20 x Romper

4739 Words
Damager, Liberty Era Borges Lo miro de la única forma que se mirar en mi forma normal, el parece estar en paz con su decisión de quedarse, aun no empezaba a sentir sueño cuando el ya empezaba a hablar nuevamente, sus intenciones eran cortar con el cómodo silencio que nos invadía a ambos. —¿Qué tal tu día?—Pregunta algo apenado. Mis ojos son blancos como el papel y brillantes como una lámpara en la noche, debido a mi apariencia normal, solamente puedo abrirlos ampliamente y esperar que él se dé cuenta de que estoy impresionada con su pregunta casual. —Fue un día largo, más largo de lo normal… prepare el evento y recibí al desafortunado de Howl justamente porque Jeriko planea matarlo, espero no estés involucrado en esto Solaris—Mi tono suena preocupado. —Era prefiero no ser partícipe de ese tipo de conflictos, además ya tengo muchas otras responsabilidades—Suspira—Responsabilidades que requieren de tiempo—Respira profundo. —¿Aun así vienes a verme? —Pregunto curiosa. —Eres el amor de mi vida… claro que debo venir a verte aun así no tenga tiempo—Sus ojos brillan de alegría y se atreve tímido a estirar su mano para tocar la mía. Cambio de forma rápidamente para poder expresarle lo que siento, puesto que mi forma original no le permite a mi rostro mostrar expresiones como las humanas. Aparezco completa y totalmente desnuda ante el, Solaris se petrifica en la cama mientras yo solamente vuelvo a acurrucarme, la ropa me causaba molestia e inmunidad por so intentaba usarla lo menos posible. Puedo escuchar su corazón ir a toda velocidad y su respiración trabajar con dificultad. —No es buena idea que un humano se enamore de un ser como yo—Ladeo el rostro con el ceño fruncido. —El corazón no decide a quien amar—Ríe. —El corazón es un órgano que se encarga de bombear la sangre a tu cuerpo, no tiene porque tener que decidir algo— Explico entre risas. El mantiene su mirada fija en mi rostro, parecía estar agotado y al acercarme un poco más hacia él para poder sentir su piel, Solaris se erizo y su cuerpo se contrajo hacia delante de la impresión. —Era sé que es algo raro, pero podría ponerte algo de ropa—Insta con un tono de voz suave. Solaris se cubre el rostro con su antebrazo y jadea constantemente. —¿Te lastime? —Pregunto confundida. —No me has lastimado de ninguna forma, pero tu cuerpo es tentador—Ronco. —Tengamos un coito—Expreso sin pensarlo mucho, anteriormente había escuchado a los Luponis hablar sobre ello mientras se encontraban asolas. Quería saber que se sentía, quería saber si podía sentirlo y por ello me aventure bien decidida a proponérselo a la única criatura en la cual confiaba suficiente como para intentarlo. El amor de Solaris se había impuesto hacia mi durante años, muchos años, a decir la mitad de su vida estuvo esperándome, o mejor dicho, ha estado esperándome, por motivos que se suponen son personales, pero si ha estado con hembras humanas, ha estado con otras especies cosa que nunca me había atrevido hacer. —¡Qué! —Alarmado suelta un grito. Sonrió al acercarme con delicadeza a tocar su barbilla y pegar mis labios de los suyos, no entendía muy bien el método del beso que utilizaban los humanos, solo estaba probando, ladeo mi rostro al verlo con detalle a los ojos y luego volver a intentar pegar mis labios de los suyos. Él sonríe confundido, tenía obvios motivos para pensar de esa manera. —Coito, Solaris—Recalco. —Cásate conmigo entonces…—Entusiasmado sujeta mis manos con delicadeza y se sienta frente a mí en la cama. —¿Casarme contigo? —Sonrió. —Si Era… casarte conmigo—Sus ojos brillan con gran fulgor. Parecía que si le respondía no las posibilidades de realizar mi