Entusiasmada fui a buscar a gente de mi edad. Aunque no tenía ni idea de como sabría que edad tienen las personas de mi alrededor ya que no conseguia ver sus años.
Lo bueno es que no tenía que tener demasiado cuidado con la gente que pasaba a mi lado. Ya que no me veían. Me llamaron la atención dos chicos que iban corriendo a un sitio.
-- Date prisa, Athan. Llegaremos tarde. -- dijo uno de los chicos dirigiéndose al otro.
-- Te sigo. -- le respondió y aumento la velocidad.
Con curiosidad y una sonrisa decidí seguirles, hasta que los tres llegamos a algo que debería ser una universidad. Era preciosa.
Fui detrás de ellos para no perderme en el. Primero habían bajado a un vestuario para cambiarse y ponerse el uniforme de colores azul fuerte, blanco y gris. Más tarde se dirigieron a la segunda planta donde entraron en una clase. Se disculparon los dos al profesor de historia y se sentaron cada uno en su sitio.
Estaban dando la antigua Roma. Sinceramente me gustó mucho escuchar esa clase. Era interesante y algo que nunca me había contado mi padre.
-- Athan, podrías leer la siguiente frase. -- pidió el profesor y se sentó un rato en su silla. Athan se quedó mirando el libro Yo hice lo mismo me quedé mirando las letras y luego sonreí. Se me había pasado una idea por la cabeza.
Hice un gesto con la mano encima del libro.
-- Hoy en el comedor sirven almas rebozadas y puré de fresa. -- leyó en voz alta y luego se quedó pensando en si lo que dijo tenía sentido.
La clase empezó a reírse incluido el amigo de Athan.
-- Estás jugando con mi paciencia Athan. -- gruñó el profesor y cruzó los brazos. En ese instante sonó el timbre que anunció que la clase de historia había acabado.
-- Muy bueno el chiste del final. -- sonrió una chica de pelo rubio y ojos verdosos.
-- Venga ya, estaba escrito en el libro. -- Gruñó Athan molesto y cruzó los brazos. les enseñó el libro, todos se pusieron a buscar la frase que había dicho empezó voz alta, pero en vano.
-- Athan, aquí no hay nada... -- Dijo una de las chicas. Empecé a reírme. Él se giró hacia mi y se quedó mirándome.
-- Dejadme verlo. -- cogió el libro y vio
-- ¿Quién es esa chica? -- Preguntó y señaló en mi dirección. Tragué saliva y retrocedí unos pasos.
Todos se giraron en mi dirección y en seguida se volvieron a girar hacia Athan.
-- Emm.. No hay nadie ahí. -- Respondió el amigo de Athan. Él dio un suspiro y se acercó a mi. Yo volví a retroceder otros pasos hasta salir corriendo de ahí. Llegué al corredor. Oí los pasos de Athan así que seguí corriendo y llegue a la calle donde me perdí entre la m******d con una enorme duda.
¿Por qué... Cómo es que me ve?