Un sueño. Un sueño hermoso, magnífico y estupendo del cual no deseaba despertar nunca. Así se sentía Cian, como si estuviera flotando en una suave nube llena de felicidad que no deseaba soltar nunca. Por lo que, cuando el irritable sonido de su celular interrumpió su maravilloso lugar de sueño, donde se encontraba con su pareja, él gruñó y su pecho retumbo, lo que, en consecuencia, afectó también a Dennis tanto como el molesto ruido insistente, agitándolo. Forzando a sus ojos a abrirse, el vampiro observó con molestia su celular sonando al costado de su cabeza, descansando sobre la pequeña mesita de noche al lado de la cama. Refunfuñando, dejó de rodear con uno de sus brazos a su pareja y lo estiró en busca del molesto aparato, cortando la llamada sin siquiera echarle un vistazo. Cua

