Jordan
–Te dije que te quería lejos de Alexander ¿Lo olvidaste?
Me preguntó Fabrizio, ingresando sin previo anuncio a la habitación.
–No, no olvidé. Yo solo… no quería salir, él me obligó.
No planeaba tartamudear, pero a final de cuentas lo hice, quizá porque no pensaba vivir dos situaciones de alto estrés en un mismo día. Primero era amenazada por Alexander en la mañana y ahora por Fabrizio antes de ir a dormir, me pareció estar en una casa en donde todo funcionaba con un constante coaccionar.
–Jordan, yo te traje aquí para que me ayudarás siendo el perfecto reemplazo de tu hermana. No espero que hagas lo contrario…
Su voz bajó de tono, una de sus manos acarició mi mejilla derecha, dejándome perpleja ante el perturbador toque. Sus dedos ascendieron por mi oreja hasta mi nuca,
