IAN
Escuchaba sus latidos junto a los míos mientras nos besábamos, no quería dejar de hacerlo, pero quería hacerle ver el efecto que estaba causando en mí.
— ¿Oyes ese latir? — pregunte sin aliento mientras me separe ligeramente de sus labios para poder ver el hermoso rubor que cubría sus mejillas al hacerle notar nuestras aceleradas pulsaciones. Se alejó un poco y colocó su mano entre nuestros labios como si fuera un pequeño muro que contiene nuestro deseo.
— No sé de qué hablas... — respondió con seguridad y miro hacia abajo — mi corazón no se alteraría por esa cercanía, es más... — antes que pudiera seguir negando lo obvio, la acerque nuevamente a mí.
— Jamás dije que fuera el tuyo — dije levantando una ceja, sus ojos se abrieron asombrados al darse cuenta que había caído en mi tram
