Capítulo 1… Ella

2063 Words
Querido diario. El día de hoy fui invitada nuevamente a una fiesta, pero esta vez la invitación que Miranda nos hizo a mí y a mis amigas se transformó de una buena idea a una pésima, debido a mi novio Jeremy que se convirtió en mi ex a partir del mediodía. No sé en qué momento se le ocurrió que era una buena idea sobrepasar el límite de mi ropa, todo comenzó cuando Jeremy decidió comenzar a reclamarme acerca del poco cariño que le expresaba últimamente... — Si me quisieras tanto como dices me hubieras llevado el fin de semana al L´Espalier como quería, pero no fue así ¿verdad? — conteste ante su reproche con tono irritado, lo observe con una ceja levantada y le dedique una mirada de obviedad, mientras él intentaba con todas sus fuerzas no perder la paciencia. Si lo sé, abuso de la perseverancia, tolerancia y el poco cariño que Jeremy Wells me tiene, pero debe pagar el precio igual que todos. — Últimamente estas cada vez más fría conmigo, ya no quieres besarme, ni siquiera tomarme de la mano — volvió a quejarse el chico frente a mí, tenía razón, yo ya me había cansado de él. — Exageras. — conteste instintivamente restándole importancia a su comentario —. Ven aquí — lo acerque a mí y lo bese con pasión. Él acepto inmediatamente mi acto de cariño y se dejó llevar por mis caricias, lo manoseé un poco como sé que les gusta a los hombres ser tocados. Jeremy gruño cuando lo miré con fiereza y mordí ligeramente su labio inferior, él cerro los ojos para dejarse llevar, yo lo miré con detenimiento, rodé los ojos y mi gesto fue de absoluto fastidio ante la situación. Los hombres eran tan fáciles de convencer y manipular. Sin embargo, Jeremy quería más, pues comenzó acércame a él, a querer levantar mi camisa y meter sus manos entre mi ropa para poder tocarme como le diera la gana, a pesar de que estábamos no precisamente en un lugar privado sino en la escuela, los hombres son unos pervertidos, fue entonces que lo separe con fuerza y todo se vino abajo. Mi novio ya no estaba dispuesto a seguir aguantando más mis órdenes o seguir bajo mi mandato, quería terminar el juego tanto como yo, no obstante, una vez más yo había ganado. — Solo estás jugando con mis sentimientos — hablo con frustración y me miro con rencor —. Eres la peor, solo conquistas hombres para jugar con ellos y después desecharlos como basura, ¡niégamelo! — lo observe impasible, él sabía la verdad ¿por qué teníamos que fingir que las cosas eran diferentes cuando no lo eran? — Lo mismo sucedió con Adam, también solo jugaste con él. Debí hacerle caso cuando dijo que solo eras una provocadora s****l que incita al deseo para tener a los hombres detrás de ti y utilizarlos. — solté una risita al escuchar aquello. Adam había sido el peor amante de mi vida y se atrevía a tener una opinión mala de mí, eso era inconcebible. — Bien, pues se terminó, gracias por participar en este bellísimo juego. Nuestra relación esta por terminada, no me busques Jer. Adiós. — hable con tono campante, mi semblante tranquilo y despreocupado fue lo que termino con la calma de Jeremy, pero antes de que pudiera tomarme del brazo y detenerme llame la atención de la profesora de inglés quien miro a una sonriente chica y a un muchacho apunto de querer matar algo. Jeremy Wells no tuvo otra opción más que irse y desaparecer de mi vista. Volviendo a la fiesta, sé que me espera un escenario nada lindo pues será el momento indicado en donde Jeremy hablará conmigo respecto a nuestra ruptura y querrá la revancha, porque esa es la rutina de todos los chicos que han tenido el privilegio de ser mi novio, al final terminan volviéndose unos rencorosos, groseros e inestables sujetos con problemas severos de ira, en resumen, un completo... — Vanessa — dijo mi mamá al tocar y abrir la puerta de mi habitación, me observo con una sonrisa en el rostro y yo dejé mi diario a un lado de mi cama para prestarle atención. — Adelante ¿Qué se te ofrece madre? — pregunte mientras observaba como aquella sonrisa continuaba en sus labios, incluso podía verse la felicidad en sus ojos verdes. Movió su rizado cabello de un lado a otro y me hizo pensar que lo único que compartíamos en común físicamente era el color de cabello café, pues como decían todos, era una copia exacta de mi padre con ojos que cambian de color dependiendo de la luz pueden verse color miel o verdes. — Oye Vane, — hablo mi madre trayéndome de nuevo a la realidad —, pienso que vivir en una casa propia es mejor a vivir en un departamento ¿no crees? — rodé los ojos y suspire debido a que supe de inmediato sus intenciones. — ¿Así? yo estoy bien aquí en nuestro pequeño departamento — dije molesta. — ¿Que no quieres tener una casa propia? — pregunto ante mi evidente hostilidad. Me senté correctamente para mirarla con seriedad. — Al punto mamá, ¿De verdad quieres vivir con él? — respondí sin evasivas. Una sonrisa boba se dibujó en su rostro y me miró con un brillo indescifrable en esos ojos verdes. — Sí, y ya que fuiste al grano creo que es importante informarte otra cosa... — respondió con mirada decisiva y voz segura. Un miedo se apoderó de mí, sabía claramente lo que planeaba y antes de que pudiera proseguir la interrumpí. — ¿No crees que cuando el señor todo amor se enoje contigo te eche de su casa? Cuando se peleen, ¿se cruzará de brazos y no arremeterá contra ti y conmigo? — hable con obviedad, pero ella me miro con dulzura, tomo mi mano y continuo sus palabras. — Ese es el punto, nos vamos a casar en tres meses… En