-- ¿De qué estás hablando? -- Preguntó Athan. Se le notaba demasiado en los ojos que me veía como una loca. Sentía un dolor muy desagradable en el pecho. Era como si me rompiese por dentro. -- ¡Háblame! -- Levantó la voz de la nada. Retrocedí unos pasos. No sé por qué... Pero le veía demasiado alterado... Incluso diría que sería capaz de hacerme algo. -- Soy la hija de Hades y Persefoné... Sé que estás pensando cualquier cosa... Pero sí... Me refiero a los dioses griegos. -- Suspiré al final. -- Necesitas un médico. -- murmuró y me miró a los ojos. -- ¡No! ¿Sabes como hice que el fuego se apagase? Por que se controlarlo... Soy la hija de Hades. El Hades del Inframundo. Cuando fui al instituto no buscaba a ningún familiar mío. Sino a gente de mi edad para probar este amuleto egipcio

