Capítulo 04: Como la amante

1507 Words
Lia La imagen de Steffano dormido sobre el regazo de Alonzo fue como lo que alguna vez imaginé para mi familia, esa que añoré durante mis días de escuela, mientras soñaba un futuro siendo amada por el hombre de mi vida y que nunca llegó. Por alguna extraña razón mi hijo había confraternizado muy bien con el castaño que nos daba su protección sin motivo alguno, lo adoró desde que aprendió a tener uso de razón y empezó a notar su presencia intermitente en nuestras vidas, quizá porque era lo único habitual en nuestra existencia. Podíamos cambiarnos de casa, escuela o trabajo, pero Alonzo siempre encontraba la manera de llegar hasta nosotros y sorprendernos. –Voy a llevarlo a la cama, –interrumpió mis pensamientos, sacándome de aquella burbuja– creo que ya se quedó completamente dormido. Asentí haciéndome a un lado para permitirle el paso, ni siquiera hacía falta mostrarle el camino a la habitación, conocía bien cómo llegar. –¿Le está yendo bien en la escuela? Preguntó con toda normalidad tras volver de acurrucarlo en la cama, como si fuese una parte importante de nuestro día a día. –Es demasiado independiente para su edad, a veces me preocupa que no sea como los otros niños. Suele jugar en solitario y con juguetes seleccionados de acuerdo a su funcionamiento, desarrolló demasiado rápido la capacidad de hablar perfectamente. Sus maestras le elogian por ser el primero en aprender las lecciones aunque me advirtieron sobre su rápida madurez. –Pero él es feliz ¿No? Asentí, trataba de hacer todo lo posible porque así fuera. Desde alejarlo de su convicto padre hasta meterlo en una escuela normal pese a mis temores de dejarlo a solas en un lugar donde no pudiera supervisarlo por mi misma. –Supongo que sí. –Debe serlo, eres una buena madre, nunca he visto a nadie tan paranoico como tú. –Imbécil. –acusé, pese a que no pude evitar sentirme agraciada por ello– –Otro equipo de protección vendrá a asegurarlos, los acompañarán a donde vayan desde lejos, así que sólo intervendrán cuando los vean en peligro o capten alguna amenaza cercana. Me quedaré aquí hasta que se instalen. –¿Y a qué hora vendrán? –Al medio día. –Alonzo, son las dos de la mañana. –asintió como si nada, subiendo los pies al sofá– –¿Y eso por qué supone un problema? Admiraba y a la vez odiaba aquella forma que tenía de hacer tan sencilla cada situación, siempre era igual de simple y fácil con él, aunque todavía me costaba admitir que cerca suyo me sentía mucho más segura que nunca. No dije más, simplemente caminé a través del pasillo hasta llegar al armario, en donde pude obtener mantas que luego complementé con algunas almohadas. Volví hasta donde el castaño se encontraba y tal como lo supuse, lo noté incómodo, muriendo de frío. –Ponte de pie, arreglaré el sofá para que puedas pasar la noche allí. –Excelente, servicio a la habitación. –bromeó obedeciendo, aunque yo no reí– Iré al balcón un momento, necesito hacer un par de llamadas. Ya estaba acostumbrada a su modo de vida, así que tampoco dije mucho cuando lo vi colocarse en un lugar íntimo y apartado de todo para hacer unas simples llamadas. Tardé casi quince minutos en acondicionar el pequeño sofá para su estadía y fui a la cocina a prepararle algo de cenar, sin embargo, cuando regresé él todavía no había vuelto. No dudé en acercarme para darle las indicaciones sobre todo lo que había preparado para él, escuchando algo que seguramente no debí haber oído. –¿Estás bromeando? ¿Cómo un hombre con semejante condena puede salir de la cárcel en tan pocos días y tan bien librado? Empiezo a creer que también tienes parte tras todo esto. Si creen que van a poder hacer lo que se les antoje tan solo porque Orlando se fue de vacaciones están muy equivocados. El castaño era interrumpido constantemente por la persona del otro lado de la línea, quien parecía darle excusas nerviosas a sabiendas de lo que era capaz de hacerle. –Tienes hasta el mediodía para devolver a Raffael Vítale a la cárcel, no me importa lo que tengas que hacer, si no veo resultados, lo último que verás en tu vaga existencia