Damager, Liberty.
Alanys Berellon.
Tenía un presentimiento, podría definirse como que un instinto se activó en cuanto Howl se marchó hacia Einity, algo raro me pasaba, definitivamente estaba preocupada y más cuando sin quererlo nos habíamos reconciliado y solo en cuestión de horas habíamos decidido intentar formar otra vez una familia.
Me miro al espejo sentada en el inodoro frente a el, había algo en las aguas termales y algo en la macrobeast que tan amablemente me acompaño. Entonces me di cuenta, había algo raro en su voz, tanto ella como Era tenía la misma voz, ella también me canto, había algo más en su agua y su extraño canto que me hicieron deshacerme de todas mis inseguridades y sanar hasta el fondo de mi corazón. Había algo más en ellas que no lograba comprender y era la extraña forma en la que habían estado actuando desde que llegue.
Howl debió haberme ocultado algo mucho antes de llegar a Liberty y el único que lo debía saber en concreto debía ser Alex.
¿Qué planeaba?.
Tal vez, solo me encontraba armado conjeturas en el aire y la situación que ocurría no era como parecía, pero de igual manera debía dudar, no todos eran bueno en este vida y en efecto lo demostraban un poco después cuando dejan saber cuáles son sus verdaderas intenciones.
La piel que tanto cuidaba se ve igual de deslumbrante y mis ojos marrón avellana continúan viéndose tan cristalinos como de costumbre, pero mis ganas de ir a salvar nuevamente a Howl no eran de ninguna forma cuestionables, sabía lo que estaba haciendo, sabia donde me estaba metiendo y estaba dispuesta a correr el riesgo nada más por Howl.
Bajo una mano hasta mi vientre, aun con el vestido puesto me digno a creer que es mentira que solo en cuestión de días empezara a tener nuevamente una vida en mi vientre y esa vida significara tanto para mí como cualquiera de los niños, como Howl.
Por un momento dude si la decisión de Howl había sido razonable en ese momento, en esa noche y que tuviera algún peso más adelante, a lo mejor él sabía algo que yo no y por ello quería adelantarse a los hechos.
Respiro profundo.
—Señorita Alanys…lleva mucho tiempo ya en el cuarto de baño—Susurra algo apenado.
—Estoy pensando conejo de pascua, estoy pensando—Increpo en forma severa.
Pero Roxanne tenía razón, me había confinado en el baño por temor, por indecisión pero debía salir de allí si deseaba encontrar una solución.
En cuanto me atrevo a salir me encuentro con el Luponis frente a mí y sus orejas abajo, suelen colocar las orejas hacia abajo cuando les cuesta confesar algo, es la forma de expresar que están tristes o apenados.
Frunzo el ceño y el me muestra con lentitud una pequeña pantalla.
La pantalla me mostraba en sí que Howl se encontraba convulsionando en el suelo frente a Alex y los Cathros que decidieron acompañarlo bajo la orden de Era Borges, habían llegado sanos y salvos a Barshee pero claramente Jeriko ya se había llevado a mis niños, aun lado de el sobre la arena pude reconocer la ropa que había escogido para ella en el primer servicio que le preparo a Howl.
Era la pequeña Her.
Me lleno de ira y preocupación, Roxanne me mira con culpabilidad pues él pudo haber evitado que lo viera pero claramente eso iba en contra de sus principios, el dolor que mostraba Howl su mirada fue la excusa que necesitaba para salir de mis dudas y de inmediato comunicarme con Alex.
—Alex—Expreso con voz calmada—Necesito que salves a Howl, necesito que uses la habilidad que los Maquinománcer te dieron para poder llevar a cabo la tarea de fusionarte con otro ser—Insto con la voz quebrada.
El calor en el desierto empezaba a aumentar y tenía una noción muy delgada de lo que Alex debía hacer para poder salvar a Howl. Mi desesperación empezaba aumentar conforme no recibía una rápida respuesta del frívolo robot.
—Como usted orden Alanys Berellon—La serenidad de su voz y la predisposición en la misma llegaron a calmar mi ansiedad.
Respiro profundo.
—Iré para allá—Musito en cuanto le entrego el cristal a Roxanne.
—Señorita Alanys…Era Borges ha sugerido que tome las precauciones necesarias para conservar su vida—Extiende su brazo hasta un maniquí que porta en el un traje blanco, tan blanco como la nieve y tan bien elaborado que debía de admitir que el estilo era único y poco común en el universo que habitábamos lleno de posibilidades.
