Querido diario. Estas semanas han sido difíciles para mí, me he mudado con mi nueva familia y para serte sincera no está mal; Oscar se ha esforzado mucho para que yo esté a gusto y me atiende de maravilla. Sin embargo, su hijo Ian es mi tormento, desde el beso que nos dimos en mi habitación no hemos hablado y me cuesta verlo directamente a los ojos, no solo por el hecho de que cada que me mira siento que puede ver mi deseo, mis intenciones para con él y la terrible pasión que me despierta. No, eso no es lo peor, él ha estado provocándome, acercándose a mí, mordiéndose su labio inferior cuando yo lo miro maravillada cuando sale de la piscina o del baño con una toalla atada a su cintura y él sabe fingir muy bien. Él finge que no sabe acerca de la química entre los dos, finge que no ve la f

