4:05 minutos de la tarde

997 Words
4:05 minutos de la tarde. Nuestros jóvenes aventureros seguían rumbo a esta estación de buses, mientras siguen hablando y platicando sobre Peter, sobre la hermosa ciudad que era Londres y así aprovechar conocerse un poco más, ya Sophia no estaba tan apática con Peter y él a su vez se mostraba más como él era. Peter era un chico bastante ocurrente de todo lo malo sacaba algo bueno, era detallista y algo gracioso, pero su don sin duda alguna era la música el veía, observaba y escuchaba cada sonido en la calle y lo grababa en su grabadora, esto le llamó mucho la curiosidad a Sophia. —Eres algo extraño Pet ¿por que usas esa grabadora, que por cierto ya pasó de moda?— Pregunto Sophi con una sonrisa algo burlona en su rostro. —Es mi amuleto de la buena suerte, la tengo desde que era niño y aún funciona, me gusta grabar los sonidos que hay en las calles, es increíble los ritmos y melodías que hay en ellas— Dijo Pet mientras sostenía su grabadora y la veía con aprecio. Al escuchar esa respuesta Sophia sintió algo de empatía hacia Peter, definitivamente era un tipo de persona diferente al que ella siempre estaba acostumbrada a conocer, Peter no se quedaba atrás y también decidió dejar la pena a un lado así que le preguntó a su nueva amiga, por que estába ella allí en Londres. —Hey, hey, un momento, ya es hora de intercambiar los papeles, ahora me toca a mí hacerte una pregunta— Dijo Pet con un tono algo suave pero a su vez con algo de firmeza en su voz. —¿A que te refieres? ¿que tipo de pregunta quieres hacer?— Responde Sophia con su voz algo nerviosa. —Nada malo, solo quiero saber qué te trajo a Londres así de esta manera— —La verdad no se si decirlo, realmente no te conozco, ni tu a mi y algo bastante personal y delicado— —Entiendo, esta bien si no confías en mí lo entiendo, entonces dime a que te dedicas— —Eso si te lo puedo responder, soy arquitecta y trabajo en una de las más importante constructora de todo Oxford— —Wow, que bueno, ambos somos creadores de sueños, solo que tu los plasmas en hermosos edificios, mientras que los míos yo los plasmo en la música— Decia Peter soltando una sonrisa de alegría. Pasa un corto tiempo y estos chicos siguen caminando y alguien se detiene a saludar a Peter, era una joven muy bonita que lo había conocido en un bar donde él tocaba hacia tiempo ya, esta chica fue muy coqueta con el, se notaba a leguas que ella gustaba de Peter, pero el c***o era firme y trataba de no prestarle atención, pues se sentía incómodo por estar acompañado de Sophi y mientras el estaba incómodo ella se sentía peor, Sophia no estaba acostumbrada a lidiar con personas así como lo era esta chica y por un momento se alejó ya que esta joven no dejaba de abrazar a Pet, hasta que éste se enfado y le pidió a su admiradora que lo dejara en paz. —Que rayos fue eso, si que eres famoso por estos lados, creí que la chica te iba a raptar o algo— Dijo burlonamente Sophia soltando varias carcajadas —Ya ves, así es la vida de nosotros los artistas no podemos andar tranquilos por las calles, no mentira, ella se llama Meliza y la verdad si fue una fan's, siempre iba a verme tocar en un bar de Liverpool— —Pues a mi me parece que no sólo iba por verte tocar, pero en fin Pet sigamos con nuestro camino, ya debemos estar más cerca— Decia Sophi dando cabida a la imaginación de Pet, como si ésta le diese a entender que sintió algo de celos, pero él prefirió hacer caso omiso. Siguen caminando y de pronto Sophia tropieza con la acera y dobla uno de sus pies causándole esto un gran dolor, no tuvo fractura, ni fisura, pero su dolor era lo bastante fuerte como para hacer que se detuvieran. Peter como todo un caballero la toma entre sus brazos y la lleva hasta un asiento que estaba allí cerca de ellos, de sientan un momento para que Sophi pase su dolor y pueda seguir caminando, pero el dolor era grande. Peter le ofrece quitarle una de sus botas para poder darle un masaje y asi tratar de calmar su dolor. —¿Me permites que te quite una tus botas para darte un masaje y tratar de aliviar tu dolor?— Pregunto Peter con preocupación en su cara, pero a la vez con un deseo sincero de ayudar. —Crees eso funcione, no lo sé Pet— Respondió Sophia dudosa y con gestos de dolor en su rostro. —Si estoy seguro de que te ayudará, además no tienes fractura por que de lo contrario no afincaras ni un poco tu pie, con el masaje verás que el dolor calmara, ven déjame quitarte esa bota— Decia Pet mientas se descolgaba su guitarra del hombro para agacharse y comenzar con el masaje. Peter era bastante delicado, así que con delicadeza tomo la pierna de Sophia, la levantó lentamente y la llevó hasta su rodilla, despacio bajó el largo cierre de esta bota de cuero alta que llevaba puesta la chica y se la quitó suavemente, luego le quita con la misma delicadeza su media y comienza a darle el masaje. De pronto mientras Pet le daba este masaje sucedió algo que el no se esperaba. «Wow, esta chicha tiene los pies más hermosos que e visto en toda mi vida, su belleza por lo visto es de pies a cabeza, que suerte tiene su esposo, definitivamente es una mujer bellísima además de ser muy inteligente» Pensaba Peter mientras le daba aquel masaje a Sophia.
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