Lo observo con hostilidad.
—¿Se supone que protegerá mi cuerpo?—Pregunto desconfiada y con un bufido.
—El traje tiene la capacidad de recibir absorber y devolver dos veces con más fuerza cualquier golpe que toce su delicado cuerpo, a su vez crea una capa protectora que en sí, protegerá su cuerpo y al nuevo ser dentro de usted—Explica con mucho detalle.
—¿Lo diseño Era? —Pregunto constipada.
—Lo mando a diseñar el señor Howl, con tecnología sílfides—Sonríe levemente asombrado.
—Él lo sabe todo al parecer—Expreso algo confundida.
De inmediato visto la prenda mientras el Luponis avergonzado aún se encuentra en la habitación, el traje me quedaba a la perfección y era tan liviano como el vestido lila del cual me había despojado anteriormente.
Cargaba tanto por dentro, una parte era preocupación, la otra era cólera y sin duda alguna la última era odio.
Jeriko había sido capaz de arrebatarme la felicidad muchas veces, era mi más grande enemigo porque yo era exactamente la persona que deseaba ser, la superaba por mucho y sin tener ningún tipo de poder, pero sabía que algo más debía estar interviniendo en sus pensamientos ya que sus brutales actos y ataques hacia mí, pero no lograba entender porque Howl y yo éramos sus principales víctimas cuando tenía más hermanos que odiar.
Tal vez era porque Howl simbolizaba una amenaza para su liderazgo.
Roxanne me abre la puerta para ir tras de mi luego de que saliera, las botas que me coloque no se escuchan resonando en el suelo transparente de el gran pasillo, ignoro cualquier belleza del mismo que me hubiera asombrado antes, pues mi corazón esta agitado y mis pensamientos son un mar tormentosos de estrategias.
Roxanne continua corriendo tras de mí, dejando la impresión preocupante de que algo estaba pasando sobre los demás Luponis del servicio.
Una vez en las afueras del castillo y con permiso de Era Borges los Moranos con su aspecto frívolo decidieron entregarnos una de sus fragatas.
Roxanne era el encargado de hacer la negociación, aun cuando se supone que Era debía acompañarme, pero tal vez era menos el riesgo, además me había dado a un conejo inútil en el proceso, me imagine que debía defenderlo.
Al abordar y empezar a activar el mecanismo de la nave para encenderla.
—¿Y qué medidas preventivas tomaras tú?—Pregunto al girarme y observarlo temblar—Me refiero a que protección—Recalco.
Sus orejas se levantan y me muestra su mano peluda.
—Es una inyección, son las que te mejoran las capacidades y te convierte en una macrobeast, sus efectos colaterales son jaqueca y crecimiento excesivo del pelaje, pero es un sacrificio que debo tomar para cumplir con mi deber—Trémulo parece estar más nervioso que asustado.
—Con tal no te de un infarto cuando escuches un disparo todo bien—Me burlo mientras elevo la nave para salir de la atmósfera y dirigirnos a todo velocidad hacia Barshee.}
Su rostro se tensó y se agarró con preocupación del asiento.
Sinceramente era la primera vez que manejaba una fragata Morana no sabía que estaba haciendo pero tampoco se lo iba a de decir al pobre Roxanne quien parecía estar al borde de una crisis nerviosa.
∆∆∆
Saúl Dani
Respiro profundo.
Me mantengo sumiso y acato todo lo que me dicen, para mí no poner resistencia en momentos como estés en los cuales pelear no valía la panea era crucial para mantenernos con vida, Rem tenía la mirada perdida mientras nos dirigían por los pasillos hasta un lugar en donde se encontraban celdas con láser en su interior y un refuerzo de metal bien colocado en sus afueras, era un diseño muy extraño. Afortunadamente nos colocaron a los tres en el mismo lugar, pero se atrevieron a arrebatarle de las manos a Kacknnis al robot ayudante que Alanys le había regalado.
Ella forcejeo y lloro con gran furia pero eso en definitiva no le devolvería a Go.
—No se lo lleven por favor—Insto—Es como un peluche para ella, no podrá dormir bien—Explique al acercarme bien a las rejas.
El soldado vestido con un traje n***o y con su rostro cubierto por un amplio casco ignoro por completo mi petición, y como era de esperarse sentí que fallaba una vez más a mi deber como hermano mayor.