experimento serian pocas, pero decirle que sí y acceder a tener una monogamia el resto de mi vida o mejor dicho la suya, parecía ser prometedor tener un compañero de vida no era una mala idea y menos para una Etherografo como yo, solíamos vagar en solitario por nuestro mundo, pero a Enalis y a mí nunca nos gustó estar solas, por lo tanto tener un humano a mi lado el resto de mi vida y uno que me aceptaba tal y como era me hacía sentir una extraña sensación en el pecho. —Está bien—Acepto y vuelvo a mi forma Etherografo. —Bueno… tendré que explicarte cómo será el proceso—Respira profundo—¿Espera si…aceptas? —Pregunta exaltado. —Si acepto—Mi mirada se relaja e intento que se proyecte como una mirada tierna hacia él. Él se acerca a besar, esta vez sujetando mi mentón con delicadeza. Lo detengo antes de llegar a mi boca. —Mi saliva es venenosa, te causare quemaduras urticantes si toca tu cuerpo, déjame ser una humana para que la metamorfosis se encargue de ello—Expreso preocupada. —¿Qué tal si primero estudio y luego lo intentamos Era? —Pregunta con alarma. Parecía que debíamos saber que podía herirnos o dañarnos antes de intentar realizar el coito, aunque me transformara en humana habría ciertos inconvenientes que igual podrían interferir, como el de mi conducto o los afrodisiacos que puedo liberar, mientras Solaris me observa para estar agotado, ladeo la cabeza con algo de incertidumbre, el pobre humanos había quedado dormido en un lado de la cama al recostarse mientras pensaba que podía afectarnos. —Debes de estar exhausto—Le susurró al oído, para cubrirlo con una manta y luego quedarse descubierta a su lado, sujetando su mano. Entro en una rápida suspensión para que mi cuerpo libere todo el estrés y las sobrecargas emocionales del día. ∆∆∆ Me despierto flotando sobre la cama y empiezo a mirar a mí alrededor para darme cuenta de que me encuentro sola. Puedo escuchar como las olas golpean contra la roca del castillo. Floto hasta donde se encontraba el cuerpo de Solaris exhausto la noche anterior y puedo ver un cristal rectangular sobre la cama. Toco el mismo para activar la reproducción del video o el mensaje que él había dejado preparado para mi esa mañana. Mi amada Era disculpa mi retirada tan apresurada pero se me informo de un altercado en el planeta en el que se encuentra mi padre, por lo tanto me retire sin molestar su sueño, se que también estabas agotada, sé que cumples con muchas responsabilidades y realmente agradezco que hayas aceptado mi propuesta. Dentro de unos días regresare para empezar con los preparativos de la boda, sé que mi futura esposa es el ser más increíble en el universo, por lo tanto me encuentro plenamente tranquilo y feliz. Observo un largo rato el cristal, absorta en una sensación que desconozco por completo, me saca de mis pensamientos Enalis que irrumpe en mi habitación con mucha elegancia. —Solaris acaba de marcharse de tu habitación y partió rumbo a Esfinge porque al parecer hay una flota espacial en dirección hacia ellos— Suelta un quejido. —Ardoscan murió por lo tanto su flota sumada a la de los Yakuza representan una amenaza si intentan declararnos la guerra, el régimen intervendrá dentro de poco, se cancelaran las elecciones y luego puede que empiece la xenofobia masiva—Suspiro. Enalis está transformada en humana, con una apariencia peculiar me observa seria con una ceja arqueada y los brazos cruzados. —Aparentemente, tu noche fue un tanto movida—Hostil. —Solaris y yo solo dormimos… no ocurrió nada mas—Afable. —Si te llegase a besar, o algún liquido tuyo se derrama sobre su cuerpo…lo vas a envenenar—Advierte—Ya estas entrando en la edad en la que deseas experimentar y tus