16. LAS GEMAS DE MI CORAZÓN

3661 Words
Nicolay Estaba como loco al no saber dónde estaban mis hijas y más después de esa llamada, por un instante pensé en decirle a mi zarina que viniera lo antes posible, pero serían muchas horas de espera y aquí cada minuto cuenta, ya que solo uno basta para obtener la victoria o la derrota y por nada del mundo perdería lo más importante de mi vida. Me enfoqué mejor en lo que debía hacer y pensé cada una de las cosas que ellas mencionaron, Vicky me había dado la descripción de los hombres, quizás no fue la mejor, pero al decir el tatuaje en el cuello me ayudó a saber cuál era la organización, no había muchos en Rusia con una marca en esa zona, pero la primera sílaba me sirvió para dar con el grupo indicado. Lily por otra parte mencionó unas palabras que me eran familiares, entonces recordé que cerca del centro comercial en el que estaban se encontraba el puente Volodarsky, mismo nombre que ella dijo. Así, tomé rápidamente el mapa de la ciudad y seguí esa ruta encontrando más adelante la iglesia Chesme y si es al suroccidente donde se dirigían, entonces debían ir camino a las bodegas que están cerca al aeropuerto, lugar donde guardan la mercancía dicha organización. -Morozov prepara a todos los hombres, los quiero armados hasta los dientes. -¿A dónde iremos? -Al distrito de Moskovsky. -¿Crees que fueron los Halcorla? -Sí, esos infelices las tienen. -¿Estás seguro? -Creo en mis hijas Morozov y sé que me dieron las indicaciones correctas, todo concuerda. Ahora prepara a los hombres que no tenemos tiempo que perder y pase lo que pase no quiero rehenes excepto a los infelices que las secuestraron y a los cabecillas de los Halcorla, esta maldita traición me la cobraré, pero más el que tomaran a mis hijas. Él asiente, comienza a organizar a los hombres y yo voy tomando lo que necesito de mi equipo personal, siempre tengo conmigo armamento suficiente para desatar el horror si así lo quiero. De la nada comienza a sonar mi móvil y al desbloquearlo se expande una imagen con el mapa de San Petersburgo, se genera un acercamiento en automático y aparece una estrella en el distrito de Moskovsky seguido de un mensaje sobre este. -Son unas pequeñas muy inteligentes, unas dignas Wintar… Maldito infeliz demente de mierda, ahora le debo más que una carta blanca y lo sabe, pero considerando que se trata de ellas estaré feliz de deberle el favor a Oz, aunque no imagino lo que llegará a pedirme ni cuándo lo hará. Indico a mis hombres la ubicación del mapa que es mucho más exacta a la que tenía en mente, ya que el distrito de por sí es bastante amplio además de abarcar el aeropuerto de Púlkovo. Una vez listos nos vamos en los autos lo más rápido posible, no estábamos lejos de la zona por lo que no tardamos demasiado. Al llegar, vimos que tenían desplegado una seguridad impresionante por todo el lugar, pero eso no me detendría, di la orden de rodear la zona y atacar varios puntos con los proyectiles, advirtiendo de no atacar las bodegas. Nos movilizamos con éxito logrando la baja de varios hombres, no hubo misericordia con ninguno esta noche. Revisé nuevamente el mapa para saber cuál era la bodega a la cual debía ir, pronto me encontré en ella y junto a mis hombres disparamos con las ametralladoras a todo lo que se moviera. Una vez despejado fui junto a Morozov revisando cada puerta tomando cada uno un piso, es entonces cuando escucho sus gritos y muchos golpes a lo lejos, salgo corriendo hacia el origen del sonido, algunos hombres interceptan mi camino y sigo disparando hasta pintar las paredes con sus restos, a medida que me acerco escucho las voces de mis hijas, pero es el grito de Lily diciéndole a alguien que suelte a Vicky lo que me alerta. Mi mente quedó completamente en blanco al escuchar ese grito y corrí como nunca acabando con todos, al doblar por el pasillo veo una puerta donde hay varias sombras y escucho la voz de ese maldito hablándole a mi hija mientras la sostiene del