Ni siquiera era capaz de protegerlos, dude por completo de mis destrezas, mis conocimientos y me deje llevar por completo por mis miedos.
Alanys me había enseñado a pelear lo mejor que pudo, pero no tenía ni la más mínima idea de cómo desarrollar esas habilidades, ni siquiera tenía destrezas físicas que me sirvieran en combate era muy torpe y me faltaba odio según ella.
Observo como una gran puerta gruesa baja detrás de las rejas y nos deja tras el velo de una oscuridad tenue.
—Fue tu culpa Saúl—Expresa con severidad y frialdad Rem al otro lado de la celda, estaba recostado de la pared—Mira lo que le hiciste a ojos azules—Señala a Kacknnis quien se encontraba con el rostro sobre las piernas de Rem.
—Lo se…pero en mi defensa no tenía idea de que ellos eran el enemigo, Alanys nunca nos dijo de quien nos ocultábamos realmente—Digo de mala gana—Y no la llames así, ni siquiera tiene los ojos azules realmente—Espeto con ira.
Rem bufa y empieza a observarme con desdén.
—¡Ella si nos dijo, nos protegía del mundo, de las personas malvadas de las cuales nos arrebató y salvo, pero te dejaste llevar por tus hormonas! —Grito con cólera—¡Y ahora estamos encerrados aquí esperando a que ella venga a salvarnos, porque eres un inútil! —Espeta.
Sollozo, porque logro herirme en donde más me dolía y porque tenía razón.
—Lo sé y lo siento…—Susurro lleno de culpa—Nunca fue mi intención llevarlos a casa, ni siquiera sabía que debía activar las defensas en su contra, ellos nunca me demostraron querer herirme—Sollozo.
—O tal vez nunca te distes cuenta Saúl—Hostil—Debías quedarte en casa sin hacer ninguna estupidez, debías dejar de meterte en la vida de Alanys e ir a ver a lugares ocultos papeles que no te convenían—Increpo—¡Era tan difícil! —Grito.
—Si era muy difícil…—Solté abrumado.
De inmediato Kacknnis se mostros furiosa entre nuestra disputa.
—¡Cállense! —Grita—Ya dejen de culparse, todo paso… solo queda esperar—Su voz estaba rota y le costaba pronunciar bien algunas palabras.
Los tres estábamos llenos de arena, llenos de traumas y estábamos tan ansiosos como hambrientos, pero debíamos mantenernos tranquilos, debíamos guardas fuerzas para cuando empezara las cosas horribles de nuevo.
»Respiro profundo y me recuesto en el suelo de la celda para intentar concebir el sueño, pero aún tengo en mente el rostro de Her, aun podía escuchar los chillidos de Khoalmy y el disparo que termino con la vida de Lucila.
Lloraba en silencio al darme cuenta de que mi amor platónico resulto ser un enemigo.
Una vez habiendo comido, Rem y yo nos subimos al techo del bunker a observar las estrellas, mientras Kacknnis juega con Khoalmy en la arena.
—¿Crees que su luz se acabe algún día?—Pregunta Rem curioso mientras observa el cielo.
—Pues las estrellas son energía, en algún momento la energía se transforma y tal vez deja de ser luz para convertirse en algo más, así que la verdad no creo que se acabe, solo creo que se transforma—Explico con bostezos de por medio.
—Cada vez te pagan mejor y eso que solo estas empezando—Hostil—Empiezo a creer que estas apostando o jugando en casinos de nuevo—Deduce severo.
—Lo deje hace tiempo Rem—Sincero—solo me pagan extra porque soy Maquinománcer—Suspiro—Es doble trabajo si suspiras lo difícil que es créeme que te cansarías de solo verlo—Me rio.
—Bueno—Baja la mirada—¿Y hay chicas lindas? —Pregunta curioso.
—Pues si las hay, hasta convivo a diario con una cósmica muy hermosa—Sonrió—¿Pensé que tu único interés era Her? —Pregunto en tono burlón al arquear una ceja.
—¡Claro que amo a Her!¡Solo lo pregunto por ti! —Exclama molesto.
—Sabes que me gustan los chicos más que las chicas, pero siempre he creído que todas las chicas son hermosas, pero soy más exigente con los chicos—Sonrió cerrando los ojos.
—¿Y te gusta algún chico entonces? —Pregunta curioso, al mirarme de reojo.
Se sienta y abraza sus piernas mientras observa a Kacknnis jugando con Khoalmy.