instintos te dicen que debes procrear, al menos que puedas encontrar una manera de estar con él sin matarlo…debes evitar a toda costa un coito innecesario Era—Severa. —Lo se… estamos estudiando las posibilidades—Bajo la mirada. La luz del sol ni siquiera se había dignado a salir, apenas empezaría a amanecer unas horas más adelante. —Dejando eso de lado, Alanys y Howl se están haciendo una prueba de embarazo en el cuarto médico—Suspira—Y la prueba dio positiva—Seria levanta el rostro y no parece muy complacida con su respuesta. —Entiendo que te incomode…yo tampoco estaba de acuerdo, pero Howl insistió, al parecer siente que sus días están contados y por ello se propone hacer cosas como esas—Me transformo en humana y empiezo a vestirme. —Los humanos son muy ingenuos Era, le temen a muchas cosas—Se acerca a mí para ayudarme a vestir. Empieza a colocar las joyas doradas en mi pecho y mis muñecas, el vestido que elegí es largo y cubre mis pies descalzos, mi cabello cae hasta más debajo de mi cintura y mi piel se ve fresca e hidratada. —Parece que tuvieras 22 años humanos y no 100—Se burla. Por un momento me planteo si reírme o no. —Deberías ir con nuestros invitados, yo puedo vestirme sola, diles que iré en un momento— Impero severa. Enalis frunce el ceño y aleja sus manos de las joyas lentamente, suelta un bramido y se retira con una reverencia. Cierro los ojos y activo un comunicado por medio de un cristal en la mesa, les informaba a los Cathros y Moranos que se encontraban en la atmosfera que estuvieran atentos a cualquier nave enemiga, puesto que se nos había informado de un posible ataque. De inmediato el general Miaumen se presentó en mis aposentos ofreciéndose a ser mi escolta personal. Con mucho gusto acepte su propuesta y le desde allí me acompaño a realizar el recorrido con los invitado. ∆∆∆ —Tu voz se me hace familiar—Suelta Alanys mientras estamos asolas en el salón de los cristales. Todos los machos se propusieron a jugar mientras ella y yo charlábamos expectantes. —Pues alguna criatura debe tener una voz parecida a la mía—Sonrió amable. —No creo que eso sea posible—Hostil se cruza de brazos—Tengo entendido que te dicen seora de la paz y la transformación—Me mira—¿Por qué de la transformación? —Pregunta severa. La miro y luego continúo observando el recinto que posee una cúpula hueca y por el cual la tenue luz del sol entra, además de la increíble variedad de cristales que se encuentran allí irradiando brillos de colores diferentes de acuerdo a la luz del sol que se ofrece a bañarlos libremente. —La energía no se crea ni se destruye…solo se transforma y esa transformación puede presentarse en diferentes forma—Suspiro—Todos los seres presentan diferentes energías en su cuerpo—Explico—La energía que yo poseo me permite transformarme en lo que yo desee—Seria. La mirada de Alanys se queda perdida y finalmente arquea una ceja para mostrar su confusión. —¿Cambias de forma? —Pregunta con incertidumbre. Me rio. La humana era sin duda alguna muy perspicaz y observadora, logro percatarse rápidamente de lo que intentaba hablarle, mis enseñanzas indicaban que debía ser sincera en cualquier aspecto, pero sino era requerido no aplicaba, por lo tanto me siento muy bien al darme cuenta de que la mujer que eligió Howl era como una Etherografo, ella también podía transformarse y difícilmente era capaz de mentir, también tenía intenciones puras y sinceras, por lo tanto me alegraba de que pudiéramos cuidar de Alanys Berellon. —Si Alanys, me transformo en cualquier ser orgánico y resguardo la información de su ADN en mi interior para usarlo cuando fuese necesario—Explico con una sonrisa. —Es un secreto muy bien