cabello, esta vez opté por usar un arma más pequeña para evitar que la ametralladora alcanzara a Lily, Vicky estaba tras ellos así que no podía verme, pero su hermana sí lo hizo y sonrió al escuchar cuando ese imbécil se despedía de ella. Sé que después de esto tendré muchas cosas de qué hablar con mis hijas, pero primero debo sacarlas de aquí con vida. Apunto bien mi arma hacia él propinando cuatro disparos a su espalda, Lily logra zafarse yendo con su hermana e inesperadamente el maldito logra disparar antes de morir, mi corazón se detiene al escuchar ese sonido y más porque vi cómo Lily protegía a Vicky del impacto. Ingresé de inmediato pateando el arma del infeliz, quise meterle una bala en su cabeza, pero no quería que Vicky viera esa escena. Tomo a mi pequeña en brazos viendo sus bellas esmeraldas relucientes llenas de esperanza y felicidad. -Sabía que vendrías –dice con voz débil y mi mundo se termina cuando cierra sus ojos. La dejo en el suelo rápidamente para revisarla alcanzando a ver mucha sangre en su ropa. -¿Estás bien Vicky? No escucho respuesta de su parte y la miro nervioso notando que está shock al ver a su hermana en ese estado, así que la sacudo un poco con una mano y me observa con sus ojos llorosos partiéndome más el corazón. -Hija ¿Estás bien? –apenas y logra asentir. Tomo a Lily con un brazo y a Vicky con el otro asegurando previo la ametralladora para evitar cualquier incidente y salgo lo antes posible con las dos, no sé qué le ocurrió a Lily con exactitud ya que la bala impactó en su brazo, así que algo más debe tener. Justo cuando vamos a llegar al primer piso para encontrarnos con lo demás, vemos a un hombre aparecer frente a nosotros y tomo con más fuerza a mis hijas. Que me disparen es lo que menos me importa, pero que las lastimen es algo que no soportaría. -Ellas no tienen nada que ver –dije en ruso a sabiendas de que Vicky no me entendería. -Yo solo sigo órdenes Romanov, a mí no me importa si tú o ellas mueren. -Ambos sabemos que es a mí a quien quieren, al menos déjalas libres de esto. Vicky se aferra a mí con miedo en lo que sostiene la mano de su hermana, aun en momentos como este no la abandona, nunca se abandonan. -Por favor es lo único que pido, déjalas libres de esto e iré contigo –supliqué como nunca antes lo hice ante un enemigo. El sujeto baja por un momento su arma, pero rápidamente la vuelve a levantar preparándose para disparar y doy media vuelta para cubrirlas de los disparos, las siento moverse entre mis brazos y tres armas son disparadas al unísono, siento el impacto de algunas balas en mi espalda, pero sé que no estoy herido gracias al chaleco antibalas. A pesar de todo no suelto a mis pequeñas, por el contrario, me aferro más a ellas cerrando mis ojos esperando que estén bien. De repente todo queda en silencio, al abrir mis ojos veo a ambas mirando detrás de mí y al girarme para saber lo que había ocurrido, encuentro al sujeto en el suelo en un charco de sangre y a ellas con dos armas que tenía en mi cintura, Lily apenas puede mantener los ojos abiertos y Vicky está en una encrucijada que no sabe cómo procesar. Las acomodo mejor en mis brazos, sus cabezas se apoyan en mis hombros sin soltar las armas y salimos los tres de ese lugar hasta encontrar a Morozov en el camino junto a otros cinco de mis hombres. (…) La muerte de mi madre fue la primera pérdida que sentí hasta lo más profundo de mi corazón dejando una herida que nunca llegó a cicatrizar, entonces unos ojos azabaches se clavaron en los míos y cambiaron mi vida para siempre. Poco después de conocerla, reviví por primera vez ese sentimiento de pérdida cuando dispararon a mi zarina en esta misma ciudad, un instante que nunca olvidaré porque fue cuando comprobé que en verdad la amaba. Ahora, más de una década después, vuelvo a revivir esta maldita sensación de pérdida al ver a mis hijas golpeadas, pero más a Lily, quien sacó una valentía nunca antes vista, ellas de por sí eran valientes, pero