Harley
Estaba bajando las escaleras cuando escuché a Alistair y a la chica con la que lo había atrapado follando en el pasillo peleando. Mi corazón se me fue al suelo cuando él le dijo que se fuera, que quería hablar conmigo. Incluso las orejas de mi loba se pusieron en alerta ante eso.
―Recupera el control, no nos emocionaremos porque él quiera hablar con nosotras. ¡Eso es estúpido!― gruñí a mi loba, que estaba sentada en su trasero dando golpecitos felices con sus patas delanteras.
―Enderezaté. Si te pones inquieta y me das dolor de cabeza, te patearé el trasero peludo―, le dije bruscamente, pero ella no estaba escuchando. Todavía estaba concentrada en ello.
―Alistair, he estado a tu lado desde que murió mi hermana. ¿Cómo puede ella llegar y, en cuestión de días, haberte dispuesto a