guardado Era—Parece haber bajado la guardia—Nunca has mostrado ninguna mala intención, ni siquiera un acto de hipocresía desde que llegamos, es perturbador… no sé si eres buena mintiendo o si solo estas siendo tu misma—Aclara severa. Tomo sus manos en las mías y respiro profundo. —Nunca he mentido, ni siquiera sobre lo que soy, solo intento ayudar a los humanos a conseguir ser aceptados por todas las demás especies y obtener un lugar en la unión universal—Sonrió—Una cosa es una pregunta que nunca se ha hecho y otra es una pregunta que obviamente tiene una respuesta—Suelto sus manos con sutileza y me llevo un dedo a la mejilla derecha—En este caso… ustedes nunca me preguntaron nada—Me rio a carcajadas. Ella parece estar convencida de que digo la verdad y es cierto, claramente digo la verdad, no tengo motivos para mentir, claro que quiero ayudar a los humanos, claro que quiero mantener a Howl con vida y caro que quiero que Jeriko entre en razón se entregue y se detenga de una vez. ∆∆∆ Damager, Liberty. Howl Yakuza. Alanys seguía insistiendo en ir conmigo a Barshee solo para asegurarse de que los niños se encontraran a salvo, nunca me imaginé encontrarme en una situación tan peligrosa como esa, pero después de lo que ocurrió en Helycion con Her, debía probarme a mí mismo que podía con una situación tan complicada como esa. — No creo que sea buena idea llevar al robot con nosotros sinceramente— Obstinado logra pronunciar el general Miaumen. —Yo tampoco pero creo que sería de gran ayuda en una situación que requiera de distracción, en un caso hipotético de que Jeriko se encuentre en Barshee— Analiza Era. — Alex debe ir con Howl y eso es todo—Fulmina Alanys. Nos encontrábamos discutiendo en el salón comedor como íbamos a aventurarnos hacia el sistema Barshee para acabar con las preocupaciones de Alanys debido a que claramente tenía sus razones para sentirse así. Pero era muy peligroso que se arriesgara ella, en cambio Alex y yo teníamos más oportunidades que ella, y no necesariamente porque él era un robot desechable y yo el hermano de la loca genocida, sino porque ella tenía una vida en su interior. Estaba tan entusiasmado con la idea de ser padre que era lo único en lo que podía pensar, en una pequeña versión de Alanys y yo, mientras ellos discutían como se realizaría toda la operación, yo continuaba haciéndome un mundo de pañales y llantos con noches sin dormir, siempre me pareció conmovedor toda la idea y aún más cuando sabía que podía llegar a tener a una niña como su bella madre. Después de tanto soñar, logro entrar en razón y percatarme de que ese mundo de ensueños y de fantasías tal vez no podrían llegar cumplirse si seguía siendo la carne de cañón de Jeriko, estaba nervioso, intentaba no hacerlo notar puesto que sabía que Alanys podía darse cuenta fácilmente. Y lo que quería evitar fue exactamente lo que ocurrió. Ella toca mi mano fría debajo de la mesa y me observa con ternura. —¿Qué pasa? —Me susurra al oído. Recupere la compostura en cuanto logre verla a los ojos y darme cuenta de que mi más grande propósito en la vida era tener una vida junto a ella, junto a la encantadora Alanys Berellon la mujer que tanto me había esforzado en conquistar y la única persona capaz de entenderme en el mundo conocido, ella y yo éramos personas muy similares y al mismo tiempo tan diferentes y justo ahora por decisión premeditada mía, ella y yo íbamos a tener un bebe, así que debía demostrar mi inocencia y condenar a mi propia hermana por sus crímenes. — Estoy bien Alanys—Sonrió levemente. — ¿Puedo ir yo?