás en la escuela? — pregunte intrigado, no era normal que estuviera en casa, debería estar en la universidad o en alguna casa de alguno de nuestros amigos con una resaca del demonio. Él llega normalmente muy tarde a la casa o ni llega, pues tiene un departamento que comparte con unos compañeros. — Hoy no tenía clases — dijo algo perdido en sus pensamientos, se paró y salió de la habitación abriéndole paso a mi padre. Hoy estaba misterioso el hermano mayor Anderson, pero opte por ignorar su rareza del día de hoy debido a la sonrisa que mi padre tenía de idiota en su cara. — Listo Ian, vámonos si no llegaremos tarde — hablo el señor Anderson con cierto entusiasmo en su voz y eso me daba ganas de vomitar, no me lo tomen a mal, pero el amor me enferma. — Ya voy, no me presiones — respondí ante su emoción. Mi padre era bien parecido, tenía ese porte de hombre de negocios y su traje le daba un aspecto maduro y sensual que toda mujer busca en un hombre. Comprendía porque Denis estaba enamorada de él, claro que igualmente ayudaba mucho el dinero que mi padre manejaba en todas sus cuentas y pertenencias. Salimos de la casa para posteriormente subir al coche e ir directo a la universidad. Aproveche para tomar prestado el teléfono de mi padre, hace meses nos enseñó a la hija de Denis, pero no le preste mucha atención, hurgue en su celular porque tenía fotos de ella, Denis y él; se había encariñado demasiado rápido con esa chiquilla viste que, cuando la describe o dice lo fabulosa que es puedo notar un brillo en sus ojos como si de verdad fuera su hija, siempre dice: "Ella es más respetuosa que tú; No pueden ser más alegres y sonrientes como Vanessa; Si ella fuera mi hija estoy seguro de que me obedecería". Lo único que sé con certeza es que tiene un tono de voz muy molesto – grita –, la he escuchado en ocasiones cuando mi papá le habla por teléfono y se ve que adora ser el centro de atención. Además, mi padre es muy generoso con ella, le ha comprado varias cosas, le paga la universidad y complace uno que otro capricho que llega a tener, solo falta que quiera comprarle un coche. — Se llama Vanessa — dijo mi padre con una sonrisa en el rostro después de mirar lo que estaba viendo en su celular —, anda entrega tus papeles yo te espero aquí. — añadió quitándome su teléfono. Salí del coche y me dirigí a la oficina del director, no recordaba bien donde estaba y no había nadie en los pasillos a quien pudiera preguntarle. De repente vi a una chica de bonito cabello color castaño en su casillero – preguntarle sería lo más razonable –. Camine hacia ella y cuando estuve lo suficiente cerca pude notar que estaba molesta pues azotó el casillero, giró y caminó tan rápido que no pudo verme, esto ocasionó que chocara con mi pecho provocando que cayera sin poder evitarlo. Me apresure ayudarla, ella alzó su rostro y me miró confundida, posteriormente deleitada, al observarme note que tenía un color de ojos asombroso y por un instante sentí que me perdía en ellos, aunque no supiera con certeza su color exacto. Cuando mis manos tocaron las suyas pude notar que mi piel se erizó y mi corazón empezó a latir con velocidad — Pero ¡qué diablos!, ¿Qué sucede conmigo? Ella dejó de mirarme con ojos grandes de asombro y con cara de incógnita, por mi mente paso la idea "se ha enamorado de mí", pero con gran velocidad me soltó y mi piel extraño el contacto con la suya. — Lo siento, no te vi — susurro la chica delante mío con un tono tan bajo que lo único que podía oír era mi respiración y mi saliva pasando con algo de incomodidad. Aproveché aquel silencio incómodo para preguntar dónde estaba la dirección. Muy amablemente me acompaño hasta mi destino. Voltee para agradecerle y ella me miraba con naturalidad. Nunca había experimentado aquella sensación de no ser apreciado por una chica, normalmente todas sin excepción alguna intentaban siquiera saber mi nombre o número telefónico, no obstante, la joven no se veía con ninguna de esas intenciones más que solo ignorarme y continuar con sus actividades. Se despidió y dio media vuelta para continuar con su camino sin intentar coquetearme, me sentí un poco ofendido ante su indiferencia, a pesar de ello, por alguna extraña razón sentí que la conocía.
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