Vicky era más atrevida e intrépida, le daba frente a lo que sea y quien sea sin dudar, Lily por otra parte era retraída y tímida, aunque astuta, ambas eran sorprendentes, pero juntas eran imparables. No obstante, el ver la fortaleza de Lily sumado a todo lo que me contó su hermana mientras atendía sus heridas me dejó sin palabras, creo que ella es tan fuerte como su madre y una cazadora nata, solo que prefiere evitar los conflictos, aunque eso no es un impedimento para que saque ese fuego infernal que lleva dentro de sí. -¿De verdad estará bien? –me pregunta mi pequeña por enésima vez. Detallo sus radiantes ojos miel y acaricio su mejilla con cuidado de no lastimarla. -Sí cariño, solo necesita descansar. -No sé qué me pasó, la noche del incendio pude protegerla, pero esta vez… -sus ojos se empañan, la atraigo a mis brazos y dejo un beso en su sien. -No siempre reaccionamos igual ante todas las situaciones Vicky y creo que esta noche fue una muestra de ello para ambas, lo importante es que nunca dejen de apoyarse la una a la otra ¿entendido? –asiente y me abraza nuevamente dejando correr sus lágrimas en mi camiseta. Luego de consolar a mi hija hasta caer dormida de tanto llorar, la acomodé junto a su hermana quien también descansaba después de lo ocurrido, con Lily las cosas no parecían tan graves, la bala dio en su brazo siendo extraída sin dificultad, pero sí tenía otra herida cerca de su hombro por lo que debieron inyectarla para evitar una infección y también tenía una contusión en su cabeza que era la más preocupante. Según el escaneo que le hicieron no se veía daños severos, pero hasta que no despierte y se haga otra revisión no se podía estar seguros del todo, lo que no había ocurrido hasta ahora, aunque igual quiero creer que esa fortaleza sigue dentro de ella y saldrá de esto pronto. Salgo un momento al balcón para fumar un poco en lo me decido en llamar a mi zarina, sé que debe estar al tanto de la situación, pero debo hacerle frente. Enciendo un segundo cigarrillo y hago esa llamada, ella contesta enseguida y comienzo a relatarle lo ocurrido con ellas quedando sorprendida por el accionar de las niñas, a la vez que se escuchaba muy orgullosa de ellas. -Creí que me matarías en cuanto lo supieras. -Claro que no Nick, así como tampoco te culpo por lo ocurrido, ambos sabíamos que llevártelas implicaría un riesgo muy alto, pero no son los peligros que las rodeen lo que me preocupa, sino el que tú siempre estés para salvarlas y protegerlas. -Créeme, después de esto le pondré un ejército a cada una y no irán a la escuela en al menos un mes. ­-Tampoco exageres Nick solo dales unos días y habla con ellas, bríndales la esperanza que necesitan para seguir adelante y ellas por sí mismas harán el resto, confía en mí. -Gracias zarina, no sé qué haría sin ti, de nuevo te debo la vida y de no ser por ese mensaje habría llegado muy tarde. -¿De qué mensaje hablas? -El que enviaste anoche con Oz junto a la ubicación de las gemelas. -Yo no envié nada Nick, pero si es lo que yo creo que es, entonces ellas debieron contactarse con Oz. –contesta dejándome con mil preguntas. -¿Entonces cómo supiste toda la situación? -Siempre tengo ojos y oídos en mis territorios… y en mi familia. –sonreí negando con mi cabeza. Esta mujer es increíble, prácticamente llevo años siendo vigilado por ella y yo ni enterado de eso, si es así no quiero ni imaginarme quiénes son los que trabajan para ella, incluso puedo apostar a que es Brie o hasta Morozov su confidente. -Estaba pensando en ir para estar unos días con ustedes… -Zarina yo… -Déjame hablar, es solo un pensamiento que tuve, pero recordé que anoche no querías que fuese con ustedes, sé que me quieres contigo y sé que mis hijas estarían felices de tenerme a su lado. -Y yo también mi emperatriz. -Lo sé mi zar, pero me quedé pensando en lo que dijiste y caí en cuenta de que ahora te corresponde a ti hacer lo que alguna vez hice, estar con ellas para fortalecer ese lazo y hacerlas