Recogió la maleta vacía y la tomó de la mano, la arrastró a través del apartamento y la sacó del edificio hasta el coche que la esperaba, sorprendiendo al conductor, quien se apresuró a abrirle la puerta. Casi en estado de shock por la velocidad con la que la empujó, cerrando las puertas de golpe tras ellos, se dejó empujar dentro del coche mientras Mel le decía al conductor que las llevara a la empresa.
Subiéndose a su lado mientras el conductor entraba al coche, Mel miró a Bella pensativa. «Obediencia absoluta durante las próximas 48 horas como mínimo, sin importar lo que te pida». La presionaría aún más ahora que le había dado el derecho a elegir el lunes; necesitaba saber y aceptar lo que significaría para ella darle el control que ansiaba, porque no estaba seguro de poder aceptar su
