Rode Una cachetada resuena por el lugar, haciendo que todas las personas a nuestro alrededor se giren en nuestra dirección, para averiguar qué ocurre. Señoras y señores le he volteado la cara a Patrick Willians. —¿Qué diablos...? —pregunta mirándome confundido. Me zafo de su agarre alejándome de él, y le tomo de la muñeca haciendo que se levante. —Muévete —ordeno enojada. Él me sigue en silencio sin saber qué es lo que pasa, pero en mi momento de enojo no quiero explicarle. No se merece la explicación; dirijo mis pasos fuera del bar y quito el seguro del auto, la figura del magnate me sigue hasta estar frente al auto. —Sube —ordeno fríamente. Él obedece, sabiendo que si no lo hace se quedará aquí toda la noche. El camino a su casa es silencioso y solo se oyen nuestras resp

