Rápidamente me puse mi gastado top corto de una banda de rock, diciendo al diablo con el sujetador. Saliendo del armario mientras las risitas suaves de los gemelos enrojecían mis mejillas ya calientes. Denny estaba en la puerta con una expresión de juicio, como si supiera exactamente lo que había ocurrido momentos antes entre nosotros. ―Doris nos está esperando en la oficina. Te traje un café―, dijo, sonriendo mientras mi mano temblorosa alcanzaba la taza. ―Gracias, Den. Vamos―, no podía llegar al ascensor lo suficientemente rápido. Miré el esmalte de uñas n***o en mis dedos de los pies todo el tiempo, tratando de evitar cómo su presencia hacía que mi ritmo cardíaco se acelerara. Salí del ascensor jadeando cuando Atlas entrelazó sus dedos con los míos y Atlas apoyó su mano en mi espalda