será mi pistola en tu cabeza ¿Entendido? Y cortó, como si hacer amenazas de ese tipo fuera de los más común en tiempos como los nuestros. Quise retirarme, pero él no se movió del lugar, realizando una última llamada que apenas comprendí dado el contexto. –Fernando. ¿Cómo van las cosas por allá? –Cuchicheos por parte del hombre mencionado– Te lo advierto desgraciado, no vayas a hacer porquerías en mi casa. ¿Cómo que se adelantó? ¿A qué hora llegará? –un suspiro– Mierda, no podré ir por ella. ¡Ah! Trata de calmarla, invéntale cualquier excusa. “Ir por ella” Repitió mi fuero interno y por alguna razón se sintió como un trago amargo. Siempre había visto al Conte como una persona en la que no podía confiar del todo y a la que era mejor mantener alejada, él vivía su vida y yo la mía, así que tenía en claro que quizá tendría algunas mujeres escondidas por allí o quizá una novia, sin embargo, saberlo de su propia boca no me quitó aquella extraña desazón inexplicable y sin razón. Si él se encontraba en algún tipo de relación o noviazgo quizá mi existencia y la de Steffano estaban causándole problemas, ninguna mujer en su sano juicio permitiría de buena fe que su chico visitara a otra y se encariñara con un niño que era suyo. Alonzo sabía mucho de mí pero yo en cambio tan poco de él. –Bien, ve por ella, estaré en casa tan pronto como pueda, dile que la amo y que no empiece a maldecirme por no estar allí. Esta vez fui yo quien no se movió ni un centímetro, ni siquiera cuando abandonó el sitio en dirección al sillón. –¿Lia? –preguntó sorprendido al toparse conmigo en cuanto abrió la puerta de cristal– –Lo siento, yo… no pretendía ser chismosa, solo quería decirte que el sofá ya está listo y te dejé un poco de comida por si tienes hambre. –evité verlo a la cara, ahora me sentía como la amante a la que venían a ver cada cierto tiempo incluso cuando no había nada entre los dos– –Ah… vale, gracias. –Bien, que tengas buenas noches. –quise salir de allí, pero mis pies no se movieron, obligándome a llevar a cabo un acto involuntario y totalmente impulsivo– Oye, no tienes que quedarte mañana hasta el mediodía, es sábado y seguramente tienes otras cosas que hacer. Prometo que no escaparé a ningún lado, simplemente me quedaré aquí con Steffano. –Ya habíamos quedado en algo. –No, tú solo lo planeaste, te lo he dicho mil veces, no tienes ninguna responsabilidad con nosotros. –¿Vamos a empezar de nuevo con eso? –musitó como si estuviera cansado de lo mismo– –¡No eres ni mi marido, ni mi amante o mi amigo! –ni siquiera supe por qué lo expuse de esa forma, al terminar de decirlo quedó tan perplejo como yo misma de mis propias reacciones, empezaba a sentir que todo me sobrepasaba– –No, no lo soy, pero aunque me eches seguiré aquí. Nuestros caminos nunca debieron cruzarse, sin embargo lo hicieron, ya no hay vuelta atrás. –Se cruzaron porque tú me secuestraste, porque me metiste en una pelea que nada tenía que ver conmigo, ahora lo único que te pido es que me dejes sola. Es lo mínimo que podrías hacer. –¿Sabes qué? Tienes razón, no somos nada porque si yo fuera tu marido hace mucho que te hubiese pedido el divorcio y escapado de todas tus locuras. Mi corazón pareció apuñalado o al menos creí sentir el mismo grado de dolor. Sin pensarlo bien y por puro impulso, levanté la mano para abofetearlo en la cara, cosa que ni siquiera había hecho cuando fui su rehén. –Pero que demon… –contestó él con fastidio y caminó hacía mi, ademán con el que me bastó para retroceder hasta chocar con la pared mientras me cubría con las manos como defensa de un ataque por su parte que nunca llegó– –¿Qué estás haciendo Lia? ¡Cielos! ¡No voy a hacerte daño! No pienso ponerte una mano encima incluso si tu me golpeas mil veces. Su rostro descolocado fue la clara evidencia del poco conocimiento que tenía sobre como tratar con una persona como yo o al menos acercarse. –Oye, lo lamento, no debí decir eso. No escuché más, simplemente lo hice a un lado rápidamente para ir hacia mi habitación y encerrarme allí el resto de la noche.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD