Alistair
Odié más que cualquier otra cosa enviarla a través de ese portal sin mí. Casi me mató ver la tristeza en sus ojos azules por mi culpa. Permanecí allí por un tiempo después de que se cerrara el portal. Alcé la mano y toqué la marca tierna que dejó en mi cuello, y el orgullo llenó mi pecho. Aún no parece real que ella me haya aceptado tan rápidamente y frente a los gemelos. Estoy orgulloso de mi gente por aceptarla tan rápido como ella nos aceptó a todos nosotros. Todavía puedo escuchar su fuerte cántico aceptándola como su reina. No pude evitar preguntarme si mi marca sería tan grande y magnífica como las de los gemelos. Las suyas se enroscan hacia abajo en sus camisas y hacia arriba, enmarcando sus mandíbulas con intrincados remolinos gruesos. He querido mirar la mía en el espejo
