12:25 minutos de la tarde

3086 Words
12:25 minutos de la tarde. Durante una hermosa tarde de otoño, en la espectacular ciudad de Londres, más específicamente en la estación de tren de St Pancras (San Pancracio), un par de jóvenes estarían por cruzar sus vidas; Ella, una hermosa chica rubia de hermosos ojos azules, y el un hombre blanco de ojos color café y cabello castaño. Peter Acker acababa de llegar a la estación, recién se había bajado del tren que lo traía desde su ciudad natal Liverpool. Peter se dedicaba a la música y siempre llevaba con el su guitarra, esta tarde decide entonar una canción en las afueras de la estación del tren, colocando el estuche de su guitarra en el suelo como dando a entender al público que si deseaban colaborar con el, podían colocar algo e en dicho estuche. En medio de una de sus canciones, Peter puede notar que una dama en frente de él, estaba siendo robada por un hombre. Peter, al ver esto, deja de cantar y se hecha a correr tras ese maleante, pero no sin antes dejarle su guitarra a esta dama. pidiéndole que la cuidara, que el regresaría con sus pertenencias, pero lamentablemente el esfuerzo de Peter fue en vano, no pudo recuperar el bolso de esta desafortunada chica. Al regresar a donde está la joven, este se presenta y le dice que todo estará bien, él la ayudaría a recuperar sus cosas y en lo que estuviese a su alcance, aún asustada por lo sucedido, la joven se presenta como Sophia y agradece el gesto de Peter, pero le que la deje sola, cosa que Peter no hace. Sophia en medio de sus nervios y de su rabia por lo sucedido, una vez más le pide al chico que la deje sola, que ella no quería su ayuda y que Si esperaba algún tipo de recompensa por lo que estaba haciendo, era mejor que se fuera por que ella no le daría nada a cambio. Al escuchar tal cosa Peter se sonríe por los que sus oídos acababan de escuchar y sin molestia alguna él la mira fijamente a los ojos y le dice. —No te preocupes, yo no quiero nada a cambio, mi mayor y mejor recompensa éste día, sería verte a salvo y con todas tus pertenencias, por favor deja que yo te ayude— Pero Sophia no le presto atención alguna a lo que Peter le acababa de decir, ella sólo quería estar sola y una vez más le pide que la deje tranquila, pero este chico era bastante terco y seguía a Sophia a todos lados dentro de la estación de trenes. Sophia, quien además de lo que había sucedido, tenía también otra preocupación, no aguanta más y de una manera más dura u franca le pide a Peter que se marchara, gritándole así. —Largo de mi vista, músico de quinta, seguramente tu eres cómplice de quien acaba de robar mi bolso y solamente te aseguras de que yo no haga nada, ni llame a la policía— Peter bastante asombrado por lo que acaba de escuchar y la acusación que le acaba de hacer esta chica, prefiere callar y alejarse sin mirar atrás; ya había tomado la decisión de irse, pues se le haría tarde para llegar al sitio donde lo estaban esperando, pero al subir al bus que lo llevaría a aquel lugar, de pronto se le viene a mente la imagen de aquella hermosa mujer que había conocido en la estación y así como recordó su cara, también recuerda lo que le pasó y rápidamente baja de aquel bus y si dudarlo un instante, regresa rápidamente a la estación y recorre cada lugar hasta que logra verla sentada en un banco, con su cara llena de lágrimas. Sin saber que hacer o qué decir, Peter prefiere mantener la distancia y asi dejar que la chica se calmara un poco. Pasan varios minutos y Sophia seguía sentada sola y sin saber que hacer, mientras que Peter la observaba desde una distancia un poco corta, pero estaba escondido entre las demás personas para que así Sophia no lo llegase a ver. Peter solo quería ayudar a Sophia y deseaba poder hacer algo para que se sintiese mucho mejor, pero también sentía al mismo tiempo miedo de la reacción que ella pudiera llegar a tener. Él seguía viéndola desde donde estaba, hasta que de pronto Sophia se levanta y comienza a caminar por toda la estación, se detiene a observar por los ventanales la colorida ciudad, cubierta por aquel color rojizo gracias al otoño, mientras que Peter toma la decisión de hablarle y se le hacerca diciendo. —Londres es hermosa en tiempos de otoño, hace ya tiempo que veía un atardecer tan perfecto, ¿habias visto antes un cielo y unos árboles tan hermosos? a lo lejos se puede ver el Big Ben ¿puedes verlo?