la vida surgen cosas inesperadas y esta era una de ellas, donde sientes un balde de agua fría caer lentamente encima de ti y no hay ninguna toalla a tu lado que te ayude a secar el agua o calefacción que te ayude a no morir de frio, que puedo decirles así es la vida. Mi nombre es Vanessa Roberts, tengo veintiún años, vivo con mi mamá en Boston, mi papá murió de cáncer cuando tenía cinco años y desde entonces mi mamá se ha hecho cargo de mí. Todo era normal hasta que cumplí los dieciocho, cuando llegó el señor todo amor llamado Oscar a mover mi mundo, es dueño de una empresa transnacional y el muy maldito es rico, por no decir que se pudre en dinero con sus dos hijos que no conozco ni en fotografías. Es divorciado y lleva saliendo con mi mamá dos años y contando, el primer año fue amor, besos y abrazos mientras que el segundo solo fue peleas y discusiones – por lo que pensé que su relación no tenía mucho futuro que digamos –, habría apostado que terminarían pronto, pero las cosas fueron de nuevo bien al empezar otro año juntos, aun así, no me esperaba la noticia de una boda. — Vamos Vane, respira — hablo mi amiga, Lani trato de tranquilizarme por el otro lado de la línea telefónica. Lani era una de mis mejores amigas por lo que no dude en marcar su número y contarle la noticia de la boda, pues a ella podía confiarle cualquier cosa importante, como lo era mi futuro incierto. — ¡No! ¿Cómo quieres que respire? se va a casar, ¡puedes creerlo! casarse — mi tono era paranoico y exagerado. — No me dijiste que el tipo no era tan malo, después de todo hace feliz a tu mamá. Sin mencionar que te compra cosas caras y te paga la universidad. — Sí lo sé, pero... — dude de mi respuesta. — Y las cosas habían estado yendo bien de nuevo ¿no? — Sí últimamente todo iba muy bien, demasiado bien para mi gusto, pero... en serio no me esperaba la gran boda del año — dije con tono desanimado. Sabía que Lani tomaría la situación con calma ya que siempre trata de encontrar una solución a los problemas siendo positiva. Quiero pensar que solo lo hace para que yo vea el lado bueno de las cosas. — Y ¿vas a irte a vivir con él y sus hijos? Piénsalo, quizás no sea tan malo... será una nueva vida. — Mamá dijo que nos mudamos este sábado — conteste con tristeza, dejar la casa en donde se encontraba el recuerdo de mi padre era triste. No podía creer lo bien que lo tomaba mi madre, realmente estaba idiotizada. — ¿O sea que ya es un hecho? — pregunto nuevamente, me sentí ofendida, como si solo hubiera llamado para hacer un drama de mi vida. Realmente me sentía mal quería romper en llanto, no quería irme de mi casa a vivir con un par de desconocidos. — Sí Lani, es más que un hecho ¡por dios! Que te estoy diciendo. Si no fuera un hecho no te estaría llamando — mi tono fue hostil y Lani lo desaprobó al notarlo pues se tardó en contestar, podía imaginar su cara de seriedad ante la situación con una pizca de desagrado ante mi reacción. — Elena quiere decir algo, pondré el altavoz — hablo por fin después del silencio que se había instalado en nuestra conversación. Espere a escuchar la escandalosa voz de Elena, mi otra mejor amiga, que de seguro le caía fantástica la noticia. — ¿Ya conoces a los hermanos? ¿Son guapos? ¿Son menores o mayores? — me estaban empezando a sacar un poco de quicio. — ¡No Elena! Nunca habló con Oscar de ese tipo de cosas precisamente — dije perdiendo los estribos. — Por lo menos debes saber algo ¿no? — pregunto un poco más calmada. — Sí, son mayores que yo no me acuerdo por cuanto, uno va a la universidad — conteste con un poco más de calma. — ¡Oh mi dios! Imagínate que fuera el sexy de Travis — los vellos de mi cuerpo se erizaron, y si tuviera que vivir bajo el mismo techo que Travis después de lo sucedido entre él y yo ¡maldición! No debí haberme involucrado con él; ese desliz se convertiría en el mayor error de mi vida si el comentario de Elena llegará a volverse realidad. Todo esto me pasaba por no querer involucrarme en la vida del novio de mi mamá y no conocer a sus hijos. — No digas eso, que la boca se te haga chicharrón. — respondí irritada, pero sabía que mi tono había sonado más nervioso que molesto. — Claro, no quieres vivir bajo el mismo techo del chico que rechazaste tan groseramente — Elena reprocho mi conducta del pasado hacia el muchacho. — ¡Vanessa, Ya llego Oscar apúrate! — mi madre llamó mi atención con un grito desde la sala hacia mi habitación, interrumpiendo mi conversación. — ¡Si, voy en un instante! — conteste fuerte y claro tapando la bocina del teléfono —. Las dejo, llegó el señor todo amor — respondí al otro lado de la línea para posteriormente colgar y dirigirme con los tortolitos. Hoy sería un día largo. ............................................... Querido diario. Jeremy pasó a segundo término el día de hoy ya que, mi madre me ha puesto de mal humor al informarme de su boda predeterminada con el gran amor de su vida. ¿Cómo puede ser posible que mi madre en la vida que lleva haya conseguido tener dos amores y en cambio yo ninguno? Soy bonita, amable, inteligente y un sinfín de adjetivos más, aun así, no he encontrado a ninguno chico que valga la pena, quizás porque ellos solo piensan en tener un tipo de relación y no es precisamente de novios, si sabes a lo que me refiero. Todos quieren tenerme entre sus sabanas y profanar lo más íntimo de mí solo para ganar una estúpida apuesta. ¿Mi nueva vida será el principio de más problemas?
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