Rode
Camino por los pasillos del hotel cinco estrellas donde nos hospedaremos, y Rebeca viene dando grititos por todo el lugar haciéndome reír, realmente yo ya estaba acostumbrada al lujo que rodeaba a Patrick, por lo cual ya nada me impresionaba. Mi vista baja a la mano que Patrick sostiene y sonrío.
Hace mucho que no viajaba, por lo que me sentía extremadamente emocionada, con las energías renovadas por el largo rato de sueño
Entramos en el ascensor para ir al último piso donde se encuentra nuestra suite.
—¡Esto es tan lindo Rode! —chilla Becca.
—Lo es.
—Dale las gracias a tu novio —dice mirando de reojo a Patrick.
—¿Por qué no se las das tú? —pregunta alzando una ceja, como sí Patrick no estuviera allí.
—Cuando dormías me dijo que no le dirigiera la palabra ni lo molesta
