Alexander El camino de regreso a Roma me pareció una eternidad. La loca idea de llevar a Jordan al médico para comprobar su castidad era algo a lo que no me arriesgaría. Mi interior repudió la idea de volver a hacerle daño o faltarle el respeto de esa forma, incluso cuando todavía no estaba seguro de si me tendía una trampa al ser la verdadera Jennifer. Afortunadamente no tuve que mantener aquella duda dentro de mí por mucho tiempo. Esa misma noche, mientras todos dormían luego de un extenuante viaje de regreso a casa, yo la esperaba cerca a la salida trasera del jardín. Apareció al poco tiempo, enfundada en unos jeans básicos que jamás le había visto antes, unos simples tenis y una chaqueta algo ancha para su menudo cuerpo. Su presencia lograba mantenerme inquieto incluso en una p