Jordan
Me escondí bajo la mesa de aquella pequeña cocina siendo cubierta por el enorme mantel que la decoraba. Aquello me dio un respiro, como si pudiera ocultarme así de fácil de todo lo malo que me aquejaba en ese extraño país.
Me resultaba muy difícil olvidar el rostro desencajado de Michaela antes de huir de esa casa. Ni siquiera supe si la excusa que usé para descargar mi ira sobre ella había sido convincente, pero esa misma mañana la había acusado de no preocuparse por mí jamás.
Se suponía que reclamarle no me dolería dado el caso, sin embargo, su expresión perpleja y dolida me inquietaba.
No noté cuando Alexander levantó el mantel del lado derecho de la mesa y se inclinó para encontrarme.
–¿Peleas con tu madre y huyes de casa? Intuyo que fue por lo poco conforme que te ves c
