Jordan La extraña personalidad de Alexander empezaba a asustarme. No tenía idea de que era lo que cruzaba por su mente, pero sospeché que estaba luchando con sus impulsos inconscientes tanto como yo. Lo que estaba haciendo no era correcto, sobrepasaba los límites que se supone debían tener los cuñados, sin embargo, no estaba en el mejor momento de mi vida, acababa de confirmar lo que tanto temía. Mi abuela me había mentido por años. Se mantuvo en total silencio, analizando sus propios actos y luchando internamente por recuperar la cabalidad. A mi no me importó lo bueno o lo malo en ese momento porque no había logrado sentirme tan cómoda desde que llegué a ese lugar como cuando estuve con él. Terminé de recostarme sobre su pecho y lloré en silencio, prometiendo que esa sería la última