sentir seguras en su hogar. -¿Todavía piensas que fue una buena idea adoptarlas? -Tú dímelo. Me quedé pensando un poco, recordé todo lo que hemos vivido desde que llegamos a Rusia, lo vivido en Nueva York y todo el camino que nos falta por recorrer como padre e hijas dándome la respuesta. -Creo que fue la segunda mejor decisión de mi vida. -Entonces creo que hoy más que nunca estás listo para ser padre Nicolay Romanov, ahora ellas dependen de ti y debes darles lo que necesitan. -Te amo mi zarina, te amo como a nadie. -Y yo a ti mi zar, siempre contarás conmigo y tendrás mi confianza, nunca olvides eso. -Lo tendré presente y disculpa haberte hablado y colgado de esa forma. -No te preocupes, comprendo el motivo y la verdad yo habría hecho lo mismo. Nos quedamos hablando un poco más recordando algunos eventos pasados y todo lo ocurrido con las gemelas en estos años, su desarrollo mental y emocional, además de esas clases que mis pequeñas habían tenido con ella y Oz donde me enteré que en efecto ya ellos les habían enseñado a disparar, es por eso que Rag había accedido el día que se lo pregunté y mis hijas anoche lograron disparar con perfecta puntería. (…) Al día siguiente me levanté temprano para preparar el desayuno de mis pequeñas, corté un poco de fruta, hice unos huevos revueltos con jamón, jugo, chocolate caliente con crema batida, tostadas y gelatina con leche condensada. Acomodé todo en la bandeja junto a dos flores que encargué para ellas y fui a la habitación. En el camino pensaba abrir las cortinas para que vieran el paisaje exterior siendo cubierto por una sutil nevada, quizás desayunaríamos en la cama y nos quedaríamos todo el día acostados viendo películas, pero más grande fue mi sorpresa al escuchar las risas de ellas, mi corazón latió un poco más rápido y apresuré el paso. Al abrir la puerta vi que ellas ya habían corrido la cortina, estaban en el balcón viendo el panorama e intentando atrapar copos de nieve, estaban tan llenas de vida que eso agitó mi corazón rebosante de alegría. Dejé la bandeja sobre la mesa que yacía cerca de la ventana y me quedé en la puerta del balcón viéndolas sonreír. Lily se gira un poco más regalándome el brillo de unas esmeraldas que no se encuentran en ninguna parte del mundo y ensancha su sonrisa, Vicky hace lo mismo dándole más brillo al ámbar de sus ojos y ambas vienen corriendo hacia mis brazos volviéndonos uno, me inundo en ese bello aroma a flores que tienen mis gemas y vivo otra vez. -¿Cómo te sientes? –pregunto a Lily al alejarlas un poco para revisar las heridas de ambas. -Bien, me duele un poco el brazo, pero Vicky dijo que solo será por unos días. -Tal vez pueda ayudarte con eso, traje un pequeño postre que te animará bastante. Su sonrisa es tan grande y hermosa que no cabe en su rostro, Vicky por otra parte cruza sus brazos y me mira indignada. -Eso no es justo, yo también estoy herida y me duele el cuerpo. -¿Celosa? –pregunté con ánimo de fastidiarla un poco. -¿Yo? ¿Celosa? Ja! No tengo celos de nada. Se veía tan hermosa cuando se hacía la difícil que me encantaba hasta el punto de provocarla más. Ahora entiendo por qué a mi zarina le encanta despertar mis celos, aunque dudo que me vea adorable como mi hija, pero en fin, no me pondré a descifrar lo que pasa por la mente de Ragnar Wintar. -A mí en cambio me parece que sí lo estás y no me gustan las chicas celosas, pero ya que estás en esa actitud creo que me comeré junto a Lily el postre que había traído también para ti. Mi pequeña suelta un sonrojo muy natural y coloca su mano en el pecho ofendida. -¿Te atreves a dejar a tu propia hija sin postre? Es todo, llamaré a mamá para que venga a buscarme y regresaré a vivir con ella quien sí sabe consentirme. -¿Ah sí? Muy bien, entonces llámala mientras tu hermana y yo saboreamos la torta que compré de chocolate, rellena de salsa de mora, cubierta con crema y trozos de chocolate y fresas. Creo que era una de tus favoritas ¿no? -¡Eso no es justo! Reí