[Escena 1: El regreso a la finca] La camioneta blindada avanzaba por la carretera polvorienta que conducía a la finca en las afueras de Bogotá. El silencio en el interior del vehículo era pesado, cargado de expectativa. Tyler conducía con el ceño fruncido, mientras Max, a su lado, observaba el paisaje con una mirada endurecida. —No me gusta este silencio —dijo Max de pronto—. Esta finca solía tener movimiento a esta hora. —Lo sé. Algo no cuadra. —Tyler apretó el volante. Al llegar, la escena fue desoladora. El portón principal estaba semiabierto, y un olor a quemado todavía impregnaba el ambiente. Cuerpos de sus hombres yacían en posiciones de combate, como si hubieran peleado hasta el último aliento. —Hijos de puta... —susurró Max, bajando del vehículo y sacando su pistola. Morenay,