— Sorprendida de verlo de nuevo, Sophia lo trata nuevamente de mala manera, y le dice. —Esto no puede ser cierto, ¿acaso tu me estás siguiendo, no puedes entender que quiero estar sola, o acaso eres retrasado?— Peter a pesar de lo dicho hace caso omiso a estas fuertes palabras y una vez más se atreve a ofrecer su compañía y su ayuda, pidiéndole que por favor lo dejara estar a su lado, solo mientras encontraba una solución a su problema, pero Sophia seguía negada a aceptar la ayuda que Peter le estaba ofreciendo Peter insiste diciéndole, que no pensaba dejarla sola hasta tanto no verla bien, pero se mantendria un poco alejado para no incomodarla tanto. De esta manera, Sophia sin tener alguna otra alternativa, deja que el joven hiciera lo que decía, ella caminaba delante y él la seguía a una distancia no muy lejana, cada vez que ella volteaba la mirada hacia atrás, él se aseguraba de hacer cualquier gesto gracioso para poder lograr que ella se sintiese un poco mejor. Sophia era indiferente a los gestos de Peter, una vez más Sophia se detiene, pero lo hace al lado de un caballero que se veía bastante rudo y le pide que la ayude, diciéndole que un hombre la estaba siguiendo y no la dejaba en paz, este hombre de inmediato le da un ultimátum a Peter, diciendo que si no dejaba en paz a esta chica, el proporcionaría una fuerte golpiza, pero Peter no hace nada al respecto, únicamente le repite a ella y al hombre que ahora estaba allí, que él solo la quería ayudar y que si por ayudarla recibiría una golpiza, él con todo gusto la aceptaría. Al escuchar tal cosa, aquel hombre noto de inmediato que Peter no era un mal chico, y antes de marcharse le comenta a Sophia, que deje que este joven la ayudara en su problema, al retirarse este caballero, Peter le pide disculpas a Sophia, y le explica que sus padres lo educaron para que fuese una persona de bien y que lo que el estaba tratando de hacer por ella fácilmente lo podría repetir con cualquier otra persona, porque así era el y no le interesaba obtener algo a cambio, solo quería ayudar a una chica a mejorar su día y a salir de su problema, pero una vez más Sophia era indiferente con el joven Peter, aunque a su vez dejo de tratarlo mal y de ser grosera con el, dejando asi que el la siguiera nuevamente. Pasados algunos minutos, ambos continúan caminando por toda la estación, de pronto Sophia logra notar que hay un par de oficiales de policía cerca del cafetín, y sin dudarlo se dirige hacia ellos pues eran las primeras personas con autoridad que veía en el lugar, diciéndoles. —Oficiales, buenas tardes, hace un rato fui víctima de un robo a las afueras de la estación, necesito de su ayuda por favor, perdí mis documentos de identificación, mi dinero, mis tarjetas de crédito y mi movil— La respuesta de aquellos oficiales, no fue lo que esperaba, pues estos oficiales no le dieron importancia, ni le prestaron atención alguna a lo que Sophia les acababa de contar, ellos ni siquiera de movieron del lugar y uno de ellos sólo le dijo que se encontraban en su hora de almuerzo, que buscara ayuda en otro sitio porque ya era algo tarde para ellos hacer algo. Peter quien se había acercado sin que Sophia o los oficiales lo notaran, sintiéndose muy molesto, les reclama diciéndole, que eran unos falta de respeto, que su deber era ayudar a la chica, y que ellos habían hecho un juramento de proteger a la ciudadanía en general, y con una fuerte voz casi gritando le dice a los oficiales que no servían para nada. Los oficiales muy molestos, le piden a Peter que bajara su tono de voz, pero Peter seguia alterado y diciéndole todo aquello a los oficiales, sin importarle lo que éstos le habían dicho, cuando de pronto uno de los oficiales saca su arma y sus esposas para arrestar a Peter, y cuando Sophia ve esto decide intervenir y pide disculpas a los oficiales de policía y