como hace horas no lo hacía, como solo ellas podían lograrlo. Mi pequeña engreída estaba dispuesta a alejarse de nosotros, pero la levanto entre mis brazos y la lleno de besos en su cuello provocando la risa más hermosa en ella, la única melodía que calma mis demonios. -No más, por favor, ya, ya, no vuelvo a decirlo. Río con ella en lo que me pierdo nuevamente en el verano de sus ojos. -¿Cómo crees que te dejaría sin postre? Su rostro está tan sonrojado y cargado de un brillo de ilusión que opacaría al sol en segundos. -Gracias por salvarnos. -No, gracias a las dos por salvarme de mi soledad. Miré a ambas y las abracé con cuidado de no lastimarlas, sobre todo a Lily que sostenía mi cintura con un brazo. Ingresamos para desayunar hablando de trivialidades, después nos fuimos a bañar los tres y nos quedamos en la tina con agua tibia, hicimos burbujas, definimos las películas que veríamos y también acordamos salir a caminar por el jardín más tarde si la temperatura no bajaba demasiado. Al salir nos cambiamos, sequé el cabello de cada una y las peiné dejando una cola alta con algunas trenzas en el cabello de Vicky, a Lily le dejé algunas ondas y recogí su cabello con una cinta para que no le hiciera presión. Como siempre, ambas me dieron un beso doble junto a otro abrazo del cual ya era un adicto. Soy un maldito afortunado por tenerlas como hijas, ellas son el tesoro más especial y maravilloso que tengo ya que son las gemas de mi corazón. (…) -Lo que menos esperaba el día de hoy era recibir esta llamada. -Y lo que yo menos pensé es que algún día haría esta llamada. -¿Y para qué soy bueno? -Quería darte las gracias por lo que hiciste, aunque me sorprendió que Rag no supiera nada. -Es porque ella mandó a hacer los collares y yo instalé los dispositivos sin que se enterara, la única que lo supo fue Lily. -¿Fue así como te contactó? -Sí, ella sabía que al unir los collares se contactaría directa y únicamente conmigo y yo solo te envié la ubicación de ambas, no creerás que las dejaría en tus manos sin un seguro de mi parte ¿o sí? -Supongo que era demasiado esperar un poco de confianza. -Confío en ti Romanov, por algo te permití llevártelas y adoptarlas, pero también conozco Rusia a la perfección y sé que ellas estarán siempre bajo alguna amenaza. -Lo sé, igual te agradezco por lo que hiciste. -Pero ese favor te lo cobraré, así que no te librarás fácil de mí. -Eso también lo sé, solo dime qué necesitas que haga. -Por ahora nada, pero después te buscaré para cobrarte el favor “mi estimado zar” –dice lo último en burla. Es un maldito infeliz, sabía que ese favor no saldría gratis o barato con él y lo peor es que usó justo la palabra que usa mi zarina como si fuera un chiste. -Bien, estaré esperando por la cuenta de cobro –estaba a punto de colgar cuando él vuelve a hablar. -Romanov. -¿Qué ocurre? -Tienes unas hijas muy inteligentes, así que no olvides darles las herramientas necesarias para sobrevivir en vez de ser un sobreprotector con ellas. -¿El gran Oz dándome un consejo? Vaya, eso sí es una novedad. -No lo hago por ti, lo hago por ellas y es que gracias a eso demostraron ser unas dignas hijas Wintar, pero también demostraron ser unas Romanov, sin duda acaban de dejar sus apellidos por lo alto. Quedé sorprendido por sus palabras a la vez que sentí orgullo por mis hijas, la verdad es que sí lo hicieron y sé que eso solo fue la punta del iceberg, pues el día que logre convencer a Ragnar de estar con nosotros, ella les enseñará mucho más. -Gracias Oz. -Fue un placer Romanov, salúdame a las gemelas y diles que nos veremos pronto -fruncí el ceño al escuchar ese tono tan… perversamente Oz. Estuve a punto de preguntarle por eso, pero el muy cretino ya había colgado dejándome con un escalofrío que recorrió mi cuerpo. Los alcances de ese demente pueden ser más terroríficos que los de Ragnar, en especial cuando no sabes si te considera un aliado o un enemigo.
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