Alexander
Quería probarle a Jennifer que no me importaba en absoluto que se hubiese revolcado con Gian Monti las veces que quisiera, pero todo salió al revés.
La besé durante un impulso irracional y supe desde ese momento que había cometido un gran error ya que ella no era exactamente un alma pura que nada más se sorprendiera por aquel acto. Aquello me costaría el matrimonio con Marcela que tanto odiaba, pero me esforzaba por mantener.
Tocar sus labios fue una experiencia increíble pese a todo. La vi cerrar los ojos por pura timidez y sonrojarse (algo que no creí que haría). Tembló bajo mis brazos cuando el beso pasó de ser un simple toque de labios a uno un poco más pasional.
Era de locos negar que se sentía como tocar el cielo, afortunadamente fue ella quien le puso fin gracias
