Capítulo 8 - 2

1218 Words
Axel ―¡Por favor, cariño!― gritó la rubia debajo de mí. ―Cállate de una puta vez―, gruñí, golpeando su trasero con un crujido enfermizo, haciéndola llorar de dolor. No puedo apartar mi mente, pajarito. La forma en que ella irrumpió a través de esas puertas montada en esa Ducati. Empapada en la sangre de mis enemigos. No diría que me gusta la mocosa. O tal vez eso era solo otra mentira que me repetía para hacer más llevadera la situación. De cualquier manera, verla esta noche así y saber que está bajo mi techo me tiene en una furia inducida por el deseo que me estrangula, retorciendo lentamente cada pensamiento excepto esos ojos azules y esos labios rosados y mimosos. ―Mierda―, gemí, encontrando mi liberación en el pensamiento de su boca. Esta zorra está tirada en mi cama, casi llorando. ―Sal―. Atando el condón y tirándolo. Le lancé su ropa, la arrastré fuera de mi cama y la empujé hacia la puerta. ―¡FUERA!― grité. Harley ni siquiera debería estar aquí. Si no fuera por la muerte de sus padres y Denny siendo un buen amigo y mi Beta, ella no estaría aquí. Nunca se suponía que nos volveríamos a ver después del rechazo. Le prometimos que no tendría que volver a vernos, y ahora quiero arrastrarla a este suelo y a mi cama donde pertenece. ―Supongo que eso tampoco te ayudó―, preguntó mi hermano desde la puerta, donde acababa de empujar a la morena que sacó de la misma manera que yo. ―No―, respondí secamente. Ambos somos increíblemente amargos por naturaleza, pero esta noche nos sentimos más peligrosos que cualquier otra cosa. Quemaría el mundo en este momento si me permitiera abandonar esta casa de la manada. Un golpe en la puerta me sacó de mis pensamientos furiosos. Después de pasar por lo de Denny, se suponía que Nathan subiría para revisar a los renegados que Harley encontró. Aún no he visto la prueba, pero la Harley Ashwood que conocía ni siquiera podía correr sin tropezar. No hay forma de que haya enfrentado a un renegado, y mucho menos a tres. Luego mi mente volvió a ella pasando por las puertas pareciendo una pequeña criatura milagrosa de la muerte. ―Perdón por tardar tanto. Esperé hasta que Harley se fuera a dormir para hablar con Denny sobre los renegados. A mitad de camino, ella comenzó a tener un ataque. O pensé que era una pesadilla. Escucha esto. Le dijo a Den una vez que termino que había conocido a su pareja y que él la había rechazado, y cada vez que él se acuesta con una chica, eso le sucede porque ella no puede aceptar su rechazo. Fue jodidamente insano. No creo que pueda olvidar sus gritos, hombre. Realmente no sé cómo alguien podria rechazarla de todos modos. Está buenísima y...― No puedo escucharlo hablar más sobre ella. ―Basta―. Atlas y yo dijimos al unísono. ―Vamos a los negocios―. Atlas tenía los puños apretados debajo de la mesa. Sus piernas temblaban de ira. Su rostro mostraba líneas duras, haciéndolo lucir tan inquieto y enojado como yo. ―Mierda, está bien. Mi error. De todos modos, ella los encontró aproximadamente a quince millas del punto de entrada de Clearwater. Luchó contra tres, mató a tres y huyeron cuando ella se dirigió hacia los demás. Se puso en contacto con el Beta para informarle de la situación. Él la encontró en la puerta y ella exigió que empujara la patrulla fronteriza unas cuantas millas hacia adelante para reducir las posibilidades de que los renegados restantes se acercaran lo suficiente como para violar la patrulla. Después de discutirlo con Drake y conmigo, estuvimos de acuerdo. No solo avanzamos el perímetro, sino que Drake llamó a algunos guerreros más para reforzar la línea y a otros para agruparse y limpiar el desastre que Harley dejó atrás, que fue asqueroso, por cierto. Luego se adentraron en el bosque para buscarlos y eliminarlos. Harley no se transformó, los eliminó con una espada que llevaba consigo. Uno de los guerreros identificó a dos de los que ella mató como dos de los renegados que escaparon después del ataque de anoche―. Estuvimos en silencio durante un minuto, asimilando el informe de Nathan. ―Drake quedó muy impresionado por sus habilidades y el hecho de que ni siquiera se transformara... El Beta Denny mencionó que si no fuera por sus lazos con esta manada, sería la guerrera principal del Alfa Byron―. Me burlé de eso. Tonterías. La pequeña pájara nunca podria ser una guerrera. Ni siquiera podía mirarnos cuando estábamos enojados sin llorar. La oscura risa de Atlas me hizo pensar que él estaba pensando lo mismo que yo. ―Tonterías―, se río. ―Mira, Den me dijo que la convenció de entrenar en la manada por la mañana antes de hacer los arreglos para sus padres, y yo convencí a Drake de hacer la Milla del Diablo. Uno de ustedes debería ir a verla correr la milla, ya que ambos tienen que estar allí de todos modos. Parece habilidosa, y si ya está ligada a esta manada...― encogió los hombros, dejándonos llenar los espacios en blanco. No. Ella no se quedará aquí... No puede. Acordamos separarnos, y después de que pase el funeral de sus padres, ella no volverá. No importa qué. Después de que Atlas dejara salir a Nathan, nos sentamos en silencio en la sala de estar, turnándonos con una botella de bourbon. ―No hay forma de que Harley Ashwood sea una guerrera. Claro, era solo una niña la última vez que la vimos, pero era tan tímida que nadie podria haber adivinado que tenía sangre de beta. Su cosas eran los libros. Es brillante. Pero no es una guerrera―, gruñó Atlas, mirando fijamente su bourbon como si tuviera las respuestas que buscaba. Sabía que él también lo sentía. La amargura del pasado hacía que el bourbon tuviera un sabor repugnante. ―¿Crees que ella sabe cuándo dormimos con otras mujeres?― Su voz era tranquila, pero podía ver la ira revoloteando en sus ojos como mirar mi propio reflejo. ―No lo sé. Nunca he tenido ningún ataque que me hiciera creer que ella estaba teniendo relaciones sexuales con alguien más―, respondí, exhalando mis frustraciones. Ella tuvo este 'ataque' mientras yo me desahogaba follando. Odio que el pensamiento de causarle dolor incluso me afectara de la manera en que lo hizo, y quería destrozar la garganta de mi gamma por sus comentarios sobre su apariencia. El sueño estaba lejos de alcanzarme esta noche, y Atlas estaba en la misma página que yo. Nos pusimos a trabajar en equipo en los papeles de hoy, ya que en algún momento nos desplomaríamos. Cuanto más cerca llegaba a las 4:30, más ganas tenia de hacer exactamente lo que Nate sugirió y presenciar el entrenamiento hoy. La forma en que Atlas sigue mirando el reloj me dice que tal vez esté pensando en lo mismo... Tal vez podríamos visitar a nuestra pequeña ave antes de que tenga que volar de nuevo. ―Cambia de ropa, hermano.―
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