—Aún no se si lo que siento se le pueda llamar gusto—Nervioso llevo una de mis manos a mi pecho—¡Tú y yo no deberíamos hablara de estos temas… deja de curiosear y ve a jugar mocoso! —Exclamo colérico.
Él se ríe y se lanza del bunker al suelo para perseguir a Khoalmy.
Empiezo a pensar que tenía algo de razón, yo aún no sabía que sentía por Hermes y Rem sabía que sentía exactamente por Her.
Pero yo aún no sabía que sentir.
∆∆∆
Ese día le mentí a Rem, solía ser muy perceptivo, nunca entendí como se daba cuenta de esas cosas, ni siquiera yo tenía tan buena intuición como él.
Estaba apostando todo el dinero que ganaba, solía llegar tarde precisamente por eso, pero nunca se lo decía a nadie y más cuando tenía tan mala racha, solía perder cada vez que jugaba recientemente y no me iba hasta que me sacaban, afortunadamente nadie se había dado cuenta de eso más que Sisu.
Por eso la estimaba tanto, se mantuvo en silencio y solo fingió que nunca nada paso. Siempre me pregunte si era por sus problemas de memoria.
∆∆∆
Barshee, Einity.
Alexetimia
Soy un simple espectador de la traumática escena en la que es obligado a actuar el pobre Howl.
Se llenó de ira y sujeto el cuerpo de Her con fuerza.
—Llegas tarde Howl —Severa —Tan tarde como siempre y de paso lloriqueando como es de costumbre —Se burla —¿Sabes que tengo en la mano? —Mostrando su muñeca con detalle.
Se exalta y me mira para darse cuenta de que yo comprendo perfectamente lo que estoy viendo.
—Usp —Presiona el botón, el mismo botón que activaría su muerte—Creo que lo presione por accidente, así como tú por accidente naciste y fuiste el favorito, el feliz…el elegido desde el principio para todos los privilegios —Suspira.
Miaumen se acerca al holograma a gran velocidad con sus escoltas felinos bien armados.
—No te preocupes por Her… ella murió rápido, me asegure de que no sufriera—Sonríe —Pero con los niños de Alanys…quien sabe, tal vez merezcan sufrir —Sisea como si de una serpiente se tratase.
Observo, porque hasta el momento es la única cosa que puedo hacer.
Mientras el general Miaumen ataca el holograma creyendo que era el verdadero enemigo, da varios cuchillazos al cuerpo transparente de Jeriko Yakuza y esta empieza a reírse en cuanto Howl cae asfixiado en el suelo.
Empezaba lentamente a morir.
Puedo escuchar la voz de Alanys en el audífono conectado a mi oreja
—Alex—Expresa con voz calmada—Necesito que salves a Howl, necesito que uses la habilidad que los Maquinománcer te dieron para poder llevar a cabo la tarea de fusionarte con otro ser—Insta con la voz quebrada.
El calor empezaba aumentar y su muerte parecía ser retrasada por el injerto en su cuello, tenía una noción leve de que podía ser el causante de su malestar en el cuerpo, arsénico colocado por todo su cuerpo en pequeñas dosis encapsuladas que se irían liberando con un tiempo medido, para hacer la cirugía debíamos estar en un ambiente cerrado donde el calor y la arena no fueran participantes invitados de la cuidadosa cirugía que planeaba llevar a cabo.
—Como usted orden Alanys Berellon—Muestro serenidad en mi voz y decisión.
Analizo la situación rápidamente.
—Iré para allá—Musita.
Tomo a Howl cargado lo más rápido que puedo y me adentro a el bunker, los gatos empiezan a perseguirme alarmados. Y el general Miaumen coloca un arma en mi frente.
—¿Intentas matar al humano meca? —Pregunta severo.
—Intento salvarlo—Afirmo con frialdad.
Miaumen se hace para atrás y me deja continuar hacia la única habitación que sabía que serviría para la meticulosa operación y esa era la habitación de Alanys Berellon, me adentro en el lugar con Miaumen y sus escoltas, colocando a Howl en la mesa que se encontraba cerca del mini bar, empiezo a sacar de mi cuerpo las nuevas modificaciones que Enalis Borges tan amablemente accedió a colocarme en el cuerpo.
Delgadas cuchillas como bisturís empiezas a formarse detrás de mi espalda en delgadas extensiones tubulares que hacen el papel de una pata de araña, observo al General Miaumen que mira perturbado mi nueva forma desarmada.