—Pregunta con nostalgia. —De ninguna manera—Espeto alzando la voz. Ella se hace un poco hacia atrás, nunca antes le había negado nada y mucho menos acciones peligrosas, pero ya era suficiente, yo debía enfrentar mi destino, debía aprender a cuidarme por mí mismo y no arriesgar más su vida, la vida de la persona que más me importaba en el universo. Me levanto y observo al general Miaumen y a Era quienes se mantienen en silencio, evitando cualquier movimiento brusco ya que ellos mejor que nadie entendían que un alzamiento de la voz era muy grave. Trago saliva, me acerco a Alanys en la silla y le doy un beso en la frente. Ella se mantiene inmóvil, en mi tacto la sentí tan frágil y tan vulnerable que no puede evitar sentir un gran dolor en mi pecho. — Creo que es lo mejor Alanys— Reitera Era al levantarse de la mesa— Una escolta de fragatas Cat lo van a acompañar, además el general Miaumen accedió a ir con ellos, con algo de resistencia, pero accediendo—Era observa al felino quien se mueve hacia la puerta un poco indispuesto. —Lo sé. Sus voz suena ahogada, justo en ese momento me preguntaba ¿A dónde se había ido toda esa fuerza que tenía?, ¿A dónde se había marchado esa fiereza que solía tener en situaciones que requerían arriesgar la vida? ¿Y por qué cedió tan fácilmente a algo como esto? Entonces lo comprendí, lo hacía por nuestro hijo. Ese era mi plan desde un principio, retenerla y negarle la oportunidad de escapar a otro lugar para poder pelear, lo menos que deseaba era hacerle daño, lo menos que deseaba era ponerla en un riesgo innecesario nuevamente, solamente para conservar mi vida. Camino serio hacia la salida, con la respiración errática y sin mirar atrás, porque sabía que su falta de calidez y su frívola acción me obligarían a devolverme, me haría dudar de mi decisión, nada más porque no soportaría volver a verla. Una vez fuera del castillo ya abordando las fragatas, logro ver lo dispuesto que esta Alex, por un momento pensé que pondría más resistencia e intentaría pelear por su vida, pero después de relatarle nuestro plan accedió sin reproches, parecía saber algo de lo que yo no tenía noción. Cinco fragatas Miaumen me acompañarían con la nave de Alanys de vuelta a Barshee para buscar a los niños, debo de admitir que tenía algo de miedo, estaba consciente de que mi hermana estaba en algún lugar de la galaxia rastreándome por medio de código QR en mi cuelo que realmente era un microchip con una bomba irremisible de activación remota, ella me torturo durante un año solo por diversión, dándome amenazas de cómo podía presionar el botón algún día , en una mañana y dando una descripción de como mi cabeza explotaría y mis sesos volarían por todos lados, sabiendo que mi cuerpo aun enviando energía por las conexiones nerviosas caería de rodillas en algún suelo, de algún planeta en la galaxia y así sería mi muerte, nadie pensaría que fue una muerte normal y ella inculparía a alguien más solo por diversión. Jeriko Yakuza no era así cuando era una niña y si lo fue nunca lo demostró, pero después de vivir junto a Helen Fabriano de Ardoscan, ella cambio, su voluntad se rompió al igual que todas mis creencias sobre ella y finalmente me encontré frente a una psicópata, genocida que disfrutaba de torturar a sus víctimas y llevaba en mente un plan para conquistar el universo. Respiro el aire oceánico y observo hacia el castillo, parece de arena de la más fina y se impone en la gran inmensidad del planeta acuático con gran elegancia y elaborada estructura de tal forma que puedes observarlo antes de entrar en la atmosfera con mucho detalle. Una vez en la nave me siento para poder manejar a nave pero a mi lado puedo escuchar un gruñido y al darme cuenta el general Miaumen se encuentra arqueando una ceja y con el ceño felino