Harley Mis ojos se abrieron y se posaron en las sombras de la chimenea bailando alrededor de la habitación. ―Tanto brillante como las estrellas, y tan vasto como el cielo. La vida no sería nada sin ti a mi lado―, cantó Alistair suavemente, seguido de un tarareo que había escuchado en algún lugar antes. Permanecí allí en silencio, pensando en lo ocurrido anteriormente cuando él me salvó del hombre que luego descubrí que era un íncubo. Su canción me estaba llevando lentamente hacia un sueño profundo donde él me arrebataría lo más importante. Pero esta canción... me reconforta con familiaridad, envolviéndome como el par perfecto de calcetines suaves. Me acurruqué más entre las cobijas, dejando que su canción me envolviera. Observé las llamas danzar por la habitación al compás de las pala

