Rand
Di una vuelta y luego me detuve frente al cobertizo donde guardaba mi bicicleta. Después de haberme visto sacar la bicicleta esta mañana, Hanna supo qué hacer y se bajó.
Había notado que se sentía deprimida mientras nos duchábamos y nos preparábamos para irnos esta mañana. No sabía por qué, pero cuando se hizo evidente que no iba a animarse sola, decidí darle un empujoncito. Me sorprendió descubrir que se sentía como una mala madre. Había conducido desde Pineville, más de cuatro horas hacia el este, con solo la esperanza y la determinación de encontrar a Garrett, y no me cabía duda de que se enfrentaría a todas las Orcas sola y con las manos vacías para recuperar a Garrett. Sin un hijo, sin tener a nadie a quien amar aparte de Patrick, sabía que no podía entender por lo que debía es