fruncido. —¿Qué crees que haces humano? —Pregunta irritado. Parecía que todo le molestaba, nada le gustaba y todo lo odiaba. —Conducir…creo—Saco una sonrisa forzada. —Yo estoy a cargo, por lo tanto yo conduzco—Saca sus garras retractiles para amedrentarme. Abro los ojos como platos y me levanto rápidamente para cederle con mucho gusto el asiendo de conductor, Alex me observa confundido en el asiento detrás y yo lo ignoro con mucha dificultad ya que su rostro inexpresivo me causaba mucha risa. «Bienvenido usuario, por favor indique el lugar que desea visitar». —Barshee, Einity—Indica el gato erguido. —Sí y mientras más rápido mejor general—Exijo. «Indique Velocidad». El gato gruñe y enciende los motores de la nave, de inmediato salimos de la atmosfera y nos mezclamos con la gran flota Morana y la gran flota Cat, la misma que tuve que cruzar el día en el cual arribe a Liberty por el bien de todos. —Tu hembra te controla—Expresa entre carcajadas. Frunzo el ceño confundido. —¿Por qué lo dices?. —Coloco una cámara en su nave que se activa remotamente para observar todo y en el robot igual—Chasquea la lengua en tono gruño. —Me lo imaginaba—Refunfuño—Cree que no puedo cuidarme por mi mismo—Bufo. —Alanys Berellon tiene sus motivos, usted fue capturado por el príncipe Helen, casi fue abusado y luego tuvo que ser arrastrado por Alanys Berellon hasta las afueras del castillo, si yo no hubiera sido de utilidad en esas situaciones usted habría muerto debido a su incompetencia en combate—Recalca Alex. —Jajaja hasta el robot es más competente que usted embajador—Carcajea el gato hasta ahogarse con una bolo de pelo. Trago saliva y me encojo en el asiento. —¡Bola de pelos! —Frunce el ceño y mueve de un lado al otro su cuello. —Alex te ordeno que guardes silencio hasta a llegar a Barshee—Impero enfurecido. —Por favor—Insta el robot. —Si por favor—Digo entre dientes irritado. «Transmisión recibida». —Cat uno, dos, tres, cuatro y cinco, alístense para realizar el salto, entiendan el reactor de Nulla para proceder—Ordena con voz gruesa y ronca. «Activación completa, mejora activada, cargando orden». Me mantengo en silencio pensando en las posibilidades. «Salto en…uno..dos…tres». ∆∆∆ Babilonia, Esfinge Jeriko Yakuza Una vez más cambiaba el rumbo de mis planes, en vez de dirigirme a Barshee como había planificado me reuní con mi padre en Esfinge para impresionarlo con mi gran Azaña. Además necesitaba ver que Solaris estaba cumpliendo con todas mis órdenes. En el salón del té de papá, solo había paredes blancas y estructuras negras muy bien talladas que contaban la historia de generaciones enteras, al estar parada frente a él esperando que levantara la mirada y finalmente me elogiara por mi logro, solo puedo ver una cara seria después de terminar de servir su te en la vajilla de porcelana. —Hija—Pronuncia secamente. —Padre—Emito entusiasmada. —¿Qué has hecho? —Frunce el ceño con nostalgia e indignación. —Pues reclame lo que me pertenecía por derecho, después de que me anunciaran la muerte de mi esposo… Me interrumpe. —¿Lo mataste?—Pregunta severo. —Claro que no padre, solo reclame lo que es mío—Niego con mucha seguridad. —Te pregunte si lo mataste, no si habías reclamado tus bienes—Espeta con severidad, estaba molesto. Trago saliva. —No lo mate padre, te juro que no tuve nada que ver con eso—Niego con la voz trémula. —¡Her me conto que lo habías matado, que planeabas matar a Howl y que armaste un complot para apoderarte de la unión universal!