pide también que por favor no le hicieran daño ni se llevarán detenido a Peter, diciéndoles. —Por favor señores oficiales, les pido disculpas por lo que mi amigo acaba de hacer y lo que les pudo decir, entiendan esta molesto por lo que me sucedió, pero por favor no le hagan nada, por favor no se lo lleven detenido— A pesar de que estos oficiales se habían molestado por la actitud que había tomado Peter, ellos dejan pasar este incidente, pero les piden a ambos que se retiraran del lugar, de lo contrario se los llevarían detenido a los dos, por alterar el orden público. Así es como Sophia y Peter se alejan del lugar en donde se encontraban los oficiales, pero no sin antes Peter darle las gracias a Sophia por lo que ella acababa de hacer y por llamarlo su amigo, diciéndole así a Sophia. —Wow, gracias por tu ayuda y por decir que soy tu amigo, aunque se que lo dijiste solo por decir, no me esperaba tal cosa, pero agradezco tu ayuda, vez que no es tan malo ayudar a alguien de vez en cuando— —Si bueno no es para tanto, pero no lo sé no quise ver cómo se llevaban detenido a mi guarda espaldas, por que eso es lo que pareces, perdón por como te e tratado esta tarde, pero estoy algo molesta por lo sucedido y además en esta ciudad no conozco a nadie— —Hola mucho gusto, mi nombre es Peter Acker ¿cual tu nombre? ¿te parece si comenzamos de nuevo?— —Esta bien, Hola me llamó Sophia Archer— —Vez que tan fácil fue, ya tienes un conocido en esta ciudad— De esta manera Sophia le permite a Peter que la acompañe no sin antes aclararle que ella no tenía como pagarle su ayuda, pero a Peter no le interesaba realmente obtener algo a cambio, él solamente queria que Sophia solucionara su inconveniente. Sophia al aceptar la compañía y la ayuda de Peter le pide que la acompañe a la taquilla de venta de los pasajes, para saber a qué hora saldría el próximo tren hacia su ciudad. Peter accede acompañarla y en su camino a la taquilla, conversan, preguntándole Peter a Sophia hacia donde viajaría, lo que ella le responde que se dirige a Oxford, ella vivía allí desde toda su vida y su esposo la estaría esperando, sin éste tan siquiera saber que ella habia viajado a Londres. Por su parte le pregunta a él de donde era, de Liverpool ciudad del mejor equipo de fútbol de toda europa respondió el, causando algo de gracia en la bella chica, pues a ella no le gustaba el fútbol si no el tenis. Al llegar a la taquilla, Sophia le pregunta a una joven que estaba de turno. —¿A hora sale el próximo tren con destino a Oxford señorita?— —El próximo con destino a Oxford, parte en dos horas y cuarenta y cinco minutos señorita, será el último tren por el día de hoy— Respondió la joven. Al escuchar esto, Sophia le da las gracias y se retira más preocupada de lo que ya se encontraba, pues sólo tendrías un par de horas para poder conseguir el dinero para marcharse a su ciudad y diciendo hacia si misma que no debió viajar a Londres, y preguntándose que podría hacer para regresar. Peter al notar que Sophi estaba realmente preocupada le sugiere que llame a su esposo, pero ella no quiere hacerlo pues le comenta a Peter que él no sabía que ella se encontraba en Londres y que aún estaba en su oficina trabajando y que si lo llamaba para contarle lo sucedido, seguramente tendrían una fuerte discusión, pues ella sabía que él se molestaría, a lo que Peter le responde. —Bueno, se que no es mi asunto, pero deberías llamarlo, quizás no se moleste y te ayude— —No lo entenderías, pero no puedo hacer tal cosa ¿me prestarias tu móvil para llamar a una amiga?— —Me encantaría hacerlo, pero la verdad es que no tengo teléfono, honestamente estoy quebrado, pero puedo darte una moneda, la podrías usar en un teléfono público— Sophia toma la moneda y se dirige al teléfono público para realizar aquella llamada que la ayudaría, pero lo cierto fue que su amiga no contestó la llamada. Peter le pide que espere unos minutos para que vuelva a intentar llamar a su amiga y le da otra moneda. Sophia al ver su gesto siente algo de curiosidad y con cierta pena le pregunta a Peter que, a que se dedicaba, a lo que él le respondió. —A la música— —Y si te dedicas a la música ¿como es que no tienes dinero?