– Χάνεις – Nada más oírlo abrí los ojos. La televisión seguía puesta, pero con menos volumen. Me apoyé en el codo, Neo estaba aún más adorable dormido. Sonreí, pero en seguida me pude seria. No podía quitarmela voz de la cabeza. Sigilosamente me levanté del sofá. No podía quedarme aquí. El reloj que había en la cocina marcaba las tres y cinco de la mañana. Me estoy volviendo tan humana. Antes era casi imposible que alguien o algo me sacase una lágrima, que sintiese afecto, cariño o incluso amor por alguien... ¿Y ahora? Mis lágrimas caen cuando estoy triste, cuando me hacen daño o cuando me duele demasiado algo. El cariño que siento ahora, hacia Athan, hacia Neo y hacia todos los que puedan ser mis amigos. Es algo increíble. Después de mirar de nuevo a Neo, abrí la puerta de salid