—Se levantó de golpe y encolerizado alzo la voz. «¡Inocente, crédula, ridículamente inteligente, la maldita mocosa… la matare!» Pensé enfurecida, imaginándola sentada frente a la pantalla de mensaje enviándole un mensaje a mi padre crédulo. Algo no andaba bien, todo estaba mal a mi alrededor, todos estaban mal y en nadie podía confiar. Suspiro. —Antes de responder eso padre—Me dirijo hacia el seria y me siento en un asilla frente a el—¿Dime por que me vendiste a los Ardoscan?—Increpo. Cruzo mis piernas coloco mis manos frente a las tazas de té, coloco azúcar y luego meneo con una cucharilla, tal y como se hacía a la antigua. El traga saliva. —No te vendí—Replica—Como osas a pensar tal cosa de mi—Increpa indignado. —Eso mismo pienso yo padre—Frívola tomo una taza de té y me doy un sorbo, luego arrimo la taza de té hacia el—Esta muy bueno—Lo miro con desdén. —Hija—Su voluntad se quebrantó en cuanto se dio cuenta de que lo sabía. Que sabía sobre el trato que tenía con los Ardoscan y su ideología de la compasión, siempre lo supe pero no quería aceptarlo. —Mi madre era una Ardoscan que escapo del reino, porque su hermano el rey la violaba para intentar procrear a sus hijos con sangre pura, nadie lo sabía, excepto tú y los más allegados a ti, tú te ofreciste a salvarla porque te enamoraste de ella, Solaris, Magnes y yo éramos hijos del rey y el enfermo mental de Helen era el mayor de los cuatros, éramos muy jóvenes para saberlo, ni siquiera puedo recordarlo—Respiro profundo y me doy otro sorbo de la taza de té—El punto es que cuando fingieron nuestra muerte solo para escaparte con mi madre, eras rico, tenías poder e influencias pero los Ardoscan tenían más hasta un convenio con los Moranos—Me rio—Y un así te arriesgaste solo por compasión, la misma compasión que nos obligaste a sacar de nuestras vidas y luego de que la familia real investigara y terminara por encontrarme te obligo a ceder, porque ya mama no estaba y porque el rey solo me quería a mí, estaba en juego el dinero, el poder y la supuesta familia que no te importaba porque yo no soy tu hija—Bramo—Solo Hermes, Gales, Sahen y Howl te importaban ¿no padre? —Increpo. —¡No es así! —exclama enfurecido. Derrame el líquido de la taza de té en el suelo y luego la golpee contra el suelo para escucharla romperse. Cierro los ojos. —¡Me vendiste al mismo hombre del cual salvaste a mi madre por fines egoístas! —Grito—Solo te importa la sangre—Escupo en la taza rota. —¡Jeriko! —Solloza—No tenía opción. —¡Si la tenías!¡Podías pelear por mí!¡Podías haberte negado! —Grite con ira—¡Tenerme compasión nunca fue una opción!¡Me convertiste en este monstruo!¡Eres todo lo que odio en este maldito mundo! —Exclamo llena de cólera. —No lo entiendes, él iba a matarte sino—Su sollozo se transforma en un llanto—¡Pasaría el resto de la vida creyendo que morirías, cuando podía entregarte y permitir que vivieras más…no quería perder a mi hija!—Grita cubriendo su rostro. —A tu hija la perdiste el día en el que la entregaste a los Ardoscan— Replico severa al sacar a través de mi manga una inyección. —¡Jeriko! —Grito. Perforo con la aguja la yugular en su cuerpo y presiono el botón inyectando la sustancia venenosa que pasara por su torrente sanguíneo y llegara a su corazón rápidamente, deteniendo su vida temporalmente en cuestión de segundos. —Parecerá que la sorpresa te dio un infarto cardiaco, limpiare y curare la herida en tu cuello de la aguja y luego hare parecer que por mi sorpresa la taza de té cayó al suelo y se rompió—Susurro a su oído. Respiro profundo. —He alertado a todos—Me avisa Markus—Me encargue de insonorizar el área y estructurar una escena diferente en las cámaras—Explica con una mirada seria. Sonrió y me acerco a besarlo. —Eres el mejor invento que se me ocurrió en la vida—Expreso llena de emoción.
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