Las bien formadas articulaciones de mis brazos se separan para darle paso a una serie de instrumentos que se conectaron en el cuerpo de Howl.
—¿Qué haces? —Pregunta el felino abrumado.
—Cumplo con mi propósito de fábrica, en primera estancia ser el humano perfecto significaba tener la capacidad de albergar la vida de otro ser en mi cuerpo, no necesitaría comer, tampoco envejecería y no se preocuparía por realizar ninguna de las actividades fisiológicas que causaban desgaste al cuerpo, no se enfermara ni morirá solo se mantendrá eterno en mi—Explico mientras confirmo que Howl continua con vida, aun respiraba pero lo que se había liberado en su cuerpo parecía ser una toxina letal.
—Solo eres un contenedor Alex—Susurra el felino con severidad.
Continúo con la desinfección de la parte delantera de su frente.
Howl tenía los ojos azules bien abiertos y parecía estar consciente de lo que pasaba, había quedado completamente paralitico en solo cuestión de minutos, le faltaba oxígeno en los pulmones, afortunadamente las extensiones tubulares que Enalis Borges agrego en mi cuerpo podían penetrar la carne humana y empezar poco a poco un proceso de inhibición de la droga que había actuado con gran velocidad en Howl, pero solo lo ralentizaría mas no lo detendría, para detenerlo necesitaría ácido dimecaptosuccinico.
—Tal vez, pero el contenedor tiene conciencia propia y está dispuesto a compartir su cuerpo con alguien más—Expreso frívolo.
—¿Por qué? —Gruñe confundido el felino.
—Porque Alanys Berellon me salvo de vivir en un laboratorio toda mi vida y de morir si presentaba una falla, simplemente el debo un favor por haberme enseñado un poco más del mundo de lo que jamás había creído fuera de toda la información que suelo manejar—Expreso severo—Howl Yakuza merece vivir… porque Alanys Berellon no sería feliz sin el—Termino de explicar mientras empezaba a realizar el corte en su frente.
—No sé si eso tenga sentido—Refunfuña el felino.
—Lo tiene en algún punto—Intento hacerlo entender.
La tecnología que albergaba en mi cuerpo era mucho más sofisticada de lo que parecía, tanto que ni siquiera debía preocuparme por un humano, pero en este punto sabía que lo necesitaría si quería sobrevivir, estaba estrictamente prohibida la creación de seres como yo y por supuesto que había leído las leyes que establecía la unión universal.
»Los seres robóticos con IA excesivamente desarrollado deberán ser destruidos sin excepciones.
—No quieres dejar de existir eso es todo—Gruño el feroz felino a un lado mío.
Me quedo inmóvil porque claramente él lo sabía, él sabía el plan de Era Borges desde el inicio y comprendía los motivos por los cuales el cuerpo físico de Howl debía desaparecer.
—Confirmo—Continuo el delicado procedimiento de remover el trozo de hueso de la cabeza de Howl para poder empezar a desconectar su cerebro.
Un bien organizado y preparado trasplante de cerebro se estaba llevando a cabo, termine por conectarme a sus terminaciones nerviosas en la columna para que los nervios que fuera a desconectar temporalmente de su cuerpo no terminaran con la vida útil de su cerebro, tenía que llenar y envolver al mismo en un sustancia especial que lo mantendría protegido y con oxígeno levemente, mientras terminaba de crear las terminaciones nerviosas que se conectaban desde la cavidad desde donde se iba a conectar, remplace con mucho cuidado cada uno de sus nervios y luego me asegure de enviar la cantidad de información necesaria sobre el exterior en el mismo.
Una vez desconectara su tronco encefálico de la medula espinal. Y conectarlo con la imitación que realice en mi cuerpo con fibras delgadas la operación se hubiera terminado.
Miaumen se queda en completo silencio conforme empiezo lentamente a trasladar el cerebro de Howl a un refugio seguro en mi cuerpo.
Termino por empezar a cambiar lentamente el procesamiento de mi cuerpo y adaptarlo a ciertas necesidades humanas, debía mantener oxígeno para el cerebro de Howl mientras aún estaba inconsciente y conectarlo con cada uno de los sentidos pertenecientes al mío.
—¿Por qué no simplemente cargaste su consciencia? —Pregunta el felino mientras jugaba con la daga en su mano.
Su cerebro es conservado con éxito en mi interior.