— —A pues ya verás, pronto estaré en una gran banda y tendré dinero, pero el dinero no es lo que me llena, sino la música, con el dinero compro cualquier cosa es verdad, pero con la música puedo llegar más lejos, puedo llegar a las personas y con mis canciones les puedo alegar el día, y eso mi querida amiga me confortaria mucho más que el dinero— Sophia al escuchar esto, siente en su interior que Peter realmente era una buena persona, nuevamente intenta llamar a su amiga, pero una vez más su intento fue fallido y así le dice a Peter. —¿Pet, te puedo decir Pet cierto?— —Claro, no hay ningún problema, Sophi— —2:15 minutos de la tarde, tranquila aún tienes una hora y quince minutos, tenemos algo de tiempo aun— Respondió Peter. Sigue pasando el tiempo y Sophi seguía preocupada, aún no encontraba una solución a su problema, no tenía dinero, no tenía sus tarjetas de crédito, no tenía su móvil, no podía llamar a su esposo y además no lograba contactar a su mejor amiga que era la única que podría quizás ayudarla. Peter por otro lado comenzó a pedir dinero a las personas que estaban allí dentro de la estación de trenes, pero las personas lo hacían a un lado y Sophia sentía vergüenza al ver lo que Peter estaba haciendo, pero Pet solamente quería ayudarla en su problema. Peter saca su guitarra y comienza a cantar por varios minutos y de esta manera comenzó a recibir dinero de las personas, mientras que Sophi lo véis cantar, ella creyó que realmente Peter tenía talento y al acercarse a donde el estaba, le pide disculpas por haberle dicho músico de quinta, diciéndole. —De verdad lo siento mucho, no debí tratarte como lo hice, perdón por decir que eras un músico de quinta, realmente tienen talento para la música, cantas muy bien, sin duda alguna triunfarás— —Tranquila, a veces decimos cosas sin pensar cuando estamos molestos o tristes y tu en ese momento te sentías de esas dos maneras, así que olvida eso, por que yo, ya lo olvide— —Gracias, realmente eres un buen sujeto— —No tienes porque agradecerme, ven vayamos a ver cuánto dinero tenemos para tu pasajeros— dijo Peter. Se alejan hacia un costado de esta gran estación y cuentan el dinero que Pet había ganado con su música, pero al juntar todo el dinero, ven que sólo tenían la mitad y que no les alcanzaría para el pasaje. Una vez más Sophia intenta llamar a su amiga y afortunadamente esta la llamada fue contestada, pero cuando Sophi le está explicando a su amiga lo sucedido, la llamada se corta por la recepción, ¿quizas una casualidad? 3:15 Pm, quedan sólo quince minutos para que el tren con destino a Oxford parta y Sophi aún no contaba con el dinero suficiente para costear su pasaje, pero Pet se acerca hacia la taquilla y trata de convencer a la vendedora de que le haga un gran favor y tratando de usar su encanto, le dice a la joven. —Hola, se que no me conoces y quizás me tildaras de alocado y de alguna cierta forma quizás si lo soy, pero la verdad es que quisiera pedirte un gran favor, mi amiga que está allí parada, necesita con urgencia viajar a Oxford ésta tarde, pero no cuenta con el dinero completo para su pasaje, ¿tu serias tan amable y nos ayudarías vendiendonos este pasaje a mitad de precio? Te lo pido por favor, ella fue víctima de un robo a las afueras de la estación— Pero la joven tristemente no puede hacer nada y respondio. —Si lo sé, yo estaba en el cafetín donde lo oficiales de policía no quisieron hacer nada por ella y ví también como le hablaste a ellos, eres muy valiente, ella tiene suerte de tenerte como amigo, yo desearía contar con alguien como tú, pero en fin la verdad es que no puedo ayudarlos aunque quisiera, eso me costaría mi empleo, te podría sugerir algo, vayan a la estación de buses, allí es mucho más económico el pasaje— Sin mas que hacer en la estación de trenes, Sophi y Pet se retiran de allí esperanzado de poder correr con suerte en la estación de buses, pero al no tener suficiente dinero esto significaría que deberían caminar hasta aquella estación de buses.
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