Sky se encontraba acurrucada junto a la chimenea, sus pensamientos aún desordenados por la aparición de Selena y el inesperado ataque. Kael, en su forma humana, se sentó a su lado, limpiando la sangre de las criaturas que habían intentado invadir su hogar. Jaden, finalmente calmado, dormía en sus brazos, pero Sky no podía encontrar paz.
—¿Cómo es posible? —murmuró Sky, más para sí misma que para Kael—. Selena… no puedo creer que ella… ¿Cómo?
Kael, con el ceño fruncido, apartó la mirada del fuego para observarla.
—Hay más en esta historia, Sky. Algo que no sabíamos. Debemos averiguar la verdad.
Sky asintió, su mente volviendo a los días en Toronto, cuando Selena había sido más que su manager; había sido una amiga, una confidente. ¿Había estado fingiendo todo ese tiempo? ¿Qué más no sabía sobre ella?
Con un suspiro, Sky cerró los ojos, buscando en su memoria cualquier detalle que pudiera haber pasado por alto. Y entonces, como un rayo, lo recordó.
Había sido un día común en Toronto, hacía casi dos años. Sky había llegado temprano a la oficina de Selena para una reunión. Al entrar, la encontró hablando en voz baja por teléfono. Las palabras eran susurradas, pero algo en el tono de Selena había puesto a Sky en alerta.
…sí, ella es la que buscabas… está aquí, en la ciudad… haré que se vaya lo antes posible… Banff parece perfecto.
En ese momento, Sky no había entendido el significado de esas palabras. Había asumido que Selena se refería a algún cliente o un nuevo proyecto. Pero ahora, todo encajaba. Selena la había manipulado para mudarse a Banff, dirigiéndola hacia un destino predeterminado.
Sky abrió los ojos de golpe, su respiración entrecortada.
—Kael… Selena me envió a Banff. Ella sabía quién era yo desde el principio. ¡Me estaba vigilando todo el tiempo!
Kael se tensó, su expresión endureciéndose.
—¿Estás segura?
Sky asintió con determinación.
—Recuerdo una conversación que escuché… no me di cuenta en ese momento, pero ella estaba hablando de mí. Me envió aquí, donde su señor oscuro la esperaba.
Kael maldijo en voz baja, apretando los puños.
—Eso significa que esto ha estado planeado desde el principio. Eres la clave de algo mucho más grande, Sky. Algo que Selena y su señor oscuro quieren controlar.
Sky sintió una oleada de ira y miedo.
—¿Pero por qué? ¿Qué soy yo para ellos?
Kael la miró con intensidad.
—Eres más poderosa de lo que crees, Sky. Siempre lo supe, pero ahora es evidente que tu conexión con la luna no es solo simbólica. Hay algo en tu sangre, en tu linaje… Selena es una bruja lunar oscura, una de las más poderosas, y ella ha estado esperando el momento adecuado para revelarse.
Sky se estremeció al escuchar esas palabras.
—¿Una bruja lunar oscura? —repitió, sintiendo que la realidad se torcía a su alrededor.
Kael asintió, sus ojos llenos de una mezcla de preocupación y resolución.
—Las brujas lunares oscuras son raras, y su poder proviene directamente de la luna. Controlan las sombras, manipulan la oscuridad, y pueden dominar los corazones y las mentes de otros. Pero lo más peligroso es que, a diferencia de otros seres, sus poderes se incrementan con cada luna llena, volviéndose prácticamente invencibles durante esas noches.
Sky sintió un nudo en la garganta.
—¿Y qué tiene eso que ver conmigo?
Kael tomó su mano, apretándola con suavidad.
—Porque tú, Sky… eres su opuesta. Eres una luna de luz, la única fuerza capaz de contrarrestar su oscuridad. Por eso te vigilaron, por eso te llevaron a Banff, para mantenerte cerca de su centro de poder y controlarte cuando llegara el momento.
La comprensión cayó sobre Sky como una losa.
—Nunca fui solo una persona común, ¿verdad? Siempre fui… algo más.
Kael asintió.
—Y ahora que lo sabes, Selena no se detendrá hasta que te doblegue o te destruya. Pero no estás sola en esto. Juntos, encontraremos una forma de detenerla.
Sky respiró hondo, su mente girando con la nueva información. No solo tenía que proteger a su hijo, sino también enfrentar a una antigua amiga convertida en una enemiga formidable. Selena había estado jugando un juego largo, y Sky recién estaba descubriendo las reglas.
—Si Selena es una bruja lunar oscura —dijo Sky lentamente—, entonces significa que no solo tendré que aprender a controlar mis poderes… tendré que ser más fuerte que ella.
Kael la miró con determinación.
—Y lo serás, Sky. Lo seremos. Porque ahora es una lucha por nuestra familia, por nuestro futuro.
Sky asintió, su resolución fortalecida. Era hora de dejar de huir y enfrentar el destino que había estado escrito en las estrellas desde el principio. La batalla contra la oscuridad había comenzado, y Sky estaba lista para luchar.