—Tardaría mucho en terminar de cargar su conciencia, además no es un proceso que tenga cien por ciento de probabilidades de funcionar, cargar una conciencia es más complejo o tan complejo como realizar una cirugía como la que acabo de realizar, pero no me ayudaría a mí a seguir viviendo, de igual forma seriamos condenados ambos, por lo tanto opte por ser un Cyborg—Explique con gran énfasis.
—Aseguras tu supervivencia—Susurra—Apruebo ese nivel de salvajismo—Se burla—Pero es la primera vez que llevas a cabo este procedimiento… ¿Cómo estas tan seguro de que funciono? —Pregunta consternado.
—No sé si haya funcionado, sigue inconsciente, pero cuando despierte le cederé el control de mi cuerpo en su totalidad y temporalmente—Expreso—Solo los Cyborg como Alanys Berellon se salvan de una muerte segura por parte de el Régimen, quienes son conocidos como los guardianes—Observo a Miaumen quien se ríe a carcajadas—Cumplí con mi propósito de fábrica y por ahora con eso estoy bien—Me lleno de alivio.
—Lo que es la salvación para ti… es la condena para otro—Increpa.
—Lo sé—Musito.
—Ahora hay que buscar a los niños—Se llevó una pata a su quijada.
—Alanys Berellon viene en camino—Expreso con frialdad—Lo más seguro es que Jeriko Yakuza se haya dirigido a Ardoscan temporalmente—Conjeturo mientras empiezo poco a reparar el cráneo de Howl, mientras me encontraba hurgando en su interior pude darme cuenta de que lo que a según era un bomba realmente era un sofisticado contenedor de veneno, un veneno muy difícil de sacar del cuerpo un vez se encontrara dentro.
—¿Por qué crees eso? —Pregunta el felino.
—Cuando salvamos a Howl Yakuza en Ardoscan había una gran cantidad de objetos tecnológicos que seguramente le pertenecían al príncipe y por lo tanto también a Jeriko Yakuza, suponiendo que cuando atacaron la estación espacial Mérida los atacantes terminaran de llegar allí, seguramente hay una gran cantidad de armas que debe recoger, crear o utilizar con fines destructivos para la guerra que planea—Álgido.
—Nunca había escuchado tanta lógica en una sola explicación—Gruñe—Que aburrido eres robot—Frunce el ceño.
Continuo resguardando el cuerpo inerte de Howl, no había antídoto conocido para ese veneno y ni siquiera parecía tener intenciones de removerlo, o tal vez lo intento muchas veces y corrió el riesgo que se activara por tocar levemente el lugar en el cual se encontrara con un objeto anómalo. Definitivamente, Jeriko Yakuza se merecía el apodo que le había puesto, porque definitivamente era el ser más despiadado que nunca antes hubiera visto.
—¿Aburrido? —Pregunto confundido.
—También bruto—Continua riéndose junto con los otros Cathros.
—¿Aburrido y bruto? —Ladeo el rostro confundido, en definitiva eran dos palabras que no estaban en mi diccionario, seguramente porque el doctor Melquisedec deseaba que tuviera un desarrollo bien impuesto sin palabras como esas.
—En fin, enterramos a la niña y al enorme Benkomo—Suspira.
Observo rápidamente sus expresiones, parece sentirse un poco culpable.
—Gracias—Digo en todo débil.
Pero no es mi voz, no es la expresión que quería dar a conocer.
Claramente no era yo el que había dicho el “Gracias”.
—Tenemos hambre—Expresan en chillidos y maullidos.
—En la cocina debe haber suficiente comida como pasa saciar su hambre—Explico y señalo para levantarme inquieto.
Empezaba poco a poco a anochecer, la operación había durado horas y debía entrar en hibernación para terminar el proceso y permitirle a Howl adaptarse a su nuevo cuerpo.
Dudaba de que mi decisión hubiera sido la correcta en ese momento, pero no había más opciones, el mismo sabía que estaba contra una pared siendo apuntado con armas letales y la única solución es que alguien detrás de él la rompiera.
Tenía conocimiento de todos los planes propuestos por Enalis y Era Borges, mantenerme con vida cuando era el único de mi clase era se suma importancia y más aún cuando podía salvar a un humano de esa manera, el conocimiento que portaba era ridículamente codiciado por ellas.
Deje de anhelar la nada cuando me di cuenta de que vivir era mucho más divertido.