Los primeros rayos de sol se filtraron a través de las cortinas, bañando la habitación con una luz dorada y cálida, pero algo en el ambiente me parecía extraño, distante, ajeno. Mi cuerpo estaba tenso, inquieto, como si todo estuviera fuera de lugar. Me incorporé de golpe, con el corazón golpeando mis costillas y la respiración entrecortada. Los recuerdos de la noche pasada llegaron de golpe, confusos, caóticos: la bruja, el hechizo, la barrera, los licántropos… y Steffan Miré a mi alrededor, buscando algo familiar, algo que me anclara a la realidad que conocía. Pero lo único que veía era una lujosa habitación, más grande que cualquier cuarto que hubiera visto antes. Las paredes de un profundo color azul oscuro, adornadas con tapices finos, y muebles que exudaban poder y riqueza. Un contr

