Harley
La hoja plateada se deslizó a través de la delgada capa de piel sobre mi pecho. La hinchazón en mis ojos había disminuido lo suficiente como para poder ver el brillo rojo de los ojos del vampiro mirando la sangre que goteaba por mi pecho. Esto a pesar de la expresión imperturbable en mi rostro. Mi corazón latía acelerado.
―Siquiera lo pienses, arrancaré tus brazos y te golpearé con ellos cuando baje de aquí―, gruñí.
Su risa enfermiza resonó fuertemente en la habitación. Su lengua se mantuvo plana contra la hoja, lamiendo mi sangre. Nunca rompí el contacto visual, temiendo perderme algo.
―Si alguien aquí tiene el privilegio de saborearte, será el rey, linda chica―, se burló, haciendo otro corte en mi costado, clavando la hoja profundamente y girándola.
―Me encantaría saber quién
