Jordan Esperar a Leonida era como esperar a un invitado del que no se tenía la hora precisa de visita. No contaba con celular y tampoco tenía otro medio de comunicación con el que pudiera concertar una cita así que solo quedaba esperar su llegada. Bianca llegó a la mañana siguiente, usando la relación amistosa que la familia pensaba que aún tenía con la verdadera Jennifer. –Necesito hablarte de Leonida Me dijo en cuanto puso un pie en mi habitación. –No podemos hablar aquí, Fabrizio puede escucharnos. –¿Tanto miedo le tienes? Bastaba con oírla para darme cuenta de la poca empatía que sentía hacía mi persona pese a saber que no era la verdadera Jennifer. Era de esperarse, no confiaba en una extraña. –No temo solo por mi vida, también por la de mi abuela. –¿Y